Una nueva manera de producir, una nueva manera de consumir

Francesc Gambús, Eurodiputado
Una nueva manera de producir, una nueva manera de consumir
Una nueva manera de producir, una nueva manera de consumir
22-10-2018
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Por: Francesc Gambús, Eurodiputado


¿Somos conscientes que cada europeo utiliza 16 toneladas de materias primas al año y genera otras 5 toneladas de residuos? De estas 16 toneladas de materias que consumimos, solo el 40% son recicladas o reutilizadas.

No podemos continuar eludiendo nuestra responsabilidad: el cambio climático está causado por un modelo de consumo y de producción que se ha hecho insostenible. Necesitamos transformar nuestro modelo económico encaminándolo hacia la sostenibilidad del planeta. Necesitamos una economía circular, donde reaprovechemos los recursos, reciclemos, reutilicemos, reparemos y lo repensemos todo.

La economía circular es un cambio de modelo productivo que se centra en hacer nuestra economía sostenible y mantener la capacidad de creación de riqueza. Y sólo tiene sentido si impregna la política industrial, la de innovación e investigación, la de reinserción laboral, la de acción social y la de educación.

Desde las instituciones europeas, hemos trabajado en profundidad un paquete legislativo para que este cambio transversal de nuestra manera de consumir y de producir pueda ser una realidad. El pasado mes de abril, aprobamos en el Parlamento Europeo este conjunto de directivas europeas con medidas ambiciosas a la par que realistas, consensuadas con los Estados.

Europa ha marcado el camino. Ahora, es el turno de que los Estados transpongan estas directivas y fijen las medidas necesarias para encaminarnos hacia la sostenibilidad. La Estrategia Española de Economía Circular es la hoja de ruta que marca el Gobierno para alcanzar los objetivos establecidos.

Analizando esta estrategia, debemos señalar que, en muchos casos, se establece que estos objetivos se irán desarrollando en los sucesivos planes de acción a corto plazo. Sin embargo, hay que huir de miradas cortoplacistas y establecer objetivos e indicadores a corto, medio y largo plazo que nos ayuden a evaluar la transformación sostenible de nuestra economía. Así podremos acelerar o readecuar los mismos en función de los resultados en cada momento, es decir, siguiendo el principio de condicionalidad.

Asimismo, debemos ir más allá del reaprovechamiento de recursos y materias. Recordemos que es un cambio transversal y estructural de nuestro modelo económico, es por lo que se deberían establecer medidas sobre la generación de energía, la regulación del sector téxtil, medidas preventivas sobre los residuos marinos o instrumentos específicos para pymes, educación y sensibilización, como así recomienda la Fundación para la Economía Circular.

La economía circular debe basarse en tres pilares, en pie de igualdad: el ambiental, el económico y de competitividad, y el social. Es necesario tener presente este triángulo cuyos vértices son indisociables. La economía circular debe ser aceptada y practicada por todos los sectores y ámbitos. Por este motivo, no se puede hacer una simple transposición de las directivas. España puede liderar la lucha europea contra el cambio climático si verdaderamente apuesta por una economía circular y sostenible, con medidas ambiciosas que aporten un beneficio a la preservación del medio ambiente, a las empresas y a la sociedad.

Esto no significa que el Gobierno deba establecer cómo conseguir los objetivos circulares, haciendo el trabajo de emprendedores, de la industria y de la ciencia. La administración pública debe seguir el precepto de la neutralidad tecnológica, impulsando medidas para favorecer la sostenibilidad y ayudar a las empresas a conseguir esta circularidad y el cambio de modelo productivo.

Por ejemplo, en esta Estrategia, echamos en falta una fiscalidad verde: establecer incentivos económicos para una contratación sostenible, compras verdes y un mayor componente ambiental y social que pese más que el componente económico. Por otra parte, consideramos primordial que si quien contamina debe pagar, quien descontamine y apueste por la economía circular debe tener algún beneficio.

Si queremos liderar la lucha europea contra el cambio climático, también necesitamos actualizar nuestro sistema educativo con el objetivo de formarnos y sensibilizarnos de la importacia de la mobilidad sostenible, del reaprovechamiento y de las energías sostenibles, por ejemplo. En nuestro país, tenemos ejemplos de escuelas verdes que ya están trabajando en ello como proyecto educativo. Tiene que ser un eje vertebrador de nuestro sistema educativo y de la concienciación de la ciudadanía.

La economía circular es la herramienta imprescindible para alcanzar la sostenibilidad global. Y es ya una realidad en rincones de este país y de este continente. Pero, necesitamos una administración ambiciosa, a la vez que realista, que ponga la circularidad en todos los ámbitos y sectores del país, y apueste decididamente y sin dilación por esta nueva manera de consumir y de producir. Tenemos en nuestras manos dejar un futuro mejor a las próximas generaciones, crear puestos de trabajo, y alcanzar la sostenibilidad de nuestro planeta. ¡Hagámoslo circular!.


Artículo publicado en número 208 Julio/Agosto 2018 de RETEMA

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