Revolución verde de los envases: el ecodiseño cambia la reglas del juego en la economía circular

Los envases suponen uno de los grandes desafíos en materia de residuos. En este sentido, el ecodiseño se erige como poderosa herramienta a fin de minimizar la producción, y en su lugar, crear un mercado eficiente para materias primas secundarias
Autor/es
Griselda Romero
Publicado en
31-07-2023

Los envases ya no deben fabricarse pensando en una mejor comercialización o una mayor aceptación de los consumidores, sino en un menor impacto ambiental. Si bien los criterios mencionados siguen siendo pertinentes para el diseño, en ningún caso justificarían que un envase pudiera tener un peso o un volumen adicional. Así lo explica Wolfgang Trunk, miembro de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, quien defiende que los envases deben diseñarse y fabricarse de forma que permitan una mayor sustitución de materiales vírgenes o primarios, minimizando su volumen y peso, y teniendo en cuenta la reciclabilidad, el uso de contenido reciclado y la reutilización, atendiendo a unos criterios de rendimiento, enumerados en la propuesta de reglamento de la UE.

Sin embargo, no se debe perder de vista que el envase tiene una función, por lo que se ha de lograr un equilibrio entre la funcionalidad y la sostenibilidad del mismo. Para ello, Ander Elgorriaga, responsable de Ecoinnovación de la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco (Ihobe), enumera cinco estrategias a tener en cuenta durante la etapa del ecodiseño, que pasan por crear un diseño eficiente, seleccionar materias primas sostenibles, optimizar la fabricación y el envasado, conseguir una logística eficaz y considerar una óptima reutilización o reciclaje del envase.

En este sentido, los avances tecnológicos en ecodiseño de envases están impulsando importantes transformaciones en el sector, permitiendo el desarrollo de soluciones de envasado más sostenibles e innovadoras, afirma el experto de la Comisión Europea. Destaca en primer lugar, el esfuerzo tecnológico por innovar en materiales de envasado renovables y reciclables, biodegradables y compostables, que contribuyen a la reducción de residuos y reducen el impacto ambiental;  así como en el uso de contenido reciclado, que ayuda a reducir la demanda de materiales vírgenes y promueve la conservación de recursos.

 

"La industria del reciclado y los fabricantes de envases europeos están adoptando un enfoque voluntario para mejorar la reciclabilidad de los envases, esfuerzos que ya pueden verse reflejados en el aumento de las tasa de reciclado de la UE", destaca Wolfgang Trunk, miembro de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea.

 

Se perciben también los esfuerzos tecnológicos en el diseño circular, para reducir el uso de materiales, reutilizarlos y reciclarlos, tanto en lo que respecta al producto (diseño físico) como en el ámbito molecular (diseño químico), agrega el experto de Ihobe.

Asimismo, se están desarrollando soluciones inteligentes para controlar la calidad del producto y prolongar su vida útil; y para mejorar su seguridad, sustituyendo sustancias carcinógenas, mutágenas y repro-tóxicas y sustancias altamente preocupantes de las fórmulas de envasado, como por ejemplo catalizadores, aditivos, plastificantes, etc.

Por último, la tecnología permite la comunicación y el seguimiento de información relevante para mejorar la gestión de la cadena de suministro, así como la trazabilidad y la transparencia, concluye Trunk.

 

El consumidor juega un papel crucial en la promoción del ecodiseño, sus decisiones de compra y sus demandas tienen el poder de impulsar a la industria hacia prácticas de envasado más responsables y respetuosas del medioambiente.

 

 

Relación empresa - consumidor

En los últimos años, las empresas de la industria del reciclado y los fabricantes de envases están adoptando un enfoque voluntario para mejorar la reciclabilidad de los envases, esfuerzos que pueden verse reflejados en el aumento de las tasas de reciclado en la UE. Sin embargo, algunos Estados miembros siguen corriendo el riesgo de no alcanzar los objetivos de reciclado para 2025, advierte el funcionario de la UE.

En el caso de España, la mayoría de las empresas de la cadena de valor de los envases va tarde, perdiendo la oportunidad de posicionarse competitivamente mejor y entrando en un mercado con relevantes competidores más “verdes” del centro y norte de Europa, defiende el responsable de Ihobe. Muchas ni siquiera tienen estrategias definidas para afrontar los nuevos requisitos regulatorios ya vigentes, y mucho menos aún anticiparse a lo que nos llega en los próximos cinco años.

