Optimismo en el mercado español de las energías renovables
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El sector de las energías renovables no para de crecer. Según recoge el diario económico Expansión, la madrileña Kipin Energy, compañía fundada en 2018 que se presenta como comercializadora de energía 100 % renovable, es la empresa más reciente que se dispone a ofrecer sus servicios comerciales en España. Kiping Energy espera alcanzar para finales de 2019 una cartera de 1000 clientes y una facturación de 4 millones de euros. Según los datos disponibles en la página web de la empresa, Kiping Energy tiene como público objetivo las pymes, los grandes consumidores y las instalaciones de autogeneración. Estamos ante el último ejemplo de la proliferación de nuevos actores que están dispuestos a liderar la transición energética hacia un modelo verde responsable. ¿Ha llegado por fin el gran momento que muchos analistas esperan?
Un mercado que está recuperando su vitalidad
El optimismo parece haber vuelto al mercado español de las energías renovables tras una década perdida de lento crecimiento. Tras el retroceso en las inversiones en los tiempos de la crisis y de las políticas públicas que favorecían a los combustibles fósiles, las energías renovables vuelven a estar en boca de todos para bien. Están incluso surgiendo carteras de inversión específicamente formadas por acciones de energías renovables, para acercar al pequeño inversor a este sector cada vez más pujante. La coyuntura internacional también se alía con los defensores de las renovables. Los astros les sonríen por fin tras una larga travesía por el desierto. Por ejemplo, la reciente subida sin precedentes del petróleo ha catapultado en bolsa a empresas como Audax Renovables (un 24 %). Y todo apunta a que la nueva crisis de los combustibles fósiles reforzará todavía más la primacía económica del sector de las renovables en España.
El mercado español de las energías renovables se caracteriza hoy por el optimismo y la anticipación, así como por cierta incertidumbre. Los inversores se ven obligados a elegir entre numerosos promotores que ofrecen proyectos de calidad variable y la falta de estabilidad política está haciendo que leyes ambiciosas como la Ley de Cambio Climático y Transición Energética sigan aparcadas en un cajón. Pese a ello, el talante de todo el espectro político nacional parece haber cambiado y poca gente cree que cualquier ejecutivo que termine constituyéndose vaya a deshacer el camino emprendido.
El poder de la Unión Europea en la promoción de la transición energética nacional
Atrás han quedado los días de la ley que gravaba el autoconsumo y que nunca fue muy bien recibida por la Unión Europea, organismo donde la lucha contra el cambio climático ha estado en el centro de la agenda política desde hace ya varios años. El Parlamento Europeo y los gobiernos nacionales acordaron aumentar de un 27 % a un 32 % la cuota obligatoria de energía procedente de fuentes renovables para 2030 y prohibir a los Estados miembros la imposición de impuestos sobre la energía autoconsumida, como el impuesto solar español que se derogó recientemente, con el fin de cumplir con sus obligaciones en la lucha contra el cambio climático. La ambición en el combate contra el cambio climático es una decisión política y los cambios que se están produciendo en la mentalidad política española demuestran a otros países que es posible avanzar hacia un futuro más ecológico.
En resumen, España se encuentra en un momento dulce para el sector de las energías renovables. Cada mes vemos como surgen iniciativas como la de Kipin Energy que nos invitan a un optimismo sobre el futuro de este sector en nuestro país. Todo apunta a que se está produciendo la tan ansiada, por muchos, alineación de los intereses públicos y privados. Y ante el avance de las consecuencias negativas del cambio climático, estamos sin duda ante una buena noticia para nuestro planeta.