La ampliación del canal de Panamá, un gran laboratorio para la innovación científica y tecnológica
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Ascensión Baz Lorenzo, técnico de Calidad de la empresa española Sacyr formada en la Universidad de Salamanca, ha explicado en la Facultad de Ciencias de la institución académica salmantina cómo se ha ejecutado la ampliación del canal de Panamá, los problemas que se han abordado durante las obras y aspectos científico-tecnológicos más concretos, por ejemplo, el funcionamiento de las nuevas esclusas en comparación con las anteriores.
“El principal reto ha sido hacernos con los recursos naturales que necesitábamos para la obra”, ha explicado la experta a DiCYT, especialmente el basalto, empleado para hacer el hormigón. “El principal escollo del proyecto ha sido poder manejar el basalto en condiciones para obtener un producto de calidad que cumpla con los requerimiento del contrato, 100 años de vida útil de las estructuras”, comenta.
Los constructores se dieron cuenta de que la calidad del basalto no era la adecuada, así que buscaron nuevas fuentes para obtener este mineral y nuevas formas de procesarlo, lo cual encareció los costes y retrasó los plazos de ejecución de la obra. Estos imprevistos provocaron un conflicto con la Autoridad del Canal de Panamá resuelto en parte el pasado mes de enero por una junta de mediación que le dio la razón a las empresas implicadas y les concedió más tiempo para ejecutar la obra, aunque el conflicto se resolverá finalmente por el tribunal del arbitraje en Miami (Estados Unidos).
En cualquier caso, abordar esta obra de ingeniería sin precedentes ha sido una oportunidad para la investigación científica y tecnológica. “Estamos utilizando materiales innovadores en todas las partes del proyecto, no solamente en los hormigones, sino en todos los revestimientos, además de que las compuertas son únicas en el mundo”, comenta Ascensión Baz Lorenzo. En definitiva, por lo que respecta a la innovación “se han abierto muchas vías de trabajo con todo tipo de materiales”.
Lecciones para el futuro
La extraordinaria inversión en I+D es lo que ha encarecido el proyecto, especialmente, por lo que respecta al basalto. Por eso, de cara al futuro, Sacyr ya está trabajando con el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI, organismo del Ministerio de Economía y Competitividad) para intentar establecer líneas de protocolo y de investigación durante las fases de estudio de los proyectos entre constructoras y clientes y “que no vuelvan a ocurrir los problemas que hemos tenido nosotros en el canal de Panamá”.
De hecho, “hay otros tres proyectos en el mundo parados por problemas similares y lo que queremos es dar un soporte técnico para que no vuelva a suceder”. Al pararse estas grandes obras, se crea “un ambiente económico y político malo que no tendría que producirse si desde un principio se acuerdan bien los contratos”.
La técnico de Calidad de Sacyr ha explicado en esta conferencia organizada por el Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca que las innovaciones que de este proyecto han sido muy importantes no sólo para esta obra en concreto, sino también para otros proyectos, ya que el canal que se está comenzando a construir en Nicaragua incorpora muchas de estas novedades científico-tecnológicas.