ONG europeas piden a la Comisión que permita a los Estados atajar la sobreproducción de moda
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Un total de 65 organizaciones de la sociedad civil europeas y francesas han reclamado a la Comisión Europea que respalde el proyecto de ley francés que busca frenar las prácticas comerciales más perjudiciales del sector de la moda. A través de una carta abierta, las entidades piden a Bruselas que no obstaculice una iniciativa concebida para hacer frente a la sobreproducción textil y a sus impactos ambientales y sociales.
El contexto es claro: el volumen de ventas de ropa en Europa no deja de crecer, lo que se traduce en más prendas puestas en el mercado y, sobre todo, en más artículos desechados en menos tiempo. El aumento de excedentes textiles de bajo valor de reventa está llevando a los sistemas de recogida y clasificación a una situación límite, con cantidades crecientes de productos sin salida real en el mercado de segunda mano.
El aumento de excedentes textiles de bajo valor de reventa está llevando a los sistemas de recogida y clasificación a una situación límite.
Una ley francesa que quiere dar más fuerza a la responsabilidad ampliada del productor
La recientemente revisada Directiva Marco de Residuos (WFD) obliga a los Estados miembros a implantar sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP) para cubrir los costes asociados al desecho masivo de productos textiles. Esta normativa permite, además, modular las tasas que pagan los productores en función del volumen y de criterios de ecodiseño, de manera que se incentive la producción más sostenible y se penalicen los modelos más intensivos en recursos.
La propuesta de ley francesa va un paso más allá y pretende dotar a estas reglas de RAP de mayor contundencia, introduciendo tasas que penalicen explícitamente las prácticas comerciales que alimentan la sobreproducción en la industria de la moda. El objetivo es utilizar el diseño de las tarifas como palanca para modificar el modelo de negocio y no solo para sufragar la gestión de los residuos.
La propuesta de ley francesa pretende dotar a las reglas de RAP de mayor contundencia, introduciendo tasas que penalicen explícitamente las prácticas comerciales que alimentan la sobreproducción en la industria de la moda
Sin embargo, la Comisión Europea ha cuestionado la compatibilidad de este proyecto con la propia Directiva Marco de Residuos, lo que ha despertado preocupación entre organizaciones ambientalistas y sociales.
El papel de los Estados en la eco-modulación de las tasas
Frente a las dudas expresadas por Bruselas, las organizaciones firmantes recuerdan que la Directiva sí permite a los Estados miembros fijar en su legislación nacional los tipos y criterios de eco-modulación de las tasas. Si la definición de estas reglas se deja exclusivamente en manos de los organismos de responsabilidad del productor, advierten, existe el riesgo de que se opte por niveles mínimos de ambición, sin afrontar realmente las causas estructurales de la sobreproducción.
En este sentido, las entidades reclaman que la Comisión reconozca y respete el margen de maniobra de los Estados para endurecer las condiciones de la RAP textil, especialmente cuando se trata de desincentivar la producción masiva de artículos sin valor de reventa que termina saturando los mercados de segunda mano a escala global.
“La RAP tiene que cambiar cómo opera la moda, no solo pagar la factura”
Para Emily Macintosh, responsable de políticas de textil en la European Environmental Bureau (EEB), la credibilidad de la política europea está en juego:
“La Comisión debe pasar de las palabras a los hechos si quiere frenar los impactos de la moda. Los sistemas de responsabilidad ampliada del productor tienen que ser un incentivo real para que las marcas cambien la forma en que operan. Hay que actuar ya contra el flujo interminable de prendas sin valor de reventa que inunda el mercado mundial de segunda mano”.
En la misma línea, Pierre Condamine, responsable de campaña sobre sobreproducción en Amigos de la Tierra Francia, considera que la iniciativa francesa no puede desaprovecharse:
“La propuesta de Francia es una oportunidad única para atacar de verdad el modelo dañino de sobreproducción en la industria de la confección. Francia y la UE deben ser un ejemplo, garantizando la rápida aprobación de esta legislación en su versión más ambiciosa”.
Las organizaciones firmantes coinciden en que, en plena revisión del marco europeo de residuos textiles, impedir que los Estados vayan más lejos en la regulación sería un paso atrás. Reclaman a la Comisión que sitúe la coherencia con los objetivos climáticos y de economía circular por encima de las resistencias sectoriales y permita a los países que lo deseen endurecer las reglas frente a la sobreproducción de moda.

