Textiles: un flujo emergente que reclama su lugar en la economía circular

El futuro Real Decreto sobre residuos textiles plantea un cambio de paradigma en la gestión de uno de los flujos más complejos y desatendidos del sistema. En pleno proceso de definición normativa, cerca de doscientos profesionales del sector textil, la gestión de residuos, la innovación y la comunicación se dieron cita el pasado 20 de noviembre, a las 12:00 horas, en el auditorio Agustín de Betancourt del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, para analizar juntos los retos, oportunidades y transformaciones que implica este nuevo escenario regulatorio.

El encuentro, organizado por RETEMA e impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), se celebró en el marco del ciclo «Diálogos para el avance en la gestión de los residuos», una serie de jornadas técnicas que desde septiembre ha abordado los principales flujos de residuos afectados por los nuevos desarrollos normativos. Tras las sesiones dedicadas a vehículos al final de su vida útil, neumáticos, residuos municipales, biorresiduos y envases, esta cita centrada en los residuos textiles sirvió de broche final a un proceso de escucha activa, participación y reflexión compartida.

A lo largo de la jornada se analizaron los ejes normativos del futuro Real Decreto, las barreras técnicas y logísticas para su implementación, y el papel clave de la innovación, la comunicación y la colaboración público-privada en la transición hacia un modelo textil más circular, justo y sostenible.

Bienvenida y balance del ciclo

La sesión dedicada a residuos textiles y de calzado arrancó con las palabras de bienvenida de Alberto Casillas, director de RETEMA. En su intervención inicial, subrayó la importancia de este flujo como uno de los grandes desafíos ambientales y normativos de la nueva agenda europea, destacando que el textil es un residuo emergente, de alto impacto, que exige respuestas ambiciosas y coordinadas por parte de todos los actores implicados. Casillas puso en valor el papel del encuentro como espacio técnico y multisectorial para analizar de forma rigurosa las implicaciones del futuro Real Decreto, fomentar el diálogo entre administraciones, empresas y tercer sector, y construir propuestas que contribuyan a una transición real hacia la circularidad textil. Señaló que el objetivo de la jornada era identificar barreras, compartir buenas prácticas y generar conocimiento útil para orientar la acción.

“Queremos fomentar un diálogo técnico, multisectorial y constructivo que sirva para identificar barreras reales, compartir buenas prácticas y formular propuestas que impulsen una transición efectiva hacia una economía textil más circular.” Alberto Casillas, director de RETEMA

A continuación, trasladó su agradecimiento al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico por impulsar esta iniciativa y confiar en RETEMA para su coorganización. También quiso reconocer el compromiso de los socios estratégicos del ciclo —Biorig, PreZero y Veolia— por respaldar firmemente estos espacios de diálogo, así como agradecer a todos los ponentes y profesionales participantes por su implicación y generosidad al compartir experiencia y visión crítica.

Finalmente, hizo balance del conjunto del ciclo, destacando que, en apenas tres meses, las seis jornadas han reunido a más de 800 profesionales del sector en formato presencial, con cerca de 40 expertos como ponentes y más de 1000 personas inscritas interesadas en seguir los contenidos. Cifras —señaló— que reflejan el interés creciente del sector por afrontar con seriedad los nuevos retos regulatorios y por construir, desde la corresponsabilidad, un modelo de gestión de residuos más eficaz, transparente y alineado con los objetivos de economía circular.

“Las cifras de asistencia y participación en el ciclo de “Diálogos para el avance en la gestión de los residuos”  reflejan no solo la magnitud del reto, sino también el compromiso creciente del sector por afrontar con seriedad, responsabilidad y ambición los desafíos que tenemos por delante.” Alberto Casillas, director de RETEMA

Marco normativo y hoja de ruta del residuo textil

Seguidamente, Alicia Pollo, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Residuos del MITECO, abrió la sesión técnica con una ponencia que situó el proyecto de Real Decreto sobre residuos textiles en el marco normativo europeo que lo impulsa. En lugar de centrarse en el articulado del texto, explicó el contexto comunitario que obliga a España a regular este flujo, destacando las grandes estrategias de la UE: el Segundo Plan de Acción de Economía Circular (2020) y la Estrategia Europea de Textiles Sostenibles y Circulares (2022), que señalan al textil como uno de los sectores más intensivos en recursos y con mayor impacto ambiental.

