Biomasa forestal, pieza clave en la transición energética y la economía circular

Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa
Biomasa forestal, pieza clave en la transición energética y la economía circular
Biomasa forestal, pieza clave en la transición energética y la economía circular
21-11-2018
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Por Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa


Es realmente fácil hablar de la economía circular en relación a la biomasa, y es que no creo que haya muchas tecnologías energéticas que cumplan con los postulados de la economía circular, como los hace la biomasa que desde el monte o los campos, o con la valorización de algunos subproductos de la industria agroalimentaria u otras como las forestales, que son utilizadas para producir energía tanto eléctrica como térmica, cumplan perfectamente con estos, dado que después de ello, todavía pueden utilizarse las cenizas para la producción de fertilizantes o incluso el CO2 que sale por la chimeneas (CO2 considerado neutro por la captura anterior en el crecimiento de la biomasa por la fotosíntesis), para producir gases alimentarios e incluso médicos, cerrando el círculo.

Nuestros montes están atestados de biomasa y esto es un gran peligro para la subsistencia de estos, debido al que esa gran abundancia de biomasa, que en principio puede parecer buena, es una verdadera bomba en potencia, debido a enorme peligro de incendio que conlleva el exceso de biomasa, y que además rebaja de forma importante la capacidad de desarrollo de los árboles, pues la competencia por el “alimento” es enorme y el suelo, en muchos casos, no proporciona los suficientes nutrientes para tanta demanda.

Cuando un rayo o la mano de un desaprensivo inician un fuego en el monte, la gran diferencia para apagarlo rápidamente o no, está en  la cantidad de biomasa que acumula y es por esto que es tan necesario actuar en los montes para, por un lado mantener de manera ordenada su crecimiento, con densidades adecuadas y por otra generar riqueza y empleos para que la sociedad vea en el monte un modo de vida y se preocupen de cuidar y vigilar su “fábrica”.

En los últimos años se está produciendo en nuestro país un aumento progresivo de aprovechamientos forestales relacionados con la biomasa y esto está siendo realmente bueno para la salud de nuestros montes, pues la extracción de la biomasa forestal aporta varias ventajas como ya hemos dicho anteriormente, pero en relación a la economía circular, esto hace que el ciclo de regeneración se active y  tengamos nuestros montes “ en forma”, creciendo de manera uniforme y sana.

Para nosotros el utilizar para producir energía, biomasas procedentes de distintos procesos de producción de industrias agrarias, forestales, agroalimentarias u otros como las deyecciones del ganado para producir biogás, nos pone en una situación de privilegio, pues no somos gestores de “residuos”, si no que somos valorizadores  de subproductos de otras actividades industriales o ganaderas y eso hace que la cadena de valor se cierre y se cumpla con los objetivos de residuo cero en todas estas industrias o actividades, lo que es un gran avance para la reducción al mínimo de los vertidos y por otra parte para en aprovechamiento integro de la materia prima.

No cabe duda de que si queremos cumplir con los objetivos de reducción de emisiones y de ahorro y eficiencia energética, la biomasa representa una baza muy importante y no solo por lo expuesto anteriormente si no que además su utilización crea empleo y riqueza en las zonas donde se produce y donde se consume, facilitando el desarrollo de una nueva economía entorno a esta fuente renovable de energía.


Artículo publicado en el número 209 Especial Bioenergía 2018 de RETEMA

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