Un nuevo método de filtración eléctrica promete una desalación más eficiente y sostenible
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Un equipo internacional, con participación del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC (ICMM-CSIC), ha desarrollado un innovador método de filtrado de agua salada mediante nanofiltración que funciona únicamente con electricidad en corriente alterna, eliminando la necesidad de bombas o sistemas de alta presión empleados en la desalación convencional. El avance, publicado en Nature Materials, se presenta como una alternativa más eficiente, accesible y adaptable para la obtención de agua potable.
El diodo osmótico: filtración selectiva con menor consumo energético
La base de esta tecnología es el fenómeno del diodo osmótico, que permite que el agua dulce fluya en una sola dirección a través de la membrana, bloqueando sales e impurezas. Gracias a una estructura de capas microporosas y mesoporosas, la membrana puede retener iones no deseados y mantener minerales beneficiosos como calcio o magnesio.
A diferencia de los sistemas de ósmosis inversa, que requieren alta presión y elevado gasto energético, o de la destilación térmica, que consume gran cantidad de calor, este método activa el transporte de agua directamente con corriente alterna, evitando componentes mecánicos y reduciendo la energía necesaria para la potabilización. Además, puede alimentarse mediante baterías o energía solar, facilitando su implementación en entornos aislados o fuera de red.
“Nuestro trabajo ilustra cómo el transporte nanofluídico avanzado puede aprovecharse para desarrollar rutas inexploradas de separación molecular e iónica”, explica Javier Pérez-Carvajal, investigador del ICMM-CSIC.
Aplicaciones más allá de la desalación
El enfoque, liderado por los investigadores Lydéric Bocquet y Alessandro Siria, abre nuevas posibilidades en procesos de descontaminación de agua, no solo para separar sales sino también para eliminar otras sustancias no deseadas. Los autores destacan que la tecnología podría reemplazar los circuitos mecánicos habituales con un pequeño controlador de voltaje, ofreciendo un sistema simple, escalable y energéticamente sostenible.
La patente de este método ya está disponible y, según los investigadores, su versatilidad y bajo consumo lo convierten en una herramienta estratégica para afrontar el reto global del acceso al agua potable, en un contexto de creciente presión climática y demográfica.

