Una nueva herramienta para auditar el uso del agua y energía en el sector agroalimentario

La herramienta informática ha sido creada y comercializada por CIRCE, la Universidad de Zaragoza, una spin-off de esta universidad y una consultora medioambiental
Una nueva herramienta para auditar el uso del agua y energía en el sector agroalimentario
Una nueva herramienta para auditar el uso del agua y energía en el sector agroalimentario
22-01-2016
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Las empresas agroindustriales podrán ser más eficientes y competitivas gracias a una herramienta informática que permitirá auditar el uso de agua y energía de los procesos industriales. CIRCE, a través del Instituto Universitario de Investigación Mixto CIRCE – Universidad de Zaragoza, ha colaborado con un grupo de investigación y una spin off de esta misma universidad y una consultora medioambiental, para desarrollar y comercializar este sistema en el marco del proyecto Optinagua, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.

Esta herramienta será el punto de partida para identificar e introducir mejoras en los procesos industriales, permitiendo incrementar la eficiencia en el uso de los recursos, mejorando el medioambiente y la competitividad de las propias empresas.

La necesidad y urgencia de una gestión eficiente de los recursos hídricos a nivel global es cada vez mayor considerando las últimas previsiones de crecimiento demográfico y los previsibles efectos del cambio climático que afectaran la cantidad y calidad del recurso hídrico. La conexión agua-energía-alimento se verá seriamente afectada ya que la competencia por el uso del agua para abastecimiento, producción de alimento y energía irá en aumento.

Según el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU, el nexo agua-energía y el cambio climático son dos de las tendencias que condicionarán el mundo en el 2030. Hoy por hoy la gestión del agua es ya un enorme desafío, al que se exigen soluciones a distintos niveles, global, nacional e individual.

Un proyecto desarrollado durante tres años

En este horizonte surge el proyecto Optinagua, que ha sido desarrollado a lo largo de tres años por el Área de Recursos Naturales de CIRCE, liderada por Javier Uche, y el Grupo de Sistemas de Información Avanzados del I3A, coordinado por Javier Zarazaga, junto con la spin off GeoSpatiumLab y la consultora medioambiental Zeta Amaltea.

La contribución de CIRCE se ha centrado en el desarrollo de la metodología de evaluación de la eficiencia en el uso del agua, y su implantación en los casos de estudio reales, así como en la propuesta de mejoras para incrementar la eficiencia y comprobación su efecto en los casos de estudios seleccionados.

La mejora de la competitividad estará asociada en primer lugar a una reducción de la factura hídrica y energética y a la anticipación a futuras exigencias legales (nacionales e internacionales) previsiblemente más restrictivas. Además el aporte de un sello de calidad distintivo que traduzca la evaluación obtenida con la herramienta comprobará el buen desempeño ambiental de la empresa y contribuirá a la mejora de la imagen corporativa de cara a clientes y suministradores.

Dicha herramienta informática es el resultado final del proyecto llevado a cabo en cuatro fases generales: desarrollo metodológico, creación de la herramienta;  implementación y validación en del sector agroalimentario de Aragón y difusión en el ámbito nacional y europeo.

La primera fase consistió en el desarrollo de una metodología combinada e innovadora con la inclusión de aspectos económicos, energéticos y ambientales teniendo por base metodologías reconocidas y de uso extendido a nivel internacional como son el Análisis Ciclo de Vida, la Huella Hídrica, Water Pinch y la Hidronomía Física. Se trata además de una metodología actual ya que considera los últimos avances en el estado del arte, como por ejemplo la ISO 14046 que viene regular el indicador de la Huella Hídrica y añadir al concepto la componente de análisis del impacto ambiental vinculado al consumo del agua.

La metodología desarrollada e implementada en la herramienta informática de OPTINAGUA traduce la evaluación realizada mediante un indicador global dividido en siete niveles adimensionales de eficiencia a la imagen de lo que sucede con otras etiquetas que ya existen, como la etiqueta de eficiencia energética de los electrodomésticos.

Además aporta información adicional sobre el impacto ambiental generado, su valoración económica, así como la inversión necesaria y correspondiente periodo de retorno para las sugestiones de mejora identificadas.

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