La Xunta de Galicia presenta a los ayuntamientos de la Ría de Pontevedra el protocolo del Plan de Saneamiento Local

La Xunta de Galicia presenta a los ayuntamientos de la Ría de Pontevedra el protocolo del Plan de Saneamiento Local
La Xunta de Galicia presenta a los ayuntamientos de la Ría de Pontevedra el protocolo del Plan de Saneamiento Local
09-03-2015

La Xunta de Galicia ha dado el pasado jueves un primer paso hacia mejora de la calidad de la ría de Pontevedra, con la presentación a los ayuntamientos de Pontevedra, Marín, Vilaboa y Poio de un protocolo en el que se definen los términos de la colaboración entre las distintas administraciones y que supone el comienzo de los trabajos del Plan de Saneamiento Local de la Ría de Pontevedra.

La reunión celebrada en Pontevedra contó con la participación del director de Augas de Galicia, Gonzalo Mosqueira, el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, y responsables municipales de los ayuntamientos de Poio, Marín, Vilaboa y Pontevedra. El representante de la Administración autonómica explicó que, tal y como ya había avanzado la consejera Ethel Vázquez recién, la intención de la Xunta es la realización de un plan de saneamiento para la ría de Pontevedra (aplicando la experiencia adquirida en la redacción de otros planes de saneamiento, como los de la ría de Arousa o la del Burgo) en el que se evalúe el funcionamiento de todo el sistema de saneamiento de estos ayuntamientos de manera integral y la afición que se produce en la calidad del agua de la ría. De este modo se pretende conseguir llegar a definir las actuaciones más eficaces para la mejora del funcionamiento del saneamiento de la ría y priorizar aquellas que tengan un impacto más positivo sobre esta.

La colaboración de las administraciones locales es vital para la redacción de esta planificación y el desarrollo de las medidas que en ella se programen, por tanto, son estas las que tienen las competencias del saneamiento y depuración de sus municipios. Por lo tanto, Augas de Galicia necesitará de toda la participación activa de los responsables técnicos y políticos para abordar este gran reto. Para eso, en la reunión se presentó un borrador de protocolo en el que se define esta colaboración.

La Xunta da, por lo tanto, este primer paso hacia la mejora de la calidad de una de las rías más importantes de la Comunidad. Si los ayuntamientos aceptan a mano que hoy les tiende la Administración Autonómica, Augas de Galicia y ayuntamientos podrán empezar de manera inmediata a trabajar en el análisis de las redes, paso necesario para poder realizar una auditoría completa a todas las infraestructuras hidráulicas de saneamiento del ayuntamiento .

Declarada zona sensible

La ría de Pontevedra, circundada por el ayuntamientos de Sanxenxo, Poio, Pontevedra y Marín, aglutina a una población de más de 200.000 personas. Es, además, uno de los nudos más turísticos de Galicia, pudiendo sobrepasar una población estacional de 300.000 habitantes.

Pero este enclave cuenta también con una fauna muy rica, con especies que en muchos casos tienen un alto interés gastronómico, motivo por el cual, la ría es un motor económico de la zona también por su sector del marisqueo. 

Dada su importancia y el reto que supone para la sociedad y las administraciones públicas la conservación de la calidad ambiental de la ría, en el año 2001 fue declarada “zona sensible”. Esta figura de protección impone, además de los condicionantes establecidos sobre la calidad de los vertidos a las rías, un especial control de los nutrientes que pueden llegar desde su costa. Así, se limitan, de forma adicional a las restricciones impuestas sobre una zona normal, las posibles aportaciones de nutrientes como el nitrógeno o el fósforo, y la zona es sometida a un especial control por parte de las administraciones competentes y de la Unión Europea. Además, en la ría existen 5 zonas de producción marisquera (Polígonos GAL) clasificadas por el Intecmar con la letra “B” indicativa de la calidad microbiológica de las aguas para la cría de moluscos. Mejorar o incluso mantener esa clasificación, que permite la extracción de marisco, implica estrictas limitaciones también sobre la carga microbiológica que llega a la ría. 

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