El agua es un recurso esencial para la sostenibilidad ambiental, el desarrollo económico y la vida cotidiana. Sin embargo, en España, su disponibilidad está lejos de ser uniforme. A la desigualdad natural en la distribución del recurso, se suman los efectos del cambio climático, que intensifican la irregularidad de las precipitaciones, prolongan los periodos de sequía y elevan la frecuencia de episodios extremos como las DANAs. Esta combinación de factores ha convertido la gestión del agua en un reto prioritario para administraciones públicas, sectores productivos y la sociedad en su conjunto, exigiendo una planificación cada vez más rigurosa y medidas innovadoras para garantizar su disponibilidad.
A lo largo del territorio nacional, las comunidades autónomas han debido afrontar este desafío con enfoques distintos según sus características climáticas y económicas. En el norte de España, regiones como Galicia o el País Vasco han centrado su estrategia en la regulación de caudales y la gestión de embalses, mientras que en Cataluña o Andalucía la preocupación se ha intensificado con medidas de emergencia ante la reducción de las reservas hídricas. Por su parte, la Comunidad Valenciana y Aragón han apostado por la modernización del regadío y el refuerzo de infraestructuras para mejorar la eficiencia en el uso del agua.
Dentro de este panorama, la Región de Murcia y Castilla-La Mancha se encuentran entre las comunidades donde la presión sobre el agua es más crítica. Ambas tienen en común una alta dependencia del recurso para sectores estratégicos como la agricultura y el abastecimiento urbano, pero enfrentan retos específicos y han desarrollado modelos de gestión diferenciados. Mientras la Región de Murcia ha perfeccionado un sistema basado en la diversificación de fuentes y el máximo aprovechamiento de cada gota, Castilla-La Mancha centra sus esfuerzos en la mejora de infraestructuras de abastecimiento y la optimización del uso urbano e industrial del recurso. A través del análisis de sus estrategias, este reportaje busca comprender cómo estas dos comunidades están respondiendo al desafío de la sequía, qué soluciones han desarrollado y qué medidas consideran necesarias para asegurar el futuro del agua en España.
Dos regiones, un problema compartido: diagnóstico
Región de Murcia: Haciendo de la necesidad, virtud
La Región de Murcia es una de las zonas con menor disponibilidad de agua en España. Su clima semiárido se caracteriza por una baja pluviometría y una notable variabilidad interanual en las precipitaciones, lo que ha hecho que la gestión eficiente de los recursos y el ahorro de agua formen parte de la identidad de la comunidad. Según el Director General del Agua, José Sandoval, la precipitación media en la última década se ha situado en torno a los 300 mm anuales, una cifra ya de por sí baja en comparación con otras regiones. Sin embargo, en los últimos dos años, la situación ha empeorado más si cabe, con precipitaciones que apenas alcanzan el 66% del valor normal, lo que ha situado a Murcia entre las comunidades más afectadas por la sequía, con los niveles de más bajos de la España peninsular.

Esta escasez de precipitaciones ha llevado a un descenso alarmante en los niveles de los embalses, siendo la situación especialmente crítica en la cuenca del Segura, comenta Sandoval. Algunos embalses se encuentran al 20% de su capacidad, con solo un 7% de agua propia de la cuenca. Esto ha puesto en riesgo el abastecimiento y ha incrementado la presión sobre los acuíferos, cuya sobreexplotación requiere un control más riguroso para ajustar las extracciones a su recarga natural, relata. Por otro lado, la Región de Murcia enfrenta ciertas restricciones en los volúmenes trasvasados desde el Acueducto Tajo-Segura, una infraestructura clave para el abastecimiento de la región. Para Sandoval, estas decisiones no responden a criterios técnicos, sino a motivaciones políticas, ya que se han implementado en un momento en el que la cabecera del Tajo se encuentra en niveles de almacenamiento elevados.
El principal sector afectado por esta crisis hídrica es la agricultura, que en la Región de Murcia depende en gran medida del regadío
El principal sector afectado por esta crisis hídrica es la agricultura, que en la Región de Murcia depende en gran medida del regadío. La prioridad de la planificación hidrológica es garantizar el suministro urbano, lo que implica que todas las restricciones recaen sobre la agricultura de regadío, explica Sandoval. En este sentido, es importante poner el foco sobre la agricultura de secano, que ha sido gravemente perjudicada por la falta del único recurso que la sustenta, el agua de lluvia, especialmente en el Altiplano y el Noroeste, donde cultivos tradicionales como el almendro, la vid y el olivo atraviesan una situación crítica, advierte.
