Pensando en positivo para mejorar la gestión del agua
Contexto hídrico, retos y acciones para empresas y administraciones
Entrevistamos a Alejandro Sturniolo, cofundador del Water Positive Think Tank, para conocer el contexto en el que nace esta iniciativa, sus objetivos y las acciones que plantean para impulsar el concepto positivo en agua en la sociedad.
Se prevé que la población urbana que se enfrente a la escasez de agua se duplique a nivel mundial, pasando de los nada desdeñables 930 millones que había en 2016 a entre 1700 y 2400 millones de personas en 2050. Estamos ante “un riesgo inminente de una crisis mundial del agua”, advierte el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo 2023. Sí, la eficiencia en el uso del agua ha aumentado en un 9%, pero el estrés hídrico y la escasez siguen siendo un motivo de preocupación en muchas partes del mundo, recuerdan.
No se puede crear agua nueva. La molécula de agua está compuesta de dos partes de hidrógeno y una de oxígeno y, aunque esto pueda parecer sencillo, unir estos átomos no lo es: haría falta una gran descarga de energía (y por tanto, sería extremadamente costoso) y la unión conllevaría un altísimo riesgo de explosión. Sobre el papel, hay teorías que dicen que es posible; en la práctica, los avances han sido ínfimos. De momento, la que hay es la que hay. Así que la solución pasa por una adecuada gestión del agua y procesos como la reutilización o la desalación.
Para que el balance tenga sentido, en los últimos años ha cogido fuerza una tendencia: ser water positive, es decir, positivo en agua. Devolver más agua de la que se usa. En torno a ese mensaje se han agrupado voluntariamente más de un centenar de profesionales que conforman la iniciativa Water Positive Think Tank (WPTT). Este grupo de reflexión e investigación busca “pensar, analizar, educar y proponer alternativas sostenibles a la administración de los recursos hídricos enfocadas en ahorro de agua, la gestión de aguas pluviales, circularidad y purificación del agua”, explica a RETEMA Alejandro Sturniolo, vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Desalinización (IDRA) y uno de los fundadores del Water Positive Think Tank. Hablamos con él para entender el contexto en el que nace esta iniciativa, sus objetivos y las acciones que plantean.
Las palabras son importantes y su elección marca y tiene peso. Pensar y hablar en positivo transmite, de por sí, algo constructivo, y esto es a lo que resuena la expresión water positive. No hay una definición formal, pero “ser positivo con el agua se refiere a que una entidad, como una empresa, una comunidad o un individuo, va más allá de la simple conservación del agua y contribuye activamente a la gestión sostenible y a la restauración de los recursos hídricos”, explican en la web del Water Positive Think Tank.
Esto implica “aplicar prácticas y tecnologías que reduzcan el consumo de agua, mejoren su calidad y aumenten su disponibilidad”. El objetivo water positive es “dejar un impacto positivo en los ecosistemas acuáticos y garantizar que se conserva y restaura más agua de la que se utiliza o agota”, indican. Es decir, que el balance sea positivo y su uso no repercuta de manera negativa en el total.
En los últimos años ha cogido fuerza en la industria la tendencia water positive, es decir, Devolver más agua de la que se usa.
La mirada global a este concepto viene de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. En él se incluyen miradas a 2030 con ideas como mejorar la calidad del agua reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial, o el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores, a la vez que se asegura la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce.
La idea de conformarse en torno a un grupo de trabajo profesionalizado surgió hace poco más de un año. “En la Conferencia de la ONU sobre el Agua 2023, celebrada en Nueva York, los fundadores del Think Tank entendimos que la llamada a la acción tan presente en cada ponencia de ese evento era una apelación al compromiso directo y personal de quienes contaban con el conocimiento y la experiencia: debíamos asumir esta responsabilidad”, cuenta Sturniolo. El escenario de inseguridad hídrica en ciernes exigía “estudiar, promover y propugnar lo necesario para revertir esta situación”, añade.
Con este propósito común, el primer paso es colaborar. Más de 50 profesionales de diferentes disciplinas, continentes y culturas se unieron en este grupo que tiene sobre todo un “enfoque científico y sistémico para buscar sinergias e impulsar juntos los avances en la Agenda 2030 y la necesaria resiliencia hídrica para todos”, afirma Sturniolo. Ahora son más de 100.
Su objetivo es “recoger y ordenar cada acción que lleve al impacto positivo en los recursos hídricos de forma sostenible, en tres dimensiones: calidad, cantidad y accesibilidad o geolocalización”. Para entender estas acciones, analizarlas y difundirlas de forma clara y sencilla, siempre desde la evidencia científica, el formato en el que trabajan desde el Think Tank es el Water Positive Framework.
"La inversión en regeneración de efluentes y otras tecnologías de tratamiento de agua ofrece una oportunidad para crear un impacto positivo en el planeta. Aborda las necesidades críticas de agua de comunidades y sectores industriales en todo el mundo", destaca Alejandro Sturniolo, vicepresidente de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Desalinización (IDRA) y cofundador del Water Positive Think Tank.
