La firma de la 'Declaración de Zaragoza' pone fin al XIII Foro Internacional de HCH y Pesticidas
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La ‘Declaración de Zaragoza’, firmada en el acto de clausura del XIII Foro Internacional de HCH y Pesticidas, recoge la intención del Gobierno de Aragón de “dar un impulso definitivo a la problemática generada por la presencia de residuos de la fabricación de lindano, con la finalidad de transformar este grave problema en una oportunidad para promover la investigación y el desarrollo de trabajos sobre la gestión y tratamiento de los COP (Contaminantes Orgánicos Persistentes) y sus residuos. De la misma forma, se pretende dar un giro a la situación social de las zonas afectadas”. El gobierno autonómico considera “una obligación poner en valor las experiencias recogidas en estos años y se compromete a colaborar y transmitir estas experiencias a otros países que puedan encontrase en situaciones similares”.
Asimismo, del XIII Foro Internacional de HCH y Pesticidas subyace la idea de que “actuar en cada problema local supone mejorar un poco a nivel global”. No obstante, la declaración deja claro que los problemas generados por la fabricación de pesticidas en Aragón trascienden a una pequeña administración regional y, aun realizando un gran esfuerzo en su corrección, precisan del apoyo de otras administraciones nacionales y supranacionales, a las que hace un llamamiento a colaborar.
Durante estos cuatro días 150 expertos en la materia procedentes de 35 países han intercambiado experiencias relacionadas con los problemas derivados de la fabricación de pesticidas obsoletos, para promover la cooperación internacional en la búsqueda de soluciones desde el punto de vista medioambiental, sanitario, agrario, educacional y legal.
Finalizado el foro, los integrantes del mismo concluyen su estancia con la visita a los vertederos de Bailín y Sardas para comprobar in situ los trabajos de descontaminación que se están realizando a través del proyecto europeo ‘Discovered Life’.
Antecedentes, situación en Aragón
El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, en el marco del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se firmó en mayo de 2001 y entró en vigor el 17 de mayo de 2004. Tras presentar la ratificación el 28 de mayo de 2004, el convenio entró en vigor en España el 26 de agosto de 2004 (Instrumento de Ratificación del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, hecho en Estocolmo el 22 de mayo de 2001; BOE, nº 151, 23 jun. 2014).
Aragón, como parte del Estado español mantiene el control e inventario de los COP generados en su territorio y dispone de normativa propia de desarrollo de las normas comunitarias y estatales para garantizar la correcta gestión de los residuos peligrosos (Decreto 236/2005, de 22 de noviembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Reglamento de la producción, posesión y gestión de los residuos peligrosos y del régimen jurídico del servicio público de eliminación de residuos peligrosos en la Comunidad Autónoma), y una planificación al respecto (Plan de Gestión Integral de Residuos de Aragón 2009-2015, actualmente en revisión) para hacer efectiva esta gestión.
Por otro lado, actualmente las buenas prácticas agrarias, la aplicación de la normativa sobre sostenibilidad, la extensión del Sistema Integrado de Gestión de productos fitosanitarios (Sigfito) y el control de la producción agraria han modificado sustancialmente en positivo las afecciones a las aguas y la calidad de las producciones.
La situación en la que se produjo la instalación de Inquinosa en Sabiñánigo, empresa que produjo lindano en los años 70 y 80, distaba mucho de la referida. Las malas prácticas ambientales de la época, la actuación negligente de esta empresa y algunos errores administrativos condujeron a una grave situación de contaminación.
Esta situación ha obligado, desde hace 20 décadas y más intensamente en la última década, a un enorme esfuerzo por parte del Gobierno de Aragón, en ocasiones con ayudas de otras administraciones y hoy prácticamente en solitario.
El problema generado por los vertidos de HCH ha supuesto, por otra parte, la ejecución de intensos trabajos de investigación y control y la adquisición de una amplia experiencia sobre la contaminación de las aguas subterráneas que podría ser la base de un desarrollo tecnológico y económico posterior.