Castilla - La Mancha: Construyendo resiliencia hídrica
A diferencia de la Región de Murcia, Castilla-La Mancha cuenta con un nivel de reservas hídricas superior a la media de los últimos diez años, y la situación actual es “mucho mejor” que la del año pasado. Las recientes borrascas que han barrido la Península han incrementado la capacidad de los embalses, lo que permite afrontar el futuro próximo con relativo optimismo. Sin embargo, esta recuperación no ha sido homogénea en toda la comunidad, ya que algunas cuencas continúan en una situación preocupante. Según la Consejera de Desarrollo Sostenible de la comunidad, Mercedes Gómez, las mayores dificultades se encuentran en la cuenca del Guadiana y en la parte del Segura y Júcar en la provincia de Albacete, donde los recursos siguen siendo insuficientes y las infraestructuras necesitan mejoras para garantizar el abastecimiento.

Uno de los principales retos de la comunidad es garantizar la resiliencia del abastecimiento, previendo que la situación pueda empeorar, explica Mercedes, defendiendo el desdoblamiento de infraestructuras hidráulicas que permitan obtener recursos desde más de un punto de toma de agua. Las infraestructuras hidráulicas no solo se ven afectadas por la escasez, sino también por episodios climáticos extremos como las DANA, que cada vez sufrimos con más frecuencia y que ocasionan daños que nos llevan a la falta de recursos en el tiempo que no nos podemos permitir, lamenta. En este sentido, Gómez destaca casos recientes, como la crisis del sistema Picadas en septiembre de 2023, que dejó sin suministro a 350.000 personas tras el colapso de una estructura clave en el transporte de agua. Menciona además la saturación de barro y arrastres de vegetación en el sistema Tajuña y la desaparición de fuentes naturales de captación de agua en municipios como Letur tras la última DANA, eventos que han evidenciado la vulnerabilidad de la red de abastecimiento.
Al igual que en la Región de Murcia, el sector agrícola en Castilla-La Mancha es el directamente afectado por la escasez. La comunidad dispone de 590.000 hectáreas de regadío, siendo la región con mayor superficie de riego por goteo
Al igual que en la Región de Murcia, el sector agrícola en Castilla-La Mancha es el directamente afectado por la escasez. La comunidad dispone de 590.000 hectáreas de regadío, siendo la región con mayor superficie de riego por goteo, un sistema clave para optimizar el consumo de agua. También en los últimos años, se ha extendido el riego de apoyo para cultivos leñosos como el almendro y el pistacho, dos producciones en expansión que presentan una mayor resistencia a la sequía.
Estrategias contra la sequía
En medio de esta crisis hídrica nacional, y en vista de los desafíos, actuales y futuros, para la gestión sostenible y eficiente del agua, cada comunidad autónoma diseña estrategias específicas para enfrentar la escasez. En este contexto, la Región de Murcia y Castilla-La Mancha han desarrollado modelos distintos, pero complementarios, que combinan modernización de infraestructuras, eficiencia en el uso de los recursos y gobernanza adaptada a las nuevas realidades climáticas.
Región de Murcia y Castilla-La Mancha han desarrollado modelos distintos, pero complementarios, que combinan modernización de infraestructuras, eficiencia en el uso de los recursos y gobernanza adaptada a las nuevas realidades climáticas
Modelos de gestión hídrica
En la Región de Murcia la gestión del agua está marcada por la integración de todas las fuentes disponibles, convencionales y no convencionales, incluyendo los recursos procedentes del acueducto Tajo-Segura y el elevado uso de agua regenerada, singularidad de esta región. Otro aspecto fundamental es la promoción por parte del Gobierno regional, de la eficiencia y la eficacia en el uso de estos recursos. El último pilar que sustenta la gestión hídrica en la comunidad es la gran capacidad de regulación a través de las balsas de las comunidades de regantes, lo que les permite mezclar los distintos recursos y disponer de ellos cuando son necesarios.
En Castilla-La Mancha, el modelo de gestión hídrica se articula en torno a dos organismos dependientes de la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno de Castilla-La Mancha. Por un lado, la Agencia del Agua, encargada de la política hidráulica y la planificación; y por otro, la Entidad de Derecho Público Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha (IACLM), ente instrumental con el que se ejecutan las infraestructuras de abastecimiento y depuración en convenio con los ayuntamientos.
