La UE trabaja para reducir los contaminantes persistentes de los materiales reciclados

El Parlamento Europeo aprobó en la sesión plenaria de principios de octubre una revisión de las normas sobre contaminantes orgánicos persistentes
07-10-2022

A medida que la UE avanza hacia una economía circular, que promueve la reutilización y el reciclaje de productos, también está tomando medidas para garantizar que las sustancias químicas tóxicas no se concentren en los materiales reciclados. El Parlamento en la sesión plenaria de principios de octubre aprobó una revisión de las normas sobre contaminantes orgánicos persistentes.

Las nuevas normas reducirán aún más la cantidad de sustancias químicas peligrosas en los residuos y los procesos de producción, introduciendo límites más estrictos, eliminando los contaminantes de la cadena de reciclaje y prohibiendo determinadas sustancias químicas.

 

¿Qué son los contaminantes orgánicos persistentes?

Los contaminantes orgánicos persistentes son sustancias químicas tóxicas que tardan en descomponerse. Cuando se liberan, permanecen en el medio ambiente durante mucho tiempo y se acumulan en la cadena alimentaria y en los organismos vivos. Por eso también se les llama a veces "sustancias químicas para siempre".

Debido a su persistencia, estas sustancias químicas pueden ser transportadas por el agua, el aire o las especies migratorias a través de las fronteras y llevadas muy lejos de donde se produjeron o utilizaron por primera vez. También pueden pasar de una generación a otra, aunque ya no se produzcan ni se utilicen.

Esto significa que podemos encontrar estos contaminantes prácticamente en todas partes: en nuestros alimentos, en el aire que respiramos, en productos utilizados en nuestra vida cotidiana como la pintura, el barniz y el jabón, y en los residuos procedentes de algunos productos de consumo como los textiles impermeables, los muebles, los plásticos y los equipos electrónicos.

También están presentes en los plaguicidas, en productos químicos industriales como los bifenilos policlorados (PCB) y en subproductos no intencionados de procesos industriales como las dioxinas.

 

¿Cuáles son los efectos de las "sustancias químicas para siempre"?

Estos contaminantes se acumulan en los residuos, el suelo, el aire y el agua, lo que supone una amenaza para el medio ambiente y la salud humana. Están en nuestro entorno inmediato, pero también se encuentran en el Ártico, los Alpes y el Mar Báltico, que sirven de sumideros europeos de contaminantes.

Las altas exposiciones a las sustancias químicas han provocado enfermedades o anomalías en varias especies de la fauna silvestre, como ciertos tipos de peces, aves y mamíferos. También se han detectado en los seres humanos (incluso en la leche materna), y pueden suponer un riesgo de cáncer, trastornos reproductivos, alteración del sistema inmunitario, trastornos neuroconductuales, alteraciones hormonales, daños en el ADN y aumento de los defectos de nacimiento.

Por ejemplo, la exposición a las dioxinas puede provocar lesiones en la piel, defectos en el sistema inmunitario y alteraciones del sistema hormonal y reproductivo. En 2008, Irlanda encontró altos niveles de dioxinas en la carne de cerdo, en 1999 en Bélgica se encontraron dioxinas en las aves de corral y los huevos y en Italia un accidente químico en una fábrica liberó dioxinas en 1976.

 

¿Cómo gestionar los residuos que contienen contaminantes orgánicos persistentes?

Como estas sustancias químicas tardan mucho tiempo en desaparecer, es necesario regular cuidadosamente su gestión de residuos para que no vuelvan a entrar en la economía tras su eliminación. Este riesgo debe tenerse en cuenta cuando la UE lleve a cabo su plan de Economía Circular.

Esto significa que los productos que contienen sustancias químicas persistentes deben tratarse de forma que los contaminantes:

  • se destruyan (por ejemplo, mediante la incineración)

  • se transformen de forma irreversible o

  • se almacenen de forma permanente (por ejemplo, en formaciones rocosas profundas y duras, en minas de sal o en un vertedero de residuos peligrosos).

En algunos casos, cuando la concentración de sustancias químicas nocivas está por debajo de un determinado umbral, podría permitirse el reciclaje de productos.

 

¿Cómo regula la UE los contaminantes orgánicos persistentes?

Dado que la gestión de los contaminantes orgánicos persistentes requiere la cooperación internacional, la UE se ha adherido al Protocolo de Aarhus (1998) y al Convenio de Estocolmo (2001), que establecen restricciones o prohibiciones internacionales a la producción, restricciones a la importación/exportación y disposiciones sobre el reciclado.

El reglamento de la UE sobre estos productos químicos aplica los compromisos contraídos en virtud de los acuerdos internacionales, en lo que respecta a la producción y la exportación. Esta es una lista de todos los contaminantes orgánicos persistentes regulados por la UE.

En 2021 la Comisión Europea propuso revisar la legislación. En octubre de 2022 el Parlamento Europeo aprobó la nueva normativa.

Los cambios incluyen:

  • Introducción de niveles permitidos significativamente más bajos de varios contaminantes orgánicos persistentes en los productos.

  • Gestión de residuos: los materiales que contengan niveles de contaminantes demasiado elevados deberán ser destruidos o incinerados y no podrán ser reciclados.

  • Nuevos productos químicos que se añaden a la lista de sustancias nocivas: El reglamento debe incluir ahora también el compuesto químico sintético ácido perfluorohexanosulfónico (PFHxS), que se encuentra en los envases de alimentos, en los materiales resistentes a las manchas y al agua, en las espumas antiincendios y en los aditivos para pinturas. Este producto químico se añadió a la lista de sustancias nocivas del Convenio de Estocolmo en junio de 2022.

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