Por qué es esencial gestionar el agua eficientemente ante el avance del cambio climático

El cambio climático plantea uno de los mayores desafíos para la humanidad. Sequías y fenómenos extremos refuerzan la gestión hídrica como pilar esencial para asegurar el suministro de agua

Las cifras son demoledoras. Según datos ofrecidos por Naciones Unidas con motivo del pasado Día Mundial del Agua (22 de marzo), casi 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua potable. Además, la organización señala que 3.600 millones no cuentan con un correcto sistema de saneamiento. En consecuencia, se espera que para el año 2050 más de 140 millones de personas emigren dentro de sus propios países debido a la escasez de este recurso.

No obstante, estos números podrían ser mucho más elevados si no se frena la drástica situación en la que nos encontramos. Y es que, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), señala directamente al calentamiento global como acelerador de este proceso. El aumento de las temperaturas, la mayor frecuencia e intensidad de las sequías y otros fenómenos meteorológicos de gran agresividad como las lluvias torrenciales o las inundaciones, como la sufrida el pasado mes octubre en Valencia con la DANA, están reduciendo la disponibilidad y calidad del agua dulce.

 

 

En este contexto, no es de extrañar que una correcta gobernanza del agua, que incluya una gestión eficiente de los recursos hídricos, es decir el conjunto de acciones para planificar, distribuir, conservar y reutilizar el agua, se haya convertido en uno de los objetivos más importantes. Pero lograrlo requiere de una planificación estudiada y basada en datos científicos y técnicos. Emplear bien el agua no se reduce solo a desarrollar proyectos de abastecimiento a poblaciones e industrias, sino también a conservarlo correctamente. Hoy, la disponibilidad de este recurso esencial peligra y, con él, el desarrollo futuro.

 

La importancia de una buena gestión en todos los niveles

El calentamiento global es la causa principal de la reducción de los niveles de agua disponible, pero, aunque pueda parecer contradictorio, este recurso es al mismo tiempo la posible solución y herramienta necesaria para adaptarse a la emergencia climática en la que nos encontramos.

 

El calentamiento global es la causa principal de la reducción de los niveles de agua disponible

 

A la pregunta de por qué es importante gestionar bien los recursos hídricos la respuesta se puede resumir en una frase: es una palanca estratégica con efectos positivos en múltiples dimensiones clave de la sociedad. A continuación, detallamos algunos de los campos en los que más incide esta gestión:

  • Salud y bienestar público: Disponer de agua apta para el consumo, saneamiento e higiene reduce enormemente los riesgos de contraer enfermedades como el cólera, la hepatitias A o la fiebre tifoidea. Sin un buen uso del agua, el número de personas en todo el mundo que pueden sufrir alguna de estas enfermedades aumenta considerablemente.
  • Energía y transición ecológica: Sin duda uno de los aspectos más importantes a la hora de hablar de escasez de agua es su repercusión en la generación de energía. Las centrales hidroeléctricas necesitan una buena planificación hídrica para cumplir su propósito de generar energía renovable.
  • Economía: El agua es un elemento implícito en numerosas actividades económicas. Desde la agricultura hasta el turismo, pasando por la industria, la disponibilidad de este recurso finito permite en gran medida el correcto desempeño de muchos sectores y aumentar la competitividad.
  • Cohesión territorial y social: La falta de una buena gestión del agua desemboca en conflictos y aumenta las desigualdades entre cuencas, regiones y sectores productivos. Gestionar de buen modo este recurso ayuda a eliminar estas disputas y, en consecuencia, a mejorar las relaciones sociales.
  • Biodiversidad: El agua es el origen de la vida y, por tanto, establecer una buena estrategia hídrica ayuda a mantener los ríos vivos, los acuíferos saludables y un aumento de la fauna y la flora. Un punto clave para asegurar un planeta sano para todos.

 

 

Seguridad hídrica en España para asegurar nuestro futuro

Si nos centramos en España, el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), advirtió hace un par de años que los recursos hídricos habían disminuido de media un 12% desde los años 80 y señaló que este porcentaje podría elevarse a final de siglo si no se ponía solución.

España, como uno de los países con mayor exposición al estrés hídrico, debe fijar y seguir una hoja de ruta clara que contemple este recurso como prioridad. De hecho, en el año 2023, España sufrió una de las peores sequías de su historiacon casi un 15% del territorio en situación de emergencia por escasez de agua y un 27,4% en estado de alerta. Esta situación que, previsiblemente se volverá a repetir en los próximos años, señaló la necesidad urgente de establecer un plan hidrográfico que asegure el acceso al agua potable.

 

En el año 2023, España sufrió una de las peores sequías de su historia, con casi un 15% del territorio en situación de emergencia por escasez de agua y un 27,4% en estado de alerta

 

 

De esta forma y en medio de un panorama dominado por sequías, escasez, aumento de presión en acuíferos y ecosistemas y variabilidad creciente, la gestión hídrica en España debe adaptarse a condiciones cada vez más complejas. En relación a esto, en enero de 2023, el Gobierno aprobó el 3º ciclo de planificación hidrológica 2022-2027 que favorece la adaptación a este nuevo entorno.

Estos planes que incluyen 492 medidas cuentan con una inversión de 2.185 millones de euros y están enfocadas en mejorar la eficiencia del uso del agua, proteger los ecosistemas y prepararse ante el inminente al cambio climático. Entre las medidas, encontramos algunas que están orientadas a anticiparse a situaciones futuras de crisis climáticas, utilizando, por ejemplo, modelos que simulan escenarios futuros. También, se establece como objetivo lograr una adaptación local de modo que se implementen soluciones específicas para cada ciudad o región.

 

Las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la escasez de agua están enfocadas en mejorar la eficiencia del uso del agua, proteger los ecosistemas y prepararse para el cambio climático

 

En cualquier caso, una gestión integral y adaptada a los retos climáticos actuales es la base para construir una sociedad más justa y preparada para un futuro con menos agua. La gestión hídrica ha dejado de ser una cuestión meramente técnica y se ha convertirse en una pieza clave en la agenda climática, económica y social. Sin dejar de lado que es un motor de competitividad, de equidad territorial y de sostenibilidad. En un escenario de incertidumbre, el agua puede ser nuevamente el elemento necesario que nos permita seguir avanzando. Apostar por la gestión hídrica es apostar por el mañana.

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