En este marco de trabajo del WPTT se establecerán las metodologías, acuerdos y pilares que los expertos y expertas creen que se deben considerar para la implementación de estrategias e iniciativas para la gestión de los recursos hídricos. Está dividido en cuatro verticales - ahorro de agua, recolección de agua de lluvia, reúso del agua y potabilización - y dentro de cada una de ellas hay distintas subsecciones que recogen las opciones y formas para llevarlo a cabo.
Entre ellas no hay una tecnología que sobresalga por sí sola, pero Sturniolo señala como cruciales la purificación del agua mediante tecnologías avanzadas como la ósmosis inversa, la ultrafiltración, equipos de radiación ultravioleta y la incorporación de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. “En el Think Tank solo proponemos procesos genéricos que generen un impacto positivo en los recursos hídricos, sin entrar en detalles tecnológicos”, reconoce.
Sí resalta que la regeneración de efluentes representa un gran potencial de mercado, “ya que mediante la purificación con procesos avanzados, podemos obtener calidad y cantidad de agua en la cuenca donde se requiera”. No es un potencial menor: “Aproximadamente 1.000 millones de metros cúbicos de efluentes, tratados y no tratados son descartados cada día en todo el mundo, una cifra 10 veces mayor que el mercado de desalación”, revela. El experto cree que es un mercado prioritario y necesario donde se generan beneficios colaterales. “Al mismo tiempo que generamos más agua fresca, reducimos la contaminación de cauces superficiales y minimizamos el transporte de agua”. Y esto es lo que se conoce como “impacto positivo en los recursos hídricos”.
Pensar en el agua en positivo, devolver más de lo que se consume y, de paso, compensar ese gasto. Porque estos beneficios son los que las mayores corporaciones del mundo están “interesadas en apoyar como forma de compensación de su huella hídrica”, algo similar a lo que hacen en el mercado de carbono con las emisiones de gases de efecto invernadero, añade Sturniolo.
En general, “la inversión en regeneración de efluentes y otras tecnologías de tratamiento de agua ofrecen una oportunidad significativa para crear un impacto positivo en el planeta, al tiempo que se abordan las necesidades críticas de agua de las comunidades y sectores industriales en todo el mundo”, concluye.
Aunque el framework estará en su web a final de 2024, ya está disponible para quien quiera verlo en versión borrador, y en marzo hicieron una primera entrega en Chile, país referente en desalación en Latinoamérica. “Fue al Gobierno chileno a través de ACADES (Asociación Chilena de Desalinización) durante su congreso en la semana del Día Mundial del Agua. Al mismo tiempo, entregamos una copia a representantes del Banco Mundial en el mismo evento, donde participó el expresidente de Chile, Eduardo Frei, quien implementó el plan hídrico que convirtió a Chile en el mayor desalador de América Latina”, cuenta Sturniolo.
El grupo del WPTT se formalizó a finales de 2023, pero en realidad la mecha había prendido un par de años antes. Además de Alejandro Sturniolo, en esos orígenes estaban Miriam Brusilovsky, presidenta de la Israel Desalination Society; Domingo Zarzo, presidente de Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDYR); los abogados Eduardo Orteu y Esther Gonzalez; Daniele Strongone de la Asociación Internacional de Desalinización (IDA) y Guillem Gilabert-Oriol de DuPont Water Solutions.
Hay muchos expertos en agua, pero Sturniolo subraya que lo que realmente destaca en este grupo es la transdisciplinariedad, una palabra que representa por ejemplo la bióloga experta en Sistemas de Información Geográfica, Gisel Booman, miembro del grupo. También hay expertos en agricultura, geografía, medicina, economía, derecho y comunicación.
¿Cómo se organiza un conjunto tan grande de gente, con diferentes conocimientos y experiencias, y desde todas las partes del mundo? En cinco grupos, cada uno con sus objetivos y tareas, que ponen en común cada tres meses. En Comunicación se responsabiliza de la comunicación interna y externa, y su función principal es la educación, tanto dentro como fuera del mercado del agua. En Asuntos Legales y Regulatorios, que lidera Orteu, son responsables de la creación de la entidad asociativa sin personalidad jurídica llamada Water Positive Think Tank. “Elegimos este estatus jurídico ya que no queríamos añadir una asociación más al mercado; todo lo contrario, queremos apoyar a todas las asociaciones existentes que acepten nuestra ayuda”, explica Sturniolo. Desde Gobernanza se enfocan en la dirección estratégica, políticas y procedimientos, y en Asociaciones Estratégicas se encargan de comunicarse con diferentes organizaciones de todo el mundo para compartir el trabajo y ayudarles a difundirlo.
El peso pesado recae en el grupo que se encarga del desarrollo del marco de trabajo. “El Water Positive Framework está liderado por cinco representantes técnicos de primer nivel mundial, de los cuales el 80% son mujeres, lo cual no es un estándar en nuestro mercado y de lo cual estamos muy orgullosos”, apostilla Sturniolo, que remarca que los líderes de todos los grupos están compuestos equitativamente por un 50% de mujeres y un 50% de hombres, algo que ha sucedido de manera orgánica. “Estamos orgullosos de que una organización tan joven cuente con esta característica”, subraya.
"El mayor reto es la educación sobre los recursos hídricos y la comunicación. No solo estamos atravesando una crisis hídrica a nivel mundial, sino también una crisis de conocimiento", afirma Sturniolo.
El Think Tank está conformado, los grupos de trabajo distribuidos, el framework encauzado y los objetivos claros. Y ahora, ¿qué? “El mayor reto es, sin duda alguna, la educación sobre los recursos hídricos y la comunicación. Esta es una gran parte de nuestro objetivo, ya que no solo estamos atravesando una crisis hídrica a nivel mundial, sino también una crisis de conocimiento”, considera Sturniolo.
La falta de educación y concienciación sobre los problemas del agua y las posibles soluciones puede suponer un obstáculo porque “muchas personas no comprenden la gravedad de la situación ni las acciones necesarias para mitigarlo”. Por eso, desde el WPTT consideran que una parte esencial es trasladar al público la importancia de la gestión sostenible del agua y las tecnologías disponibles para lograrlo.
Aunque con menos de un año de vida, en el Water Positive Think Tank tienen claros los retos y también los objetivos. La situación es complicada y queda mucho por hacer pero para cerrar lanzan, como no podía ser de otra manera por su nombre, un mensaje en positivo: “Hemos logrado algo maravilloso: crear agua pura de forma sostenible a través de recursos renovables, y muchas corporaciones están dispuestas a apoyarnos para compensar su huella hídrica mediante estos recursos. Ayudemos a que más gente lo sepa”.
En muchos sectores ha habido empresas que han anunciado su intención de remar hacia objetivos water positive. “Las empresas están invirtiendo en proyectos que mejoran la calidad y disponibilidad del agua, ya que esto no solo ayuda al medio ambiente, sino que también mejora su reputación y cumplimiento regulatorio”, indica Sturniolo. Microsoft, Google, Unilever, Nestlé, Levi’s, IKEA, Starbucks, Danone, IBM o Coca Cola son algunas de las que hace años diseñaron estrategias para compensar el consumo de agua.
Por ejemplo, Meta, gran tecnológica que necesita ingentes cantidades de agua para sus centros de datos y procesamientos computacionales, en 2021 anunció el objetivo de restaurar más agua de la que consumen para 2030. El mismo año, PepsiCo también prometió disminuir su consumo de agua y reponer la que utiliza en regiones afectadas por la sequía dónde tiene plantas de fabricación. “La huella hídrica de la industria representa el 90% del agua que consumimos, por lo que es lógico que la industria asuma la responsabilidad del tema”, apostilla el cofundador de WPTT.
Para que las empresas y el sector industrial implementen estrategias efectivas en sostenibilidad y gestión de recursos hídricos “es fundamental que comiencen por estudiar, leer y buscar ayuda profesional para obtener una visión clara de la situación actual de la compañía”, considera Sturniolo. Esto implica realizar una “evaluación exhaustiva de su impacto ambiental y su huella hídrica”. Cuando tengan esa foto inicial, lo siguiente será “plantear objetivos claros y realistas que alineen la gestión del agua con las metas globales de sostenibilidad y las normativas locales e internacionales”, continúa.
Mejorar la gestión de los recursos hídricos a nivel industrial y urbano tiene beneficios que repercuten en todo el planeta y en la sociedad.
Después llega el diseño de la estrategia, y no solo ejecutarla, sino hacer un seguimiento y análisis a través de la “elaboración de informes de sostenibilidad, ya que la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) ha transformado la manera en que se reporta la sostenibilidad, requiriendo mayor transparencia y responsabilidad”, explica el experto.
Esto para las empresas, ¿y las ciudades y administraciones? Para Sturniolo, el camino a seguir es similar: evaluar su situación actual, plantear objetivos específicos para mejorar su gestión del agua, diseñar estrategias concretas y, de nuevo, no olvidar los informes. “Aquellas ciudades y administraciones que estén mejor preparadas encontrarán más fácil establecer estas alianzas, atrayendo inversiones y logrando una gestión del agua más eficiente y sostenible”, asegura.
Mejorar la gestión de los recursos hídricos a nivel industrial y urbano tiene beneficios que repercuten en todo el planeta y en la sociedad. “Al gestionar el agua de forma sostenible, se mejora la gestión de la producción de alimentos y energía y se contribuye al trabajo digno y al crecimiento económico. Además, se preservan los ecosistemas acuáticos y su biodiversidad, y se lucha contra el cambio climático”, se recuerda en el ODS 6. De nuevo, pensar en positivo para avanzar hacia la circularidad del agua.