Modernización de regadíos
El sector agrícola es el mayor consumidor de agua en ambas comunidades, por lo que la modernización de regadíos es una prioridad. En la Región de Murcia, el Gobierno regional ha impulsado una gestión avanzada del riego mediante infraestructuras de regulación, lo que ha permitido a los usuarios disponer de las mejores técnicas disponibles para optimizar el uso de agua y fertilizantes que se hace en las explotaciones agrícolas, garantizando la sostenibilidad ambiental en el sentido más amplio, explica Sandoval. En este ámbito, la región apuesta de manera firme por los regadíos medioambientales, consiguiendo monitorizar completamente el aporte de agua y fertilizante a las plantas y su afección al medioambiente, contabilizando el agua lixiviada y utilizando algoritmos de inteligencia artificial para la creación de alertas tempranas que avisan de un posible lixiviado.
En Castilla-La Mancha, también se han adoptado medidas para mejorar la eficiencia del regadío, con especial énfasis en cultivos leñosos como el almendro y el pistacho. “Llevamos años modernizando los regadíos, incluso incorporando aguas residuales tratadas y tecnologías digitales para optimizar el consumo”, destaca Gómez Rodríguez.
El sector agrícola es el mayor consumidor de agua en ambas comunidades, por lo que la modernización de regadíos es una prioridad
Abastecimiento urbano
Garantizar el suministro de agua a la población es otro de los pilares estratégicos. Sobre todo para Castilla-La Mancha, donde la mejora del abastecimiento pasa por la ampliación de la red y la modernización de infraestructuras para dotarlas de resiliencia. “Gestionamos 11 sistemas de abastecimiento que dan servicio a más de 705.000 personas”, indica la consejera.
Para ello, la comunidad ha apostado por proyectos clave como el desdoblamiento necesario de las infraestructuras hidráulicas, que permitan obtener recursos desde más de un punto de toma de agua; así como la construcción de nuevos ramales, como el de la Tubería Manchega que abastecerá a 130.000 personas en 16 municipios del Campo de Calatrava. Este proyecto, respaldado por una inversión de 96,3 millones de euros, generará empleo y será fundamental para el desarrollo de los municipios y el reto demográfico.

También se ha avanzado en la finalización del sistema Morillejo, que garantizará el suministro a los municipios situados en las inmediaciones del Acueducto Tajo-Segura en Guadalajara y Cuenca, que hasta ahora dependían de camiones cisterna.
Por otro lado, la Consejera castellano-manchega destaca que están invirtiendo en la mejora de redes urbanas de distribución de agua, a fin de reducir pérdidas y mejorar la eficiencia, incorporando caudalímetros digitales e inteligencia artificial con gemelos digitales en los principales sistemas de abastecimiento. En este ámbito, Sandoval destaca que en la Región de Murcia, existen 11.000 balsas de riego que permiten gestionar los recursos hídricos con flexibilidad, y también se ha apostado por la modernización de redes para reducir pérdidas, aunque reconoce que existe cierto margen de mejora.
"Nuestra región apuesta por reducir el consumo con redes eficientes y medidores digitales, además de fomentar la reutilización del agua en agricultura e industria" Mercedes Gómez, Consejera de Desarrollo Sostenible del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Recursos hídricos no convencionales
Dado el déficit estructural de agua, tanto la Región de Murcia como Castilla-La Mancha han desarrollado estrategias para incorporar recursos no convencionales. En la Región de Murcia, el uso agua regenerada es una apuesta decidida: se reutiliza hasta el 98% del agua depurada, lo que constituye una constante y fiable de un recurso que supone el 15% del total del agua de riego que se consume en la Región, ensalza el Director General del Agua.
"Hemos trabajado intensamente amparados en un modelo de gobernanza de éxito, que nos ha permitido disponer, y distribuir, importantes cantidades de agua regenerada a las comunidades de regantes de la Región". José Sandoval, Director General del Agua de la Región de Murcia.