Recordó que el textil es el cuarto sector más intensivo en consumo de recursos, el tercero en uso de agua y suelo, y el quinto en emisiones y consumo de materias primas. La UE genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles al año, de los que solo un 22 % se recoge de forma separada (un porcentaje aún menor en España). Además, el consumo textil se ha duplicado desde 2000 y seguirá creciendo.

“El proyecto de Real Decreto no nace de la nada: es la respuesta necesaria a un marco normativo europeo cada vez más exigente, que identifica al textil como uno de los sectores con mayor impacto ambiental y urgencia de transformación.” Alicia Pollo, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Residuos del MITECO

Sobre esta base, repasó las dos grandes modificaciones recientes de la Directiva Marco de Residuos: la de 2018, que ya establecía la obligación de prevenir la generación de residuos textiles y garantizar su recogida separada antes de 2025; y la nueva Directiva 2025/1892, que armoniza la regulación de la responsabilidad ampliada del productor (RAP) para este flujo y establece nuevas obligaciones en cuanto a la gestión, clasificación y trazabilidad.

Entre sus elementos clave, destacó que todos los textiles usados deben considerarse residuos en el momento de su recogida, salvo si se entregan directamente a operadores de reutilización que puedan evaluarlos y clasificarlos in situ. La normativa exige además una clasificación granular que priorice la reutilización local y, si no es posible, el reciclado, preferiblemente fibra a fibra. En cuanto al diseño de la RAP, Pollo explicó que la RAP se aplicará a ropa, calzado y otros textiles de uso doméstico o similar, e implicará a todos los actores de la cadena, desde productores y gestores hasta entidades locales y de economía social. Por último, señaló que los SCRAP deberán asumir costes amplios, desde la gestión y comunicación hasta la I+D en ecodiseño y reciclado, y recalcó la obligación de incorporar sistemas de ecomodulación basados en criterios de diseño sostenible, con posibles penalizaciones a la moda rápida.

Para finalizar, explicó que aún quedan hitos importantes por delante. A nivel europeo, están en desarrollo los criterios armonizados de ecodiseño (previstos para 2027) y los de fin de condición de residuo (en 2026). En el ámbito nacional, el MITECO trabaja en el análisis de más de 2.000 alegaciones recibidas durante la información pública, antes de avanzar en la tramitación interministerial, la notificación a la Comisión Europea y la aprobación definitiva del Real Decreto en Consejo de Ministros.

Diagnóstico del sector: un modelo en transformación

Tras la ponencia introductoria, tuvo lugar un panel técnico de debate que reunió a representantes de la administración, el sector empresarial, el tercer sector, la innovación tecnológica y la comunicación, para abordar los retos que plantea el nuevo Real Decreto sobre residuos textiles y de calzado. A través de una primera ronda de intervenciones, los ponentes pusieron sobre la mesa el diagnóstico actual, las barreras existentes y las condiciones necesarias para transitar hacia un modelo más justo, eficaz y sostenible.

La directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO, Marta Gómez Palenque, abrió el debate subrayando el carácter estructural del problema que aborda la futura norma. Recordó que en España se generan anualmente cerca de 900.000 toneladas de residuos textiles, de las cuales solo el 12 % se recogen de forma separada, mientras que el 80 % termina en vertedero o incineración. “Estamos ante un modelo insostenible”, advirtió, y apeló a la corresponsabilidad de todos los agentes para revertirlo. La futura norma —señaló— se articula en torno a tres grandes pilares: prevención, reutilización y reciclaje, con el objetivo último de reducir drásticamente el vertido. En este sentido, enfatizó que la recogida selectiva es el punto de partida imprescindible: “Si no hay recogida selectiva, no podemos hablar de preparación para la reutilización ni de reciclaje”.

Gómez reconoció el desconcierto que esta transición puede generar en un sector que hasta ahora no ha convivido con las lógicas de la gestión de residuos, pero subrayó que la norma ha sido diseñada “con voluntad inclusiva y contemplando todos los eslabones de la cadena”. Puso en valor la alta participación recibida en la fase de información pública, aunque lamentó que muchas observaciones fueran genéricas o incluso contrarias a la normativa europea. “Hemos recibido muchas peticiones para suprimir artículos, pero pocas propuestas técnicas que ayuden a mejorar el texto”, señaló, y animó a seguir enviando aportaciones —también en materia fiscal— para construir un texto final “más claro, realista y ejecutable”.

