"Tenemos en casa el talento exportable que será la base de un modelo económico sostenible"

Elvira Carles Brescolí, directora de la Fundación Empresa y Clima, es licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona;  Máster en Ingeniería del Agua por la Universidad Politécnica de  Cataluña y Máster en Prevención de Riesgos Laborales por la  misma universidad. También ha cursado estudios en la Escuela de Negocios ESADE de Barcelona.

Pregunta. ¿Cómo están pasando las empresas de su fundación las distintas fases del Covid-19?

R. Ninguna empresa ha sido inmune a las consecuencias de esta pandemia, especialmente a su impacto inicial. Nuestros asociados son muy diversos, tanto en lo que se refiere al tamaño como a su actividad, y eso hace que la respuesta no sea homogénea. Empresas turísticas o de restauración están pasando momentos duros, aunque me consta que se están recuperando.  Por otro lado, tenemos algunos miembros de la FEC, sobretodo aquellos más innovadores, que han podido reorientar su producción y sus servicios a atender las necesidades públicas y privadas generadas por la pandemia. Le daré un ejemplo,  la multinacional estadounidense 3M, cuyos productos han sido de gran importancia para hacer frente a la pandemia.

P. ¿Y desde la Fundación Privada Empresa & Clima cómo lo están viviendo?

R. En primer lugar apoyando a nuestros asociados y aportándoles valor ahora más que nunca y en segundo lugar siendo testigos cómo la naturaleza puede cambiar en pocos meses toda nuestra vida. Esta crisis la interpretamos como un anuncio hacia el complejo mundo hacia el que nos dirigimos si no actuamos de una manera mucho más enérgica y activa contra el Cambio Climático.  

P. ¿Considera que la lucha frente al Covid-19 puede servir como palanca para acelerar el ritmo de transición hacia un nuevo modelo económico verde?

R. Absolutamente, aunque debo decirle que hemos vivido momentos en los que parecía que la pandemia iba a afectar a las políticas Pacto Verde Europeo; pero tanto el Parlamento como la Comisión europeos han ratificado que un modelo de economía verde debe liderar el plan de recuperación. Mire, hasta ahora para salir de la crisis las políticas públicas pasaban por ejemplo por la potenciación del mercado de la automoción, algo muy poco sostenible.

Además, a partir de ahora con la aprobación de la taxonomía sostenible para el sector financiero se van a canalizar de verdad los recursos financieros para primar actividades que impulsen la economía sostenible, como por ejemplo la rehabilitación de edificios utilizando materiales respetuosos con el medio ambiente como los que produce Rockwool, miembro de nuestra fundación,  y se limitarán aquellas susceptibles de crear daño ambiental. Junto a ello un 30% de los 750.000 millones de euros de la Comisión Europea para la recuperación se destinarán a inversiones respetuosas con el clima.

Y por último me gustaría comentarle que la sociedad y la población no se ha desenfocado en referencia a la importancia que tiene la lucha contra el cambio climático. Como muestra, el gran resultado que las candidaturas Verdes han obtenido en las grandes ciudades francesas en las últimas elecciones municipales.  No debemos tampoco olvidar el aspecto social y sanitario. Según estimaba el año pasado la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la contaminación ambiental causa cada año 800.000 muertes prematuras en Europa y acorta la esperanza de vida de las personas en 2,2 años. Nadie quiere seguir viviendo así.

P. Saltando al ámbito español ¿Considera que la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética va a satisfacer a todos los actores implicados?

R. Si una ley, de cualquier temática, satisface completamente a todos los actores implicados, que seguro tienen diferentes opiniones y susceptibilidades sobre un tema, no es una buena ley. Hay que conseguir un término medio. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que en mi opinión  va a ser una de las leyes más importantes de esta legislatura debe servirnos para que España cumpla con el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo;  y más importante aún para fijar las bases para conseguir una sociedad y una economía próspera y menos vulnerable a las variaciones de la temperatura.

Y en este aspecto de ninguna manera debemos dejar de lado a las empresas y al sector privado para que se sientan cómodos con la ley. Me consta que la vicepresidenta Teresa Ribera y su equipo están haciendo un gran trabajo al respecto; y lo están haciendo además en un marco donde la atención y los recursos se están derivando, como debe ser en estos momentos, a la lucha contra la pandemia generada por el Covid-19.

P. ¿Qué valor debe tener la colaboración público - privada en el giro hacia esa economía verde?

R. Muy importante. El Plan Nacional Integrado de Energía Clima (PNIEC) que el Ejecutivo aprobó, reestablece una inversión de 241.412 millones de euros entre 2021 y 2030 para alcanzar unos ambiciosos y necesarios objetivos climáticos. Pues el 80% del total de esa inversión deberá ser realizada por el sector privado. Pero los empresarios necesitan certidumbre y seguridad jurídica. El pasado septiembre, dentro de la Semana del Clima de Nueva York, Ignacio Sánchez Galán, Consejero Delegado de Iberdrola nos explicaba que su empresa podía tener construida una gran instalación renovable en un año y que a menudo los permisos y los trámites tardaban hasta tres años en llegar. Para que las empresas inviertan es necesario un entorno atractivo y un marco jurídico estable y predecible.

Junto a ello me gustaría destacar otro aspecto: nuestro país cuenta con empresas que son líderes mundiales en el desarrollo de nuevas estrategias sostenibles, me refiero a grandes multinacionales, pero también Pymes. Empresas que destacan en la reducción de consumos energéticos y de materias primas, economía circular, captura de CO₂ y generación renovable. Tenemos en casa el talento exportable que deberá ser la base de un modelo económico-energético sostenible en el tiempo y debemos ser conscientes de ello y potenciarlo con la máxima ayuda pública posible.

P. La Fundación Privada Empresa & Clima es, desde 2010,  Observer de Naciones Unidas, y como tal asistirán a la COP 26 de noviembre 2021 en Glasgow ¿En qué punto están las negociaciones previas?

R. En primer lugar debo decirle que desde la Fundación Privada Empresa & Clima nos pareció correcta la decisión de posponer la COP26. Todos los actores deben ir en igualdad de condiciones y si hubiésemos mantenido el calendario muchos países hubiesen llegado a Glasgow sin el avance necesario en sus agendas climáticas. Pero se está avanzando en todos los meetings paralelos y el 1 de enero de 2021 entra en vigor el Acuerdo de París, esto es en menos de 6 meses.

Es cierto que el tiempo corre en nuestra contra porque estamos en emergencia climática pero estoy segura de que llegaremos a Glasgow en 2021 con algunos temas muy importantes resueltos, como el artículo 6 del Rulebook del Acuerdo de París, que llevamos negociando desde 2015, y que regula las emisiones entre países y empresas. Este artículo, mal desarrollado podría suponer un paso atrás en la ejecución del Acuerdo de París. Otro aspecto importante tiene que ver con los EE.UU., en la COP26 de Glasgow ya conoceremos más