En este ámbito, Sandoval destaca, por su relevancia en el cumplimiento de la normativa sectorial en materia de reutilización, los siete tratamientos cuaternarios implementados en sus estaciones depuradoras, que han permitido mejorar la calidad del agua regenerada. En la actualidad, la región cuenta con seis plantas operativas con estos tratamientos y otra a punto de entrar en servicio, con una inversión total que supera los siete millones de euros, lo que pone de manifiesto el compromiso del Gobierno Regional en mantenerse a la vanguardia en materia de saneamiento y depuración.
En Castilla-La Mancha, la reutilización del agua también es una prioridad, aunque reconocen que aún existe margen de mejora. Por un lado, en materia de depuración, la comunidad gestiona 241 depuradoras que dan servicio a 510.000 personas y siguen construyendo depuradoras de manera continuada. “No se entiende una política en materia de agua que no pase por retornar al medio el agua utilizada en las mejores condiciones posibles: primero, para asegurar la preservación de los ecosistemas y su biodiversidad; y segundo, para que esa misma agua pueda ser reutilizada con garantías”, asevera Gómez, ensalzando que, en la actualidad, están trabajando para poder dotar a las depuradoras de sistemas terciarios para ampliar la reutilización, no solo en agricultura, sino también en la industria, explica.
Sin embargo, la región manchega se enfrenta a una limitación estructural: al no tener acceso al mar, no puede recurrir a la desalación como alternativa. “Dependemos del agua de lluvia almacenada en embalses y pozos, lo que limita las posiblidades de aumentar la disponibilidad de agua, ya que su principal fuente es la lluvia; lo que nos hace más vulnerables al cambio climático”, añade la consejera.
Infraestructuras y digitalización
Otra de las grandes apuestas para una gestión más eficiente del agua es, por supuesto, la tecnología. Ambas comunidades han priorizado la inversión en infraestructuras y digitalización para mejorar la gestión hídrica.
Una de las grandes apuestas para una gestión más eficiente del agua es, por supuesto, la tecnología. Ambas comunidades han priorizado la inversión en infraestructuras y digitalización para mejorar la gestión hídrica
En el caso de la Región de Murcia, el Director General del Agua defiende que la base para afrontar la sequía son las infraestructuras hidráulicas -algunas muy denostadas por algunos sectores en los últimos tiempos-. Presas y embalses son fundamentales para abordar la irregularidad de las precipitaciones, ejemplifica. Por otro lado, destaca que la digitalización y monitorización, el uso de sensores y los sistemas de gestión en tiempo real están permitiendo optimizar la distribución y detectar incidencias rápidamente. Del mismo modo, la inteligencia artificial permite utilizar algoritmos para prever demandas y ajustar sistemas de riego, lo que ayuda, también, a prevenir desperdicios. Sin embargo, Sandoval remarca que, todo esto no tiene sentido si las infraestructuras no se renuevan. Las pérdidas por mal de estado de las redes, el agua no registrada, no va a dejar de existir por razón de la digitalización y la monitorización.

En Castilla-La Mancha, por su parte, destaca la inversión de nueve millones de euros a la digitalización de los sistemas de abastecimiento Tajuña, Bornova, Picadas-Almoguera y Girasol, mediante la implantación de sistemas de telecontrol. Otra propuesta clave, para abaratar el coste energético de las infraestructuras hidráulicas, ha sido la instalación de paneles fotovoltaicos con los que se están dotando a las mismas y que están suponiendo ya un ahorro del treinta por ciento en estaciones de bombeo y depuración.
Gobernanza y normativas
Un modelo de gobernanza adecuado, apoyado por la base normativa adecuada, es clave para el éxito ante los retos que nos plantea la escasez del recurso. En la Región de Murcia, la legislación ha sido clave para desarrollar un modelo eficiente y sostenible. Leyes como la Ley 6/2006 de medidas de ahorro y conservación del agua y la Ley 3/2000 de Saneamiento y Depuración (que es la base de un canon de saneamiento finalista y solidario), han permitido optimizar el consumo y garantizar la reutilización del 98% del agua depurada, explica Sandoval. Otra herramienta clave en el éxito del modelo de gestión es el sistema VIGIA, que obliga a las empresas industriales a desarrollar planes de ahorro hídrico mediante metodologías de hidroeficiencia, con el objetivo de reducir el consumo y mejorar la sostenibilidad en sus procesos productivos.
