Entrevista

“Waste Lab Bizkaia nace para unir a ciudadanía, empresas y administración en torno a la innovación en residuos”

Entrevista a Jon Sáenz de Viguera, director de Garbiker
Autor/es
Luis Bustamante
Entidad
27-05-2025

Desde 2019, Jon Sáenz de Viguera dirige Garbiker, la sociedad pública adscrita a la Diputación Foral de Bizkaia encargada de la gestión de residuos urbanos. Bajo su liderazgo, la entidad ha impulsado proyectos clave que combinan innovación, sostenibilidad y colaboración público-privada, como el recién inaugurado Waste Lab Bizkaia, un espacio pionero concebido para fomentar la experimentación, la sensibilización ciudadana y el desarrollo de soluciones avanzadas en economía circular. En esta entrevista, Sáenz de Viguera repasa los principales desafíos y líneas estratégicas que marcarán el futuro de la gestión de residuos en el territorio: desde la valorización energética o el tratamiento de la fracción orgánica, hasta el impulso del diseño como herramienta para repensar los residuos. Una conversación esencial para entender cómo Bizkaia está consolidando un modelo de referencia en materia ambiental.

 

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Tenemos que empezar hablando del nuevo centro pionero en la investigación y experimentación en gestión de residuos, el Waste Lab Bizkaia. ¿Podría decirnos cuáles son los objetivos principales de este laboratorio y qué lo distingue de otras iniciativas similares?

Esta idea parte de la Diputación Foral de Bizkaia. Entendíamos que era necesario un lugar de encuentro, intercambio de opiniones y colaboración entre diferentes con un mismo objetivo: promover comportamientos y actuaciones que posibiliten la prevención en la generación y, subsidiariamente, el mejor aprovechamiento de los residuos que generamos. Para ello, hemos dispuesto una instalación dividida en tres zonas diferenciadas.

La CALLE es lo primero que nos encontramos, es el sitio donde la ciudadanía recibe nociones de residuos y economía circular, donde es sensibilizada en torno al presente y futuro de los mismos. En ese primer espacio, diferentes colectivos reciben las explicaciones e interactúan con los educadores y las educadoras, pudiendo ver procesos de tratamiento de residuos y productos generados a partir de residuos y acceder a una amplia relación de materiales sostenibles.

En el lado opuesto del edificio, se encuentra el BARRIO, donde se producen residencias de estudiantes de postgrado o últimos años de grado, y proyectos de investigación colaborativos entre empresas, academia y centros tecnológicos. Conviven diversos proyectos, desde la búsqueda de salidas alternativas a residuos que actualmente acaban en vertedero hasta proyectos de digitalización del dato del residuo, pasando por alternativas de valorización material o generación de servicios de valor añadido para empresas del sector. Sirve de sede, además, de proyectos de investigación presentados por otros agentes a ayudas europeas. En la medida en que vayamos detectando nuevas necesidades, iremos incorporando los recursos necesarios. En todo caso, queremos que sea un campo de cultivo de ideas, que puedan generar actividad económica con posterioridad, tanto en empresas en marcha como en futuras startup, si bien sería una etapa que ya no se ubicaría en el Waste Lab Bizkaia.

Finalmente, entre ambas estancias se sitúa la PLAZA, donde la ciudadanía y los profesionales e investigadores deberían intercambiar sus pareceres. Vemos una oportunidad en este encuentro, de forma de que ambas partes puedan exponer sus opiniones, necesidades y proyectos y llegar a un entendimiento que resulta vital para dar pasos adelante. Pero hay un tercer actor en esta PLAZA: las entidades locales. Tanto el personal técnico de ayuntamientos y mancomunidades, como el político, podrán contrastar proyectos y pruebas piloto puestas ya en marcha.

La Diputación acompañará a los municipios en este camino, tratando de encontrar las mejores líneas de ayuda a impulsar y extrapolar aquellas experiencias que hayan dado buen resultado. Se desarrollarán, igualmente, jornadas con empresas del sector para tratar de mejorar el servicio prestado a estos municipios y poder exponer con claridad y transparencia los procesos llevados a cabo en las plantas de tratamiento de residuos. En resumen, se trata de sensibilizar, llegando a más colectivos que los que actualmente recibimos en otras instalaciones, innovar junto al sector, ayudar a las entidades locales a incorporar las prácticas necesarias y, ¿por qué no?, poner en valor la actividad del sector.

 

"Queremos que el Waste Lab Bizkaia sea un campo de cultivo de ideas, que puedan generar actividad económica en el futuro"

 

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Este centro ha sido concebido como un proyecto colaborativo entre la Diputación Foral de Bizkaia, Aclima y EIDE. ¿Cómo ha sido la sinergia entre estas entidades y qué papel juega cada una en el desarrollo del Waste Lab Bizkaia?

Creemos que esta alianza ha sido clave. Además, no descartamos más incorporaciones a nuestro modelo de gobernanza. Por repasar nuestro recorrido, ya desde su conceptualización como idea surgieron los primeros contactos. AClima Basque Environmental Cluster, aglutina a las principales empresas del sector de medio ambiente, con lo que es el primer colaborador con el que debíamos contar. Waste Lab Bizkaia debía ser lugar de reflexión y solución de los retos y necesidades del sector. Ciertamente, el primer feedback de sus representantes nos hizo reafirmarnos en nuestra idea de partida: desde su punto de vista se vislumbraba como un espacio de oportunidad.

De forma casi paralela, realizamos un acercamiento a EIDE, Euskal Disenua, Asociación del Diseño Vasco. Su papel como agente tractor de las industrias creativas hacían de ella una inmejorable candidata a complementar el papel de Garbiker y Aclima en el proyecto, ya que nos permitía llegar a otras formas de entender, tratar y valorizar los residuos en sectores no tan directamente relacionados con el medio ambiente. Moda, interiorismo, arquitectura, artesanía o el propio diseño industrial, entre otras, suponían disciplinas que también deben tener palabra en materia de prevención e innovación en el tratamiento de residuos. Tras unos primeros momentos de conocimiento recíproco, vamos enlazando diferentes puntos de vista y vislumbrando colaboraciones a corto plazo entre empresas y profesionales de medio ambiente y el resto de los sectores participantes.

 

El Waste Lab Bizkaia está diseñado para atender a diversos colectivos estratégicos, desde empresas hasta la ciudadanía en general. ¿Qué tipo de actividades o programas se han implementado para involucrar a estos grupos y fomentar su participación activa?

En lo que se refiere a la ciudadanía, la primera actividad puesta en marcha tiene que ver con la sensibilización. Es posible agendar visitas para grupos de todo tipo (centros de formación, asociaciones, empresas y otras entidades) que se centrarán en la economía circular. Estas visitas pueden ser complementadas, además, con el acceso a nuestras plantas de tratamiento de residuos y otras de ámbito de reutilización en el caso de que fuera solicitado.

Estamos estudiando, por otra parte, la posibilidad de generar otro tipo de dinámicas en la medida que los proyectos en desarrollo del Waste Lab Bizkaia vayan avanzando. En lo referido a empresas y profesionales, y junto a Aclima y EIDE, ya hemos lanzado una primera formación para Prevención de residuos en empresas, actualmente en impartición. A futuro, trataremos de llegar a otros colectivos como la ciudadanía o personal técnico de entidades locales. Hay varios proyectos ya en residencia que vienen a dar respuesta a esas necesidades detectadas en el sector. Hablamos de vigilancia tecnológica o realidad aumentada.

Y en lo que se refiere a entidades locales, tras un primer encuentro de toma de contacto y datos, ya se prevén nuevas jornadas y eventos en la línea ya comentada de poder guiarles en el cumplimiento de sus requisitos normativos. Teniendo en cuenta que se trata de un centro cuya inauguración se realiza a finales de noviembre de 2024, en sus cuatro meses de vida ha lanzado ya las principales dinámicas previstas. En función de los resultados obtenidos, iremos depurando y mejorando estas líneas de actuación.

 

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"La planta de biometanización nos permitirá transformar residuos orgánicos en energía limpia y reducir un 95% las emisiones respecto a los combustibles fósiles"

 

Además del Waste Lab, Garbiker está involucrado en otros proyectos innovadores. Uno de ellos es la planta de biometanización para el tratamiento de residuos orgánicos. ¿Podría explicarnos en qué consiste este proyecto y qué beneficios aportará a la gestión de residuos en Bizkaia?

Garbiker, por parte de la Diputación Foral de Bizkaia, y el Ente Vasco de la Energía (EVE), por el Gobierno Vasco, promovieron la creación de una Sociedad de Economía Mixta, con mayoría pública para la construcción de una planta de biometanización para dar respuesta en los próximos años al crecimiento esperado de la recogida selectiva de la fracción orgánica y la inyección de biometano a la red. El Plan Integral de Prevención y Gestión de Residuos de Competencia Local en Bizkaia para el año 2030 (PIPGRUB 2030) aprobado por la Diputación Foral de Bizkaia identifica el orgánico del contenedor marrón como el residuo urbano donde existe mayor margen de mejora.

Así, el Plan prevé que esta recogida pueda multiplicarse por cuatro para el año 2030, lo que supondría que las actuales infraestructuras de tratamiento no serían capaces de asumir las más de 50.000 toneladas previstas. Por esa razón, se ha proyectado una planta que complemente las labores de las instalaciones de compostaje de Bizkaiko Konpostegia, planta de compost que doblaría su capacidad por la utilización del material sólido remanente del proceso de biometanización (digestato) como input principal, y de las tres plantas comarcales existentes en el Territorio. Con esta planta de biometanización, además, se conseguirá una aportación energética equivalente al consumo térmico de 6.000 hogares o al de casi 3.000 vehículos al año, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 95% en comparación con las emisiones que irían asociadas a combustibles fósiles.

 

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La modernización de la planta de clasificación de envases de Bizkaiko Zabor Berziklategia (BZB) es otro proyecto destacado. ¿Cómo contribuirá esta actualización a mejorar la eficiencia en la clasificación y reciclaje de residuos en el territorio?

Con una tasa de recuperación que la sitúa en la vanguardia de eficiencia en su categoría en el Estado, nuestra instalación de Amorebieta-Etxano fue seleccionada por Ecoembes para albergar una nueva planta, ya en actual construcción, que permitirá aumentar la capacidad de tratamiento de envases, pasando de las 23.000 toneladas anuales actuales a una capacidad de 40.000 toneladas anuales. Pero quizás esto no sea lo principal pues, gracias al uso de tecnología avanzada, seremos capaces de lograr una separación de 10 familias de envases, frente a las 7 actuales, extremo que la normativa exige para el uso de estos materiales por parte de los productores. De esta forma, no solo permitirá aumentar la capacidad operativa de la planta, sino que contribuirá significativamente a los objetivos de sostenibilidad y economía circular de Bizkaia, mejorando la clasificación y el reciclaje de envases ligeros recogidos de manera selectiva.

 

"La valorización energética ha sido crítica en la política de gestión de residuos, y en Bizkaia seguimos apostando por ella con nuevas iniciativas"

 

La valorización energética de residuos es un tema de creciente interés en la transición hacia una economía circular. ¿Cuál es la posición de Garbiker respecto a este enfoque y qué iniciativas están llevando a cabo en este ámbito?

Es claro que este tipo de valorización es y ha sido crítica en el devenir de la política de gestión de los países y territorios, tanto en un sentido como en el otro. En nuestro caso, la apuesta cristalizó en el año 2005, con la puesta en marcha de Zabalgarbi, la valorizadora energética que ha hecho posible que el enfoque a estas alturas sea un poco diferente. El haber dispuesto de esta infraestructura que ha sido, es y será esencial para el tratamiento de los residuos de competencia local en Bizkaia, junto a la Planta de Tratamiento Mecánico Biológico de la fracción resto, nos ha permitido estudiar alternativas de valorización material de los residuos, superior en la jerarquía de tratamiento de residuos. Sin embargo, seguimos poniendo en marcha este tipo de valorización.

La propia planta de biometanización es muestra de ello a través del biogás producido en la reacción, si bien permite simultáneamente la valorización material del digestato a través de su posterior compostaje. Estamos ahora mismo, igualmente, con un nuevo plan de desgasificación del vertedero de Artigas, de forma que podamos realizar un aprovechamiento más eficiente del gas generado en el mismo. Por tanto, seguimos realizando una apuesta por este tipo de valorización.

 

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La sensibilización y educación ambiental son fundamentales para una gestión eficaz de residuos. ¿Qué estrategias implementa Garbiker para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la separación y reciclaje de residuos?

Pues el propio Waste Lab Bizkaia del que hablábamos al principio es parte de esta estrategia de sensibilización a la sociedad. Hasta ahora disponíamos de un Aula de interpretación ambiental, ubicado en el Ecoparque de Artigas, en el que el público que acude realiza una primera inmersión en el destino de los residuos, según su naturaleza y periodicidad. En el nuevo centro, damos un paso más entrando de lleno en el alcance de la economía circular y mostrando los procesos de tratamiento de residuos, su reciclaje y su aplicación en el diseño de productos.

Pero, además, provocamos el encuentro entre este público y las personas que trabajan en innovación en residuo, con lo que dotamos de un mayor contenido a la experiencia, ampliando el abanico de colectivos que pueden experimentarla. Es innegable, no obstante, que hay otra serie de actuaciones, de carácter más tradicional, que siguen siendo necesarias en este itinerario de educación ambiental.

Y para muestra un ejemplo. El pasado 2 de abril lanzábamos una campaña para la mejora de la recogida selectiva del envase ligero en Bizkaia. En la misma y bajo el lema “Horia da / Ez da horia” (“Es amarillo / No es amarillo”) tratamos de potenciar, pero también de realizar una mejor selección en origen de la ciudadanía, a través de la aclaración de lo que debe y no debe ir al contenedor amarillo. Una feria itinerante, diferentes talleres, presencia en grandes eventos e incluso una app con la que jugar desde el móvil se combinan con la inserción en medios y soportes, físicos y digitales, para llegar al mayor número de personas posibles. A esta campaña le seguirán otras, en relación al orgánico, a la reutilización, etc. Trataremos de incluir en cada una de ellas las actividades que mejor resultado nos puedan proporcionar.

 

"La colaboración público-privada no es una opción más: forma parte del ADN de la gestión de residuos en Bizkaia"

 

En cuanto a la colaboración público-privada, ¿cómo valora Garbiker la importancia de estas alianzas en el desarrollo de proyectos de gestión de residuos y qué ejemplos exitosos podría compartir al respecto?

Entendemos que no es un asunto de graduación de importancia. En nuestro caso es algo que incorporamos en el ADN, un elemento esencial sin el que no podríamos entender la propia gestión del residuo ni otras tantas actividades en Bizkaia. Llevamos ya años con este tipo de colaboración en el campo de la clasificación de envase ligero en Bizkaiko Zabor Berziklategia, donde con nuestro socio, Trienekens País Vasco, hemos logrado colocarnos a la cabeza del Estado en eficiencia de operación de planta. Nuestra participación en Berziklatu junto a Emaus y Koopera, por otra parte, hace que esta instalación de tratamiento de voluminosos sea objeto de visita y estudio desde diferentes Comunidades del Estado a fin de ir preparando el desembarco del SCRAP de voluminosos.

Nos llena de orgullo, además, poder realizarlo de mano de entidades de economía social. Y por citar un ejemplo más reciente, la ya citada planta de biometanización Metabarri es otra de las aventuras en que tratamos de combinar lo mejor de los sectores público y privado, en este caso de la mano de Prezero, lanzando la primera instalación que reúne el ciclo completo hasta la inyección en red del biometano. Y en la actualidad también nos encontramos estudiando alternativas que puedan hacer posible la ubicación de plantas de tratamiento en terrenos antropizados de nuestra propiedad, como pueden ser los vertederos con plataformas ya consolidadas.

 

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles considera que son los principales retos que enfrenta Bizkaia en materia de gestión y tratamiento de residuos, y cómo planea Garbiker afrontarlos?

La Hoja de ruta viene marcado por el PIPGRUB 2030. La Diputación Foral de Bizkaia, a la que Garbiker está adscrita y de la que es medio propio, ha aprobado unos objetivos ambiciosos en el seno del mismo. El primero de ellos es la propia reducción en la generación del residuo, común a todas las entidades que se ubican en el ámbito de la Unión Europea, pero incluye una serie de objetivos para 2030 que van más allá de la exigencia en ese ámbito, como es alcanzar un 75% de valorización material o un depósito controlado menor de los residuos para el año 2030. No cabe duda de que la involucración de la ciudadanía, las entidades locales y la colaboración público-privada son elementos de peso para afrontar todos estos retos. Una mejor recogida selectiva es importante, sí, pero igualmente el dotar al Territorio de las infraestructuras y tecnología para un óptimo tratamiento posterior.

 

"Bizkaia aspira a alcanzar un 75% de valorización material y reducir al mínimo el depósito en vertedero antes de 2030"

 

Finalmente, ¿qué mensaje le gustaría transmitir sobre el compromiso de Garbiker con la sostenibilidad y la innovación en la gestión de residuos?

Desde Garbiker asumimos el compromiso de la Diputación Foral de Bizkaia en este ámbito, tanto en la propia prevención y gestión de residuos como en el impulso de la toma de compromisos medioambientales y climáticos en todos aquellos ámbitos competenciales que le corresponden, desde el sector primario o el cuidado de los espacios naturales hasta actividades de promoción de otros agentes del Territorio como son las entidades locales o el sector empresarial. En lo que se refiere a nuestra Sociedad Foral, el compromiso no puede ser otro que levantar la persiana cada día con el ánimo de mejorar el servicio que damos a la ciudadanía y municipios de nuestro entorno y tratar de fomentar y colaborar con las iniciativas de reducción y reutilización, poniendo nuestro granito de arena para lograr una Bizkaia líder en esta materia, porque eso significará que estamos logrando los objetivos marcados

 

 

 

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