“En la fase de información pública hemos recibido muchas observaciones, pero pocas propuestas técnicas concretas. La mayoría han sido generales o incluso solicitando eliminar articulado sin plantear alternativas. Necesitamos contribuciones constructivas que nos ayuden a mejorar el texto.” Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO

Desde la visión del sector productor, Íñigo García, director de Desarrollo Sostenible de Decathlon, planteó la necesidad de establecer una red nacional coordinada de gestión del residuo textil, liderada por los SCRAP, que permita evitar una atomización del sistema. A su juicio, el actual borrador del Real Decreto corre el riesgo de generar “cientos o miles de redes locales operando de forma independiente”, lo que dificultaría lograr economías de escala y sistemas logísticos eficaces. Explicó que Decathlon lleva años trabajando en una estrategia de circularidad basada en el ecodiseño, la prolongación de la vida útil del producto —a través del alquiler, la segunda mano o la reparación— y la gestión de su final de vida, pero reconoció que este último eslabón requiere una acción conjunta: “No lo podemos resolver solos”, advirtió, y defendió la necesidad de construir un ecosistema robusto, digitalizado y armonizado que integre a todos los actores —incluidos los actuales operadores— bajo un modelo común.

“Nuestra estrategia de circularidad no puede cerrar el círculo del final de vida en solitario; necesitamos colaborar con otros productores, con la industria y, sobre todo, con las administraciones. El reciclaje solo será competitivo si logramos construir juntos un ecosistema fuerte y coordinado.” Íñigo García, director de Desarrollo Sostenible de Decathlon

Albert Alberich, exdirector de Moda re-, valoró positivamente que la Ley de Residuos reconociera el papel histórico de las entidades sociales en la recogida de ropa usada, que llegaron a gestionar más del 60 % del flujo antes de la ley. Sin embargo, denunció que la disposición adicional 19ª —que reserva parte de los contratos públicos a empresas de inserción y centros especiales de empleo— aún no se ha implementado de forma generalizada. “De las 155 licitaciones registradas desde la entrada en vigor de la ley, solo 92 han sido reservadas”, lamentó, señalando como principales obstáculos la sobrecarga administrativa de los ayuntamientos, el retraso en la implantación de los SCRAP y cierta resistencia técnica al cambio, incluso en municipios con voluntad política. Pese a ello, animó a aprovechar la nueva Directiva Europea como oportunidad para elevar el nivel de las licitaciones públicas, introduciendo trazabilidad y jerarquía de residuos como criterios de calidad.

“En estos tres años y medio desde la entrada en vigor de la ley, esperábamos un movimiento importante de licitaciones reservadas. Sin embargo, de 155 licitaciones analizadas, solo 92 han aplicado esa reserva. Más de un tercio no la han cumplido.” Albert Alberich, exdirector de Moda re-

Desde una perspectiva crítica, Raúl González, gerente de ECODICTA, advirtió que los cambios estructurales no llegarán únicamente desde el lado del consumidor. Aunque los estudios muestran una mayor conciencia ambiental, señaló que esta no se traduce en un cambio real de hábitos sin incentivos claros y marcos que faciliten otras formas de consumo. Reclamó medidas fiscales —como la reducción del IVA a la reparación, ya vigente en Francia— y regulaciones que penalicen los modelos más contaminantes, como la “tasa Shein”. “Las empresas tienen que seguir ganando dinero, sí, pero sin seguir fabricando tanta ropa”, enfatizó. También criticó la permisividad aduanera con las plataformas de ultrafast fashion, que inundan el mercado europeo de prendas a bajo coste. En su opinión, es necesario abordar toda la cadena de valor, desde el diseño hasta el final de vida, e incluso considerar acuerdos sectoriales de desescalada productiva, similares a los pactos alcanzados para frenar la carrera armamentística durante la Guerra Fría.