Sin embargo, Sandoval muestra cierto escepticismo respecto a la efectividad de algunas normativas recientes relacionadas con el cambio climático. Considera que muchas de ellas responden más a exigencias formales que a criterios técnicos validados, lo que genera incertidumbre y falta de robustez en su aplicación. Como ejemplo, señala los Planes Especiales de Sequía, que, pese al esfuerzo técnico que conllevan, no ofrecen un sistema fiable para la detección de riesgos y la activación de alertas. Además, critica el reglamento de reutilización del agua, que, aunque establece condicionantes de calidad para su uso, no incluye medidas para fomentar su implantación real, lo que demuestra, según él, una falta de voluntad para integrar este recurso en la gestión hídrica nacional.
En Castilla-La Mancha, por su lado, la planificación normativa continúa evolucionando, precisamente, para adaptarse a los nuevos desafíos climáticos y no repetir errores del pasado. En este sentido, la comunidad trabaja en la adaptación a fenómenos extremos, como sequías e inundaciones, con la implementación de normativas específicas, como la Ley de Aguas, que desde 2025 incluye un canon medioambiental para incentivar el uso eficiente del agua y financiar mejoras en el ciclo integral del recurso. Además, el gobierno regional ultima una Ley del Cambio Climático que permitirá establecer estrategias preventivas adaptadas a su territorio. En paralelo, la comunidad impulsa la colaboración público-privada en materia de abastecimiento, dada la elevada inversión que requieren estas infraestructuras. Para coordinar estas acciones, en el primer semestre de 2025 se pondrá en marcha la Agencia de la Energía y del Cambio Climático, con el objetivo de consolidar una gestión hídrica sostenible y resiliente.
Inversión y financiación
El acceso a financiación es clave para ejecutar estas estrategias y, “la realidad de las cifras, en este sentido, no invita a la desesperanza”, declara Sandoval, denunciando el grave déficit de inversión en infraestructuras hídricas en España. “Del Plan Hidrológico 2016-2021 solo se ejecutó el 30,5% de los 20.000 millones previstos, y la situación no parece mejorar en el PH 2022-2027”, lamenta. En este sentido, el experto defiende la necesidad de aumentar la inversión, enfocar de manera adecuada los recursos disponibles y alinear las inversiones con las necesidades reales, priorizando la rehabilitación y renovación de infraestructuras existentes, muchas de las cuales están incluidas en los planes de cuenca y en las planificaciones de las comunidades autónomas.
En el caso de Castilla-La Mancha, la Consejera de Desarrollo Sostenible, destaca el esfuerzo inversor en infraestructuras hidráulicas llevado a cabo en los últimos años, con un presupuesto que se ha multiplicado por cinco hasta alcanzar los 138,9 millones de euros en 2025, gracias a los fondos del programa FEDER Castilla-La Mancha 2021-2027 y el Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia. No obstante, reconoce que, debido a la extensión y dispersión demográfica de la región, es necesario mantener y ampliar esta inversión en el tiempo. Para ello, plantea la concesión de los sistemas de abastecimiento de Picadas-Almoguera, Girasol y Algodor, cuya modernización requiere más de 100 millones de euros, lo que hace imprescindible la colaboración público-privada. En el ámbito de la depuración, subraya nuevamente la implantación del canon medioambiental, especialmente en los municipios más pequeños, donde sería inviable asumir estos costes sin apoyo institucional.
Colaboración
Por último, ambas comunidades coinciden en que la gestión hídrica requiere una cooperación estrecha entre administraciones y sectores. En la Región de Murcia, Sandoval defiende que el problema de la escasez de agua debe abordarse con una visión de Estado, promoviendo infraestructuras que permitan conectar todos los sistemas a nivel nacional, flexibilizando la gestión del recurso y mejorando la capacidad de respuesta frente a episodios de escasez, ya sean estructurales como la de Murcia o las que coyunturalmente puedan darse en otros territorios. “No somos un país seco, somos uno con el agua muy mal repartida”, denuncia.
En este sentido, Mercedes Gómez destaca que la colaboración con el Estado es esencial en la gestión del agua en Castilla-La Mancha, no solo por obligación legal, sino por la interdependencia con otras comunidades autónomas a través de sus cuencas hidrográficas. Subraya la necesidad de mayor implicación estatal en la financiación de infraestructuras hídricas, especialmente en una región con gran dispersión poblacional y desafíos climáticos. Asimismo, recalca la importancia de la coordinación nacional para garantizar el acceso equitativo al agua.
