Avanzando en la economía circular desde una gestión de residuos eficiente

El reto medioambiental al que nos enfrentamos exige un cambio del actual modelo que reclama el compromiso y la implicación de toda la sociedad
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18-04-2023

El compromiso de Navarra en dar respuesta a la emergencia climática se traduce en la puesta en marcha de políticas reales y prácticas activas encaminadas a la transición ecológica. En este camino que Navarra ha emprendido ya con determinación, nos hemos marcado como objetivo asentar y acelerar el cambio de modelo productivo, económico y de consumo, para lo que el impulso y estímulo de la economía circular desde el ámbito de la gestión de residuos es una de las claves de acción prioritarias.

El reto medioambiental al que nos enfrentamos – escasez de materias primas, pérdida de biodiversidad, degradación de los suelos, cambio climático – exige un cambio del actual modelo que reclama el compromiso y la implicación de toda la sociedad, de las personas y del sector privado, bajo el liderazgo y compromiso de las administraciones públicas.

Para alcanzar los objetivos hacia la transición ecológica, la Comunidad Foral se ha ido dotando de varias herramientas, entre las que destacan la hoja de ruta denominada KLINA frente al cambio climático, el Plan Energético de Navarra 2030 para el impulso de la transición energética y la Estrategia de Especialización Inteligente S3 (a día de hoy sustituida por la S4). Estrategias que se engloban, a su vez, en un proyecto de magnitud regional y transversal que hemos llamado Estrategia de Transición Ecológica-Navarra Green que contempla seis ejes de actuación en ámbitos como las energías renovables, la edificación eficiente o la movilidad sostenible y, por supuesto, el fomento de la economía circular.

Este es el marco estratégico general en el que se apoya el desarrollo de la economía circular en Navarra y desde el que podemos acercarnos a los instrumentos concretos implementados en la gestión de residuos, y su posterior valorización, reciclaje y reutilización.

Ya en 2018, Navarra puso en marcha la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad, una norma pionera en el Estado que recoge las medidas de prevención y gestión de residuos, con el fin de promover e impulsar los escalones superiores de la jerarquía de residuos. La Ley creó la Oficina de Prevención de Residuos y de Impulso de la Economía Circular (OPREC), cuya finalidad es el cumplimiento de los objetivos de prevención e impulso de la economía circular establecidas en el Plan de Residuos de Navarra (PRN).

La Ley Foral de Residuos es ambiciosa y recoge medidas de prevención para reducir la producción de residuos; implementa la recogida selectiva de residuos y en particular de los biorresiduos; y establece un novedoso impuesto al vertido y a la incineración como elemento disuasorio. Con el dinero recaudado en este impuesto y el procedente de las multas por la mala gestión de los residuos se creó el Fondo de Residuos. Por ejemplo, los primeros 3,5 millones recaudados fueron destinados a subvencionar, entre otras muchas actuaciones, la ejecución de proyectos de prevención, preparación para la reutilización y reciclaje de residuos industriales; la optimización y mejora de los sistemas de reciclaje y valorización material de residuos de construcción y demolición, o la valorización de materiales naturales excavados.

El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente trabaja activamente en la reducción de residuos a través del PRN. Navarra generó en 2021 un volumen de residuos domésticos y comerciales de 282.283 toneladas, de las cuales, el 40% corresponden a la recogida selectiva. Nuestra comunidad ha alcanzado un nuevo techo en la recogida selectiva de residuos situándose en los primeros puestos del Estado en papel y cartón, envases y vidrio. Otro dato revelador: la recogida selectiva de materia orgánica en Navarra se ha incrementado en un 181%, pasando de las 11.100 toneladas de 2010 a las cerca de 31.000 de 2020.

Precisamente, acabamos de aprobar la Agenda para reducir el desperdicio alimentario de Navarra 2022-2027, con el objetivo de disminuir en un 50% los residuos alimentarios per cápita en la venta minorista y de personas consumidoras y en un 20% a lo largo de las cadenas de producción.

 

Agenda para el desarrollo de la Economía Circular en Navarra 2030

Con una perspectiva que va más allá de la gestión de los residuos, la dimensión y diversidad de las políticas y acciones del Gobierno de Navarra para el desarrollo de la economía circular requieren un nuevo marco de planificación y gestión, que permita a los organismos responsables acelerar la transición hacia esa nueva economía, contar con una visión de conjunto para el desarrollo de las acciones, e identificar nuevas acciones, derivadas tanto de los instrumentos estatales y comunitarios, como de las oportunidades que ofrece la economía y la sociedad navarra.

Estos motivos impulsaron la elaboración de la Agenda para el desarrollo de la Economía Circular en Navarra 2030 aprobada en abril de 2019, constituyéndose en el instrumento estratégico para el desarrollo de la economía circular a través de los distintos planes y programas del Gobierno de Navarra. En la actualidad se está trabajando en el desarrollo del plan de acción de la citada Agenda como instrumento para la definición de actuaciones concretas y la movilización de los recursos necesarios.

Desde el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente también estamos ultimando el Decreto Foral de Eventos Públicos y Sostenibilidad, que tiene por objeto regular y establecer medidas destinadas a la prevención de residuos de envases y de plásticos de un solo uso y a la separación y gestión de residuos que no han podido ser evitados.

Asimismo, la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética de Navarra aprobada en marzo de 2022 prioriza como acción clave el impulso de proyectos de innovación de economía circular, en especial, en materia de ecodiseño de productos, de demostración tecnológica y de ecoinnovación de procesos productivos y de reutilización de componentes y materiales.

En definitiva, desde Navarra estamos tratando de armar un marco sólido desde el que poder afrontar con las mayores garantías posibles el reto medioambiental que nos interpela como sociedad y que exige una transformación sostenible, un cambio del actual modelo de producción lineal a un modelo circular, y un cambio también en el modelo de consumo. Y para lograrlo, es preciso repensar y rediseñar un sistema más resiliente y equitativo, al servicio de las personas, las empresas y el medio ambiente.


Artículo publicado en el número 243 Noviembre/Diciembre 2022.