“Según las encuestas, el 75 % de los ciudadanos dice estar dispuesto a pagar más por consumir de forma sostenible, pero si no existen incentivos reales para transitar hacia nuevos modelos de negocio, esa conciencia no se traduce en acciones.” Raúl González, gerente de ECODICTA

A nivel técnico, Igor González, director de Residuos de Geprecon LABS y fundador de Ecotextil, trazó un diagnóstico preciso sobre las dificultades del reciclaje textil en España. Subrayó tres grandes barreras: el coste económico, que hace inviable la valorización sin apoyo del productor; la composición del residuo, con una elevada presencia de mezclas que impiden el reciclaje mecánico; y la falta de tecnología avanzada, como el reciclaje químico. “El 82% de una muestra caracterizada eran mezclas textiles. Con eso no podemos hacer reciclaje de calidad sin innovación tecnológica”, explicó. No obstante, defendió que España cuenta con una infraestructura de recogida madura, una red industrial experta en hilatura reciclada y centros tecnológicos punteros. Para activar todo ese potencial —señaló— es imprescindible que los SCRAP financien toda la cadena de valorización, se incentive la inversión privada y se mejore la calidad de los datos que sustentan la planificación pública.

“España cuenta con una posición privilegiada: tenemos operadores de referencia, centros tecnológicos punteros y una gran cultura industrial textil. Si sabemos coordinarlo, podemos convertirnos en líderes europeos en reciclaje textil.” Igor González, director de Residuos de Geprecon LABS y fundador de Ecotextil

Por último, desde el ámbito de la comunicación, Graciela Rodríguez, periodista de Mediaset, destacó que la visibilidad mediática de los residuos textiles ha crecido, pero aún existen importantes barreras para conectar con el gran público. Pidió más campañas institucionales claras y visuales —como las de seguridad vial— que expliquen de forma directa el impacto ambiental de la moda rápida. Además, reivindicó más formación para periodistas y portavoces técnicos, con el fin de traducir un lenguaje normativo complejo en mensajes comprensibles. “Necesitamos explicar de forma clara por qué la moda rápida es insostenible”, señaló, y propuso aprovechar las redes sociales y el trabajo con influencers ambientales para multiplicar el impacto de las campañas. También defendió visibilizar más iniciativas alternativas en fechas clave como el Black Friday, reforzando así la conexión con el ciudadano.

“El consumidor empieza a estar sensibilizado con el reciclaje, pero no tanto con el consumo responsable. Y ahí seguimos fallando: no estamos comunicando con eficacia los impactos reales de nuestras decisiones de compra.” Graciela Rodríguez, periodista de Mediaset

Claves para acelerar la circularidad textil

La segunda ronda del panel se centró en explorar herramientas y estrategias para avanzar hacia un modelo textil verdaderamente circular. Los ponentes analizaron el papel que pueden desempeñar la normativa europea, la innovación tecnológica, el compromiso empresarial y la comunicación, como motores para transformar un sistema dominado aún por la lógica de la moda rápida y el consumo desmedido.

Desde el plano normativo, Marta Gómez, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO, reivindicó la necesidad de una estrategia coordinada a nivel europeo para abordar el fenómeno de la ultrafast fashion. Puso como referencia la Estrategia de la Comisión Europea sobre productos textiles sostenibles y circulares, que establece que para 2030 todos los productos vendidos en la UE deberán ser reparables, reciclables, duraderos y libres de sustancias peligrosas. En su opinión, este marco común es clave para avanzar hacia un modelo basado en la prevención, el ecodiseño y la trazabilidad. Además, advirtió que el volumen de residuos textiles crecerá de forma significativa en los próximos años, por lo que será imprescindible impulsar la innovación tecnológica y el desarrollo industrial. Gómez reconoció que el PERTE de Economía Circular no ha canalizado tantos proyectos de I+D como se esperaba y subrayó que la normativa debe ir acompañada de instrumentos económicos e incentivos eficaces si se quiere lograr una verdadera transformación.

“Para 2030, todos los productos textiles comercializados en la Unión Europea deberán ser reciclables, reparables, seguros y fabricados con fibras recicladas. Esta hoja de ruta comunitaria representa un hito para combatir la moda rápida y avanzar hacia un modelo más circular.” Marta Gómez, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO

En la misma línea, Íñigo García, director de Desarrollo Sostenible de Decathlon, destacó que el nuevo Reglamento Europeo de Ecodiseño (ESPR) representa un paso adelante en ambición normativa y coherencia científica. Detalló que Decathlon aplica desde hace años la metodología Product Environmental Footprint (PEF) para evaluar el impacto ambiental de sus productos a lo largo de todo el ciclo de vida. Esta estrategia exige reducciones de al menos un 10 % en dos indicadores ambientales clave, y establece criterios de durabilidad (+30 %) y reparabilidad (mínimo 80 % de averías comunes). Este enfoque ha permitido que el 72 % de los productos textiles de la compañía cumplan ya con los requisitos de ecodiseño. “La sostenibilidad no debe estar reñida con el precio”, afirmó, subrayando que muchos de estos avances se han aplicado a productos accesibles.

