Pandemia, agua y Agenda 2030: el reto de buscar alianzas
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La consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un hito fundamental que está absolutamente integrado en el sector del agua y, en particular, en el ciclo del agua urbana.
No hay que olvidar que, el ODS 6, es específico para el agua limpia y saneamiento y exige “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas.”
El agua es un factor fundamental para el desarrollo de las personas y el conjunto de la sociedad. Además, con motivo de la pandemia, su importancia se ha visto reforzada, pues la higiene básica se ha convertido en uno de los gestos más relevantes en la lucha contra el Coronavirus. El confinamiento ha servido para que el conjunto de la ciudadanía, se diera cuenta de que los servicios urbanos seguían funcionando día a día, por supuesto, con el agua a la cabeza.
La consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un hito fundamental que está absolutamente integrado en el sector del agua y, en particular, en el ciclo del agua urbana.
No obstante, el agua no sólo está circunscrita al ODS 6, sino que afecta de forma directa o indirecta a la práctica totalidad de los mismos. De entre todos ellos, quizá los más destacables sean el que hace referencia a la energía asequible y no contaminante (7) y el de ciudades y comunidades sostenibles (11).
Al influir en toda la ciudadanía y en muy distintos sectores productivos, la inversión en agua tiene la capacidad de que, a través de la misma, se vean beneficiados muchos ámbitos diferentes de la sociedad.
No obstante, el sector del agua urbana adolece desde hace años de una falta de inversión muy remarcable que ha perjudicado la salud de las infraestructuras básicas. Al ser, en España, el abastecimiento y el saneamiento de competencia municipal, el sector está muy ligado a las partidas presupuestarias de las distintas administraciones. Justamente este capítulo ha sido fuertemente reclamado por AGA desde hace tiempo.
Para la década 2020-2030 es necesaria una inversión de 50.000 M€ en toda España. Ahora mismo, hay previstos aproximadamente el 50% de dicho montante, lo que nos deja un déficit de inversión de 25.000 M€ para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.
En esta línea, hemos calculado que para la década 2020-2030 es necesaria una inversión de 50.000 M€ en toda España. Ahora mismo, hay previstos aproximadamente el 50% de dicho montante total para los próximos años. Esto nos deja un déficit de inversión de 25.000 M€ para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.
La situación, sin duda, se ha visto aún más perjudicada por la pandemia y los efectos económicos de la misma, que ya se están notando. Ante esta encrucijada, es importante mencionar un ODS que es fundamental, el 17, que es justamente el que habla de las alianzas para lograr los otros 16. Este ODS 17, persigue la movilización de todos los medios de implementación necesarios, financieros, públicos y privados para la consecución de los objetivos.
El sector ya lleva trabajando de esta forma desde hace tiempo. A los estudios que presentamos a finales de 2019 sobre las necesidades de inversión y las propuestas de financiación correspondientes, hemos sumado este año nuevos análisis actualizados, que proponen alternativas para afrontar dichas necesidades, incluso en la situación en que nos encontramos.
Esta situación es de total excepción y por ello los fondos europeos serán de una importancia vital para la consecución de los objetivos de los países miembro de la Unión Europea. Dichos objetivos han de abarcar, tanto los ya detectados antes del Coronavirus, como los que han surgido a consecuencia del mismo.
A nivel país, el “Plan España Puede” marca las líneas estratégicas que seguirán los proyectos que se han de proponer para recibir los 72.000 M€ en ayudas directas, que se prevé pueda recibir nuestro país en el periodo 2021-2023.
Esta ayuda europea a la financiación de proyectos concretos, puede ser un fuerte revulsivo para alcanzar los ODS. No hay que olvidar, además, que cada euro de dinero público invertido, se traduce en paralelo, en una inversión multiplicada por parte del sector privado. De esta forma, queda claro que la inversión público-privada es la única posible para alcanzar un desarrollo auténticamente sostenible y una economía 100% circular.
El ODS 6 sólo se alcanzará si se logra la resiliencia de poblaciones y ecosistemas ante el cambio climático. Y para ello, es necesario el aprovechamiento energético integral de infraestructuras; la previsión de sequías e inundaciones y la gestión de las mismas; un avance significativo en control, digitalización y en definitiva I+D+i; una nueva forma de relación de las entidades del sector con la ciudadanía; una comprensión especial de las necesidades de las zonas con menos densidad de población, sinergias con sectores como el del gas y la electricidad o la limpieza urbana, etc.
En resumen, hay que buscar apoyos para sumar y, en definitiva, aliarse por un objetivo común.
Artículo publicado en el número 226 Septiembre/Octubre 2020.