BIOCIRC publica una guía técnica para aclarar cómo funcionan las plantas de biogás y biometano en España
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La Asociación Española de Biocircularidad (BIOCIRC) ha publicado el informe técnico “Plantas de biogás y biometano en España: garantías ambientales, control administrativo y respuesta rigurosa a la desinformación”, un documento que busca ofrecer claridad y rigor en un contexto de creciente preocupación social por la implantación de nuevas instalaciones. Según la entidad, parte de esta inquietud responde a informaciones incompletas o descontextualizadas que están generando dudas en numerosos municipios.
BIOCIRC subraya que las plantas de biogás y biometano son esenciales para avanzar hacia modelos de gestión sostenible de residuos, reducir emisiones difusas de metano y dinamizar economías rurales, por lo que resulta imprescindible que administraciones y ciudadanía dispongan de información fiable y verificable.
Una guía basada en evidencia técnica y criterios normativos
El documento explica con detalle y de manera accesible:
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Cómo funciona la Autorización Ambiental Integrada (AAI) que regula estas instalaciones.
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Qué controles ambientales se aplican para evitar olores, emisiones y vertidos.
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Qué competencias tiene la Administración para inspeccionar, sancionar o incluso paralizar una planta.
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Cuáles son los riesgos ambientales reales asociados a estas instalaciones, diferenciándolos de percepciones infundadas.
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El papel que desempeñan en la sostenibilidad agraria, agroindustrial y municipal, incluyendo la valorización de residuos y la producción de energía renovable.
El informe recuerda que España aplica uno de los marcos normativos más estrictos de Europa y que cualquier planta nueva debe incorporar Mejores Técnicas Disponibles (MTD) desde su diseño.
Riesgos de no desarrollar nuevas plantas: un problema que no desaparece
BIOCIRC advierte de que la ausencia de instalaciones de biogás y biometano no evita los impactos derivados de la gestión de residuos orgánicos, sino que los agrava. Entre los efectos ya visibles, la asociación enumera:
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Emisiones difusas de metano procedentes de residuos no tratados.
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Riesgos de contaminación de acuíferos.
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Quemas agrícolas y acumulaciones incontroladas.
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Aumento del transporte de residuos a larga distancia.
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Pérdida de oportunidades agronómicas y energéticas.
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Menor dinamización económica y empleo en zonas rurales.
Recuerdan que estos proyectos requieren más de cuatro años de tramitación y cumplen requisitos ambientales muy estrictos, por lo que su paralización solo perpetúa problemas ya existentes.
La guía está disponible para ayuntamientos, administraciones autonómicas, asociaciones vecinales, empresas y profesionales del sector primario. Su objetivo es ayudar a tomar decisiones informadas, basadas en criterios técnicos y no en percepciones erróneas.

