Una patente española convierte la paja del arroz en biometano y abre la puerta a su uso industrial

La innovación permite un proceso más rápido, eficiente y rentable, ofreciendo una solución ambiental y económica para el sector arrocero
26-09-2025
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La compañía valenciana Genia Bioenergy ha logrado patentar una tecnología capaz de convertir la paja del arroz en biometano, un gas renovable que sustituye al gas natural fósil y que transforma un residuo agrícola en un recurso energético. La innovación supone un avance para la economía circular y una solución a un problema histórico en la gestión de la paja arrocera.

Según explica Luis Alberto Sebastián, director de tecnología de la compañía, “no hemos inventado la rueda, pero hemos conseguido que gire más rápido”. El proceso combina ensilado, extrusión e hidrólisis a baja temperatura con una digestión anaerobia en varias fases, lo que permite optimizar la degradación de la paja y aumentar la producción de biogás hasta niveles rentables a escala industrial.

 

 

Claves de la patente

Uno de los puntos diferenciales de la tecnología es la posibilidad de almacenar la paja durante todo el año mediante procesos de ensilado sin perder su capacidad energética. La extrusión rompe la estructura de la fibra vegetal, facilitando la acción de los microorganismos. Y la hidrólisis a temperaturas inferiores a 25ºC —frente a los 50ºC habituales— reduce de forma significativa el consumo energético, haciendo más competitivo el proceso.

La posterior digestión anaerobia se realiza en varias etapas (hidrólisis, acidogénesis, acetogénesis y metanogénesis), cada una optimizada en condiciones específicas, lo que permite mejorar la calidad y el volumen del biogás obtenido.

 

Solución local con impacto global

El arroz es el tercer cereal más cultivado del planeta y la paja resultante tras la cosecha plantea importantes problemas de gestión. Su alto contenido en sílice impide su uso en ganadería y, hasta ahora, se recurría a la quema —con graves consecuencias ambientales— o al abandono en campo, que genera plagas y enfermedades.

En la Albufera de Valencia, donde las quemas eran una práctica recurrente, esta tecnología ofrece una alternativa que reduce emisiones, ahorra costes a los agricultores y genera un recurso energético renovable. 

 

“No solo ayudamos a los agricultores a deshacerse de un residuo de forma limpia y segura que contribuye a frenar el cambio climático, sino que también les proporcionamos un ahorro en la gestión frente a la situación actual”, añade Sebastián.

 

El potencial de la patente trasciende lo local: empresas arroceras de India, Estados Unidos y otros países productores ya han mostrado interés en su aplicación. Paralelamente, Genia Bioenergy tramita permisos para construir un centro de bioenergía a escala industrial en el entorno de la Albufera, junto a otros socios estratégicos.

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