En cuanto a la colaboración público-privada, Mercedes afirma que es clave para optimizar los recursos y financiar proyectos estratégicos, como la modernización de sistemas de abastecimiento. Como ejemplo, menciona el estudio de una concesión para los sistemas de abastecimiento de Picadas-Almoguera, Girasol y Algodor, que permitiría obtener financiación para su modernización, con más de 85 actuaciones previstas y una inversión superior a los 100 millones de euros.
En este contexto, Sandoval destaca el papel de las empresas tecnológicas en la optimización de los recursos hídricos, a través de soluciones innovadoras como la inteligencia artificial y la digitalización. “La transferencia tecnológica es base para construir ese futuro sostenible para el agua, y las empresas tienen que aportar herramientas que permitan desarrollar de forma adecuada las políticas marcadas por las administraciones públicas”.
Un futuro condicionado por la incertidumbre hídrica
La gestión del agua en la Región de Murcia y Castilla-La Mancha refleja la necesidad de adaptar estrategias a contextos territoriales distintos, pero con un desafío común: garantizar la sostenibilidad del recurso en un escenario marcado por la incertidumbre climática y la escasez. Ambos responsables coinciden en que la sostenibilidad hídrica es un desafío que trasciende la coyuntura actual y exige una planificación a largo plazo.
La gestión del agua en la Región de Murcia y Castilla-La Mancha refleja la necesidad de adaptar estrategias a contextos territoriales distintos, pero con un desafío común: garantizar la sostenibilidad del recurso en un escenario marcado por la incertidumbre climática y la escasez
En la Región de Murcia, la diversificación de fuentes de abastecimiento, incluyendo trasvases, reutilización, desalación y captación de agua de lluvia, es una realidad consolidada tras décadas de trabajo. Sin embargo, el reto a futuro pasa por optimizar aún más la gestión del recurso, integrando tecnologías de monitorización en tiempo real dentro del modelo de agricultura 4.0. La región insiste en la importancia de una planificación hidrológica nacional que garantice la equidad en el reparto del agua en España, así como en la actualización del marco legal para adaptarse a los nuevos desafíos climáticos.
Por su parte, Castilla-La Mancha centra su visión de futuro en cuatro grandes pilares: planificación, abastecimiento, depuración y normativa. La comunidad busca asegurar el equilibrio entre restricciones ambientales y demandas hídricas, con especial atención en los caudales ecológicos del río Tajo. El abastecimiento sostenible para sus más de dos millones de habitantes sigue siendo una prioridad, con proyectos de integración de pequeñas localidades en la red regional y el refuerzo de infraestructuras estratégicas. Además, la comunidad afronta el reto de cumplir con los nuevos estándares europeos en depuración, lo que requerirá una inversión considerable en la modernización de sus plantas de tratamiento de aguas residuales.
En ambos casos, la adaptación al cambio climático es un factor clave. Tanto Sandoval como Gómez coinciden en que fenómenos extremos, como sequías prolongadas y lluvias torrenciales, obligan a diseñar políticas flexibles y resilientes. La gestión inteligente del agua, la eficiencia energética y el desarrollo de normativas más adaptadas a la realidad climática son aspectos fundamentales de su planificación futura.
Pero la sostenibilidad del agua no depende únicamente de la acción institucional. La ciudadanía juega un papel crucial en este reto. En la Región de Murcia, la concienciación y la educación en el uso eficiente del agua forman parte de la estrategia regional, con campañas dirigidas a inculcar hábitos responsables desde edades tempranas. En Castilla-La Mancha, la educación ambiental se perfila como una herramienta clave para consolidar una cultura del agua sostenible, complementada con iniciativas como el canon medioambiental, que busca incentivar el ahorro y garantizar la financiación de infraestructuras hidráulicas esenciales.
La sostenibilidad del agua no depende únicamente de la acción institucional. La ciudadanía juega un papel crucial en este reto
A medida que las condiciones climáticas se vuelven más inciertas y la presión sobre los recursos hídricos aumenta, la gestión del agua se consolida como un tema de Estado. La experiencia de la Región de Murcia y Castilla-La Mancha muestra que la adaptación es posible, pero requiere inversiones sostenidas, innovación tecnológica y, sobre todo, una gobernanza coordinada que priorice el interés común. La respuesta a los desafíos hídricos del futuro dependerá, en gran medida, de la capacidad de España para integrar soluciones locales en una estrategia global, asegurando que cada gota cuente.