“Es una gran noticia que empecemos a contar con un marco normativo claro como el Reglamento Europeo de Ecodiseño, que por fin alinea las normas con lo que dice la ciencia. Eso es fundamental.” Íñigo García, director de Desarrollo Sostenible de Decathlon

Por su parte, Albert Alberich, exdirector de Moda re-, situó el año 2020 como punto de inflexión en la apuesta del sector por el reciclaje. Desde entonces —explicó— Moda re- ha impulsado más de 130 proyectos en Europa, apoyados por nuevas tecnologías de clasificación como Fibersort, que permite identificar la composición y color de las prendas con un 99 % de precisión. Destacó avances como el proyecto LupaMid, desarrollado junto a Inditex y BASF, que logró fabricar prendas completas a partir de poliamida reciclada. Asimismo, anunció el lanzamiento de PostFiber, una iniciativa 100 % española que integra recogida, clasificación, reciclaje mecánico y producción de nuevas colecciones. No obstante, advirtió que solo se clasifica el 50 % del textil recogido, lo que limita el desarrollo de la industria recicladora. “La receptividad de las marcas es buena, pero hay dos velocidades. Muchas grandes todavía no se han implicado, ni siquiera en el SCRAP”, alertó.

“La principal barrera que afrontamos en España ya no es la recogida, sino la clasificación. Hoy solo tenemos capacidad para tratar el 50% de lo que se recoge. El resto se exporta o acaba en economía sumergida, opciones que ya no tienen recorrido en el nuevo marco normativo.” Albert Alberich, exdirector de Moda re-

Desde la perspectiva del consumidor y la trazabilidad, Raúl González, gerente de ECODICTA, puso el foco en el pasaporte digital textil, cuya implantación está prevista para 2027. Esta herramienta —señaló— permitirá conocer quién produce cada prenda, cómo se utiliza y dónde acaba, reforzando la transparencia, la trazabilidad y la fiscalidad ambiental. “Pagas menos si contaminas menos; pagas más si contaminas más”, resumió. Además, facilitará al consumidor información relevante —como composición, impacto ambiental o posibilidad de reparación—, y será clave para combatir el greenwashing, ya que la futura legislación exigirá que toda afirmación de sostenibilidad esté respaldada por datos verificables. González reconoció los retos técnicos que puede suponer la implantación —como la integración física del código QR en las prendas—, pero defendió que es una oportunidad para fortalecer la relación entre marcas y consumidores: “El pasaporte digital puede convertirse en una gran herramienta para crear comunidad y fomentar modelos circulares. Todo dependerá de cómo se decida usar”.

“El pasaporte digital textil va a ser fundamental para combatir la opacidad en el sector. Permitirá rastrear cada prenda desde su producción hasta su desecho y obligará a las marcas a hacer las cosas bien, sabiendo que podrán ser fiscalizadas por periodistas y organizaciones.” Raúl González, gerente de ECODICTA

En el plano técnico, Igor González, director de Residuos de Geprecon LABS y fundador de Ecotextil, alertó sobre la urgencia de caracterizar el textil presente en la fracción resto, una obligación que entrará en vigor en 2027. Explicó que la estacionalidad y variabilidad geográfica del residuo textil exigen aplicar metodologías estadísticas robustas, que permitan conocer su peso real. Aunque reconoció que técnicamente es posible recuperar textil del cubo resto mediante tecnologías como ópticos o cámaras espectrales, insistió en que los costes son muy elevados. “Separar en origen siempre será más barato, más sencillo y más eficiente que hacerlo a posteriori”, sentenció. Para lograr una recuperación eficaz —concluyó—, se necesita una recogida selectiva ambiciosa, campañas de sensibilización y una gestión orientada a reducir el vertido, donde aún termina el 90 % del textil desechado.

“La viabilidad técnica para recuperar textil de la fracción resto existe: se puede secar, desinfectar, pasar por sistemas ópticos… pero los costes se disparan y lo más eficiente sigue siendo separar en origen.” Igor González, director de Residuos de Geprecon LABS y fundador de Ecotextil

Finalmente, Graciela Rodríguez, periodista de Mediaset, insistió en la necesidad de comunicar la nueva normativa de forma clara y efectiva. Propuso identificar conceptos clave como el pasaporte digital y trasladarlos con mensajes sencillos, primero a los periodistas —a través de sesiones formativas breves— y luego a los ciudadanos. Apostó por acuerdos con medios generalistas para insertar campañas divulgativas en televisión y prensa, así como por una mayor colaboración con influencers ambientales. Entre sus propuestas destacaron la creación de un Día sin Residuos Textiles, premios al periodismo ambiental y contenidos adaptados para la infancia. “Educar desde pequeños es más eficaz que intentar cambiar los hábitos de los adultos”, concluyó.

“La educación es fundamental: necesitamos contenidos adaptados para canales educativos y centros escolares, y formar también a los docentes, igual que proponemos formar a los periodistas, para que el reciclaje textil llegue desde la infancia.” Graciela Rodríguez, periodista de Mediaset

Reflexiones finales y horizonte de implementación

En la última ronda del panel, los ponentes coincidieron en la necesidad de avanzar con decisión y coordinación para hacer frente a los retos del residuo textil. Marta Gómez (MITECO) subrayó las múltiples velocidades con las que avanzan los actores implicados y llamó a sincronizar esfuerzos. Íñigo García (Decathlon) apeló a la valentía y a la disrupción para materializar la ambición normativa. Albert Alberich alertó sobre la grave crisis en los destinos de reutilización —especialmente África— y pidió acelerar la puesta en marcha del SCRAP. Raúl González (Ecodicta) insistió en mirar también hacia los países receptores de la segunda mano, como Ghana, y propuso que la responsabilidad ampliada del productor se extienda globalmente. Igor González (Geprecon) reclamó aglutinar a todos los agentes del flujo textil en torno a un objetivo común: más circularidad, empleo e innovación. Y Graciela Rodríguez (Mediaset) cerró destacando la importancia de una comunicación clara y conjunta entre administraciones, medios y empresas para implicar a la ciudadanía.

Como broche final de la jornada, Marta Gómez Palenque mantuvo un último diálogo con Alberto Casillas, en el que se extrajeron las principales conclusiones e ideas recabadas durante el encuentro. En su intervención final, la directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO subrayó que el residuo textil debe integrarse plenamente en la hoja de ruta país para la gestión de residuos, al igual que otros flujos, y lanzó un claro llamamiento a la acción inmediata de todos los agentes implicados —desde la fabricación hasta el final de vida— sin esperar a la aprobación del futuro Real Decreto, cuya tramitación aún llevará tiempo. Recalcó que ya se conocen los elementos esenciales que incorporará la norma y animó a seguir enviando propuestas para mejorar su redacción, pero sobre todo a comenzar cuanto antes a planificar necesidades en materia de instalaciones, instrumentos y recursos. Concluyó agradeciendo el espacio de diálogo generado y el compromiso de todos los participantes en este proceso colectivo hacia un modelo de gestión más eficaz y sostenible.

“El residuo textil tiene que incorporarse plenamente en la hoja de ruta país. No podemos quedarnos en la inacción: todos los agentes, desde la fabricación hasta el vertido, debemos ponernos ya a trabajar para definir qué instalaciones, instrumentos y capacidades necesita cada territorio.” Marta Gómez, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO

Al finalizar la sesión sobre residuos textiles, se invitó a los asistentes a compartir un vino español, en un espacio distendido de networking que favoreció el intercambio de ideas, visiones y propuestas en torno a los retos del nuevo modelo de gestión.

Esta jornada marcó también el cierre de un exitoso ciclo de jornadas impulsado por el MITECO y RETEMA para acompañar el nuevo desarrollo normativo de diferentes flujos de residuos. Un proceso que comenzó en septiembre con los encuentros dedicados a vehículos y neumáticos al final de su vida útil; continuó en octubre con una doble sesión centrada en residuos domésticos y biorresiduos; y culminó en noviembre con la jornada final, en la que se celebraron de forma consecutiva las sesiones sobre envases y textiles.

Este recorrido ha servido para reforzar el debate técnico, fomentar la colaboración público-privada y recoger aportaciones clave de cara a la implementación efectiva de los futuros desarrollos normativos. Con este último foro, se cierra una etapa de trabajo colectivo que sienta las bases para seguir construyendo, desde la corresponsabilidad, un sistema de gestión de residuos más eficaz, innovador y alineado con los objetivos de economía circular.