Las empresas que no siguieron el consejo de integrar el ecodiseño en su estrategia están empezando a cerrar la persiana; y por el contrario, las que emprendieron ese camino, se capacitaron y realizaron una apuesta de I+D+i en esta materia, están incrementando cuotas de mercado y beneficios, afirma Elgorriaga, y enumera algunos ejemplos de empresas exitosas en innovación y ecodiseño como: A&B Laboratorios, que ha reducido más del 80% de los envases de productos de limpieza, concentrando al máximo los principios activos y reduciendo el volumen; Sodesa y Cemosa, que fabrican envases para huevos con PET y papel reciclado; Plastigaur, que ha reducido casi a la mitad los espesores del film y es líder en la incorporación de material reciclado; Vidrala, que ha reducido el espesor de las botellas de vino que fabrica a partir de reciclado y está camino de envases “cero emisiones”; o Urola, fabricante de envases y de maquinaria sostenible de envasado, que ha conseguido ecodiseñar completamente sus productos.

En el caso de los consumidores, estos parecen también estar dispuestos a optar por envases más respetuosos con el medio ambiente y prefieren las opciones de envases reutilizables cuando están disponibles, asevera Trunk. Además, desempeñan un papel crucial en la promoción del ecodiseño, pues su participación activa en prácticas de consumo sostenible, sus decisiones de compra y sus demandas tienen el poder de impulsar a la industria hacia prácticas de envasado más responsables y respetuosas del medioambiente. El representante de la Comisión Europea defiende que los consumidores deben hacer una elección informada, buscando productos con diseños de envases sostenibles, teniendo en cuenta el impacto medioambiental de los envases a la hora de tomar decisiones de compra, y poniendo en práctica el principio de las 3R de la sosteniblidad: reducir, reutilizar y reciclar.

Con estas afirmaciones coincide Elgorriaga, quien afirma además, que el sector distribuidor se adapta completamente a los hábitos de compra de sus clientes, por lo que a poco que un 10-15% de las personas dejan de comprar ciertos tipos de productos debido a un sobre-envasado o a unos envases sin ecodiseñar, se darán importantes cambios. No obstante, para que esto ocurra, es necesario vertebrar socialmente una respuesta coordinada para que las personas más comprometidas aporten su “granito de arena”, para lo que hace falta un mayor liderazgo ciudadano; y también, educar a las personas consumidoras haciendo entender el enfoque de ciclo de vida de un envase, para hacer frente a la confusión y la desconfianza que genera la “ensalada” de etiquetas y marketing.

Por otro lado, en relación al vínculo entre consumidores e industria, los consumidores están legitimados para pedir transparencia a las empresas sobre sus prácticas de envasado, es decir, información sobre los materiales utilizados, las opciones de reciclado y los compromisos medioambientales, añade Wolfgang. Esto animará a las empresas a ser más transparentes sobre sus esfuerzos de sostenibilidad, y los comentarios positivos de los consumidores podrán influir para que las empresas den prioridad al diseño ecológico de envases.

Asimismo, la concienciación sobre la importancia del diseño de envases ecológicos y la economía circular también puede compartirse entre amigos, familiares y compañeros. Educar a los demás sobre las ventajas de los envases sostenibles y los consejos para reducir los residuos también forma parte de las responsabilidades de los consumidores, apunta.

 

"Las empresas que no siguieron el consejo de integrar el ecodiseño en su estrategia están empezando a cerrar; y las que emprendieron ese camino, se capacitaron y realizaron una apuesta de I+D+i, están incrementando cuotas de mercado y beneficios", apunta Ander Elgorriaga, responsable de Ecoinnovación de Ihobe.

 

 

Presente y futuro

Pese a que las tendencias en Ecodiseño parecen resultar positivas, su aplicación a los envases puede tornarse en un gran reto debido a diversos factores como: equilibrar las consideraciones medioambientales con los requisitos funcionales, los costes elevados, las limitaciones de infraestructura, la complejidad de las cadenas de suministro o la falta de concienciación y educación, asevera Wolfgang Trunk.

Por su parte, Elgorriaga considera que, el mayor desafío está en el detalle del “cómo” y “con qué medios” se van a desplegar las nuevas regulaciones y cómo vamos adaptarnos a ellas, refiriéndose tanto a administraciones, como empresas y consumidores. “Un diálogo temprano, honesto, profesional y continuado entre las partes es la única solución para desplegar medidas ambiciosas, pero en unos plazos asumibles”.

Por otra parte, la regulación, con sus objetivos e instrumentos será la palanca del cambio y fuerza motriz para reducir el impacto ambiental a través del ecodiseño, defiende el responsable de Ihobe.

 

La regulación, con sus objetivos e instrumentos será la palanca del cambio y fuerza motriz para reducir el impacto ambiental a través del ecodiseño.

 

La transposición de la Directiva Europea de Envases se realizó en diciembre del pasado año, y entre los aspectos más destacables, que sin duda incidirán en un mayor ecodiseño de envases, se encuentran: el requerimiento de reducir el 20% de botellas de plástico de un solo uso para 2030, el fomento de la venta a granel de los alimentos, el establecimiento de un contenido mínimo de plástico reciclado por tipología de envase, la mejora la transparencia de la información de envases puestos en el mercado y la lucha contra el blanqueo ecológico o “greenwashing”; y sin duda, la aplicación de la nueva tasa de vertido e incineración de residuos de la Ley de Residuos y el nuevo impuesto europeo de 0,45 €/kg al plástico no reutilizable.

Además, la presión regulatoria se incrementará aún más sobre los envases, añade. En noviembre de 2022, la Comisión Europea publicó el borrador del nuevo Reglamento de Envases con el objetivo de evitar la generación de residuos de envases, impulsar el reciclaje de alta calidad, esto es un 100% de envases reciclables en 2030 y reducir la necesidad de recursos naturales primarios estableciendo objetivos obligatorios de incorporación de reciclado. Para ello se fijaron, entre otros, nuevos objetivos cuantitativos afinados, criterios de ecodiseño en envases para aumentar las tasas de reciclaje, compostabilidad obligatoria para algunos tipos de envases, normas contra el sobreenvasado o un etiquetado estandarizado de envases para facilitar la clasificación correcta por parte de las personas consumidoras.

 

La colaboración entre los distintos agentes es esencial para acelerar el progreso de la economía circular y crear un sistema de envasado más sostenible y resistente.

 

Es fundamental que los gobiernos y autoridades competentes luchen por aplicar adecuadamente los requisitos establecidos en la Directiva actual, pues además, se enfrentarán a importantes obligaciones de información a la Comisión, afirma Trunk, y defiende su creencia de que el establecimiento de unos requisitos y objetivos comunes a nivel de la UE tendrá un claro valor añadido ya que garantizará el correcto funcionamiento del mercado interior, y por tanto, la igualdad de condiciones para los distintos agentes económicos. La transición hacia envases sostenibles será coherente en todos los Estados Miembros y se creará un mercado eficiente.

En este sentido, la colaboración entre los distintos agentes es esencial para acelerar el progreso, pudiendo facilitar el intercambio de conocimientos, la puesta en común de recursos y la acción colectiva y conduciendo al desarrollo de soluciones innovadoras, a una adopción más rápida de prácticas de envasado sostenibles y a un mayor progreso hacia una economía circular. “Trabajando juntos, las empresas, los gobiernos, las ONG y los consumidores pueden aprovechar sus respectivos puntos fuertes y crear un sistema de envasado más sostenible y resistente”, argumenta Trunk.

Con vistas al futuro del ecodiseño de envases, la propuesta de la Unión Europea, a través de las disposiciones sobre reciclabilidad, pretende hacer frente a los fallos de reciclado de todos los envases, por lo que se prevé que la reciclabilidad de envases esté garantizada técnicamente para 2030 y efectivamente en la práctica, a escala, para 2035. Esto garantizará que todos los envases comercializados en la UE puedan reciclarse mediante tecnologías establecidas. Se espera que los fabricantes de envases continúen invirtiendo en la mejora del diseño, y en el despliegue de infraestructuras de clasificación y reciclado y que la metodología de reciclabilidad armonizada estimule una mayor innovación en nuevas tecnologías en esta materia.

Si las condiciones marco que se establezcan en la regulación europea de envases son lo suficientemente retadoras en unos plazos asumibles para las empresas, es el mercado el que responderá para diferenciarse ambientalmente de los competidores. Todo ello dependerá de un despliegue inteligente de la regulación, del soporte público al I+D+i, y de que exista una presión y compromiso de las personas consumidoras; y desde luego, el ecodiseño es la piedra angular la de la solución, concluye Ander Elgorriaga.  

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