Entrevista

"La degradación del suelo tiene una influencia directa sobre la calidad del agua y la biodiversidad"

Entrevista a Carme Bosch, Responsable Línea de Suelos y Aguas Subterráneas del centro tecnológico Eurecat
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03-01-2023
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La degradación del suelo es uno de lo grandes retos a abordar en la actualidad. Cuestiones como la erosión del suelo, la desertificación, la mitigación o la rehabilitación constituyen algunos de las cuestiones que copan la actividad investigadora en esta materia. Hablamos sobre ello con Carme Bosch, responsable Línea de Suelos y Aguas Subterráneas de Eurecat.

 

Los suelos constituyen una de las más importantes bases para el desarrollo, la sostenibilidad medioambiental y la conservación de la biodiversidad pero, ¿cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en materia de gestión de suelos?

Uno de los principales retos es la degradación del suelo en general, ya sea la pérdida del suelo por erosión, la desertificación, su sellado con capas impermeables, el deterioro de su fertilidad o la contaminación causada por ciertas actividades industriales. Todo eso supone riesgos para la salud humana y de los ecosistemas que sustenta e imposibilita la implementación de ciertas actividades y usos.

Otro de los principales retos de la gestión de suelos es la implementación de estrategias de gestión que permitan la recuperación de los suelos contaminados, evitando su eliminación como residuo.

Otros retos son minimizar la ocupación de suelo “virgen”, intentar mantener sus funciones naturales y, por lo tanto, optimizar la utilización del suelo mediante una buena ordenación del territorio.

 

¿Qué relación tiene una gestión sostenible de los suelos con el cambio climático?

La degradación del suelo tiene una influencia directa sobre la calidad del agua subterránea, aire y la biodiversidad, pero también sobre el cambio climático. El suelo bien conservado tiene buena capacidad para secuestrar el dióxido de carbono atmosférico, por lo que los suelos pueden actuar como sumidero de carbono. La degradación del suelo va en detrimento de este potencial de acumulación. Por este motivo, una de las medidas para hacer frente al cambio climático es potenciar esta capacidad mediante mejores prácticas de manejo, por ejemplo, mediante unas prácticas agrícolas que favorezcan este secuestro y regeneren su fertilidad, con enmiendas orgánicas, cubiertas vegetales o poco laboreo, entre otras. Un ejemplo de todo eso son los fundamentos de la agricultura regenerativa.

Por otro lado, el sellado del suelo aumenta el riesgo de inundaciones y no es nada favorable ante los escenarios climáticos de lluvias intensas, pero poco frecuentes.

 

¿Cómo valoran las nuevas propuestas de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados en materia de suelos?

A nivel nacional, pero también comunitario, es necesario que los suelos contaminados se descontaminen y se puedan reutilizar total o parcialmente. La opción actual más utilizada para la gestión de suelos contaminados es la excavación y disposición en vertedero, ya que, actualmente, es la opción más rápida en tiempo y económica, aunque no es nada sostenible y no resuelve ninguno de los retos mencionados anteriormente.

 

"Es necesario que los suelos se descontaminen y se puedan reutilizar total o parcialmente".

 

Esta nueva Ley pretende impulsar la economía circular en el ámbito de gestión de suelos contaminados y residuos. Lo mismo que la Estrategia de Protección del Suelo de la Unión Europea para el 2030, que destaca la importancia de considerar el suelo como un medio a preservar y de vital importancia para mitigar los efectos del cambio climático y la adaptación a este. Es tanto el interés de la Unión Europea en este tema, que ha incluido la misión específica “Un pacto sobre el suelo para Europa” en el programa marco de investigación e innovación Horizonte Europa para poder financiar la investigación e innovación en esta materia.

 

¿Hacia dónde se dirige la investigación en materia de remediación de suelos contaminados?

La investigación en esta materia se dirige a encontrar métodos económicos y sostenibles de descontaminación. Los que se están potenciando más son los métodos basados en procesos biológicos o basados en la naturaleza para conseguir degradar los contaminantes presentes en el suelo y, si es posible, con estrategias implementadas on-site de remediación sostenibles y competitivas frente a la gestión del suelo contaminado como residuo.

 

"Se están potenciando más son los métodos basados en procesos biológicos o basados en la naturaleza para conseguir degradar los contaminantes presentes en el suelo".

 

 

Desde Eurecat trabajáis en diferentes proyectos relacionados con la recuperación de suelos, ¿podría hablarnos de algunos de los más destacados?

En Eurecat, actualmente, estamos trabajando en dos proyectos con financiación de la UE (H2020 y LIFE), que tienen como objetivo la descontaminación de aguas subterráneas contaminadas con sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS). Estas sustancias son tóxicas y tienen diferentes efectos en la salud humana y en el medio ambiente. Las principales fuentes de contaminación por PFAS son las descargas de espumas antiincendios (AFFF), descargas de aguas residuales y lodos procedentes de estaciones depuradoras de aguas y los lixiviados de vertedero. Aunque en España no es un contaminante habitualmente monitoreado en suelos, alimentos ni agua, ya que aún no existe en la actualidad legislación vigente que así lo requiera, sí que se prevé que en un plazo relativamente corto se empiece a hacer frente a su ubicuidad, una vez traspuesta la nueva Directiva europea para aguas de consumo, prevista para el año 2023, donde ya se establecen límites de concentración para estas sustancias en aguas de consumo. En esta línea, Eurecat priorizó este ámbito de trabajo para poder posicionarnos a nivel español como centro tecnológico experto en este tipo de remediación. Estos proyectos de investigación son el H2020 Promisces y el LIFE SOuRCE. En el marco de estos proyectos, trabajamos con centros punteros a nivel europeo como son el BRGM en Francia, SLU en Suecia y Deltares en los Países Bajos, entre otros.

Además, también estamos trabajando en otras líneas de trabajo, métodos de remediación biológicos, como es el caso de la micoremediación (LIFE MySOIL). En este caso, la estrategia es el uso de biopilas estáticas aireadas donde se añade agente estructurante con inóculo de hongos. La principal funcionalidad de la solución permite la mineralización/degradación completa de compuestos orgánicos de un suelo sin alterar las funcionalidades biológicas/ecológicas ni reducir su futura reutilización. También mediante cepas fúngicas estamos investigando la movilización de metales del suelo inducida por la actividad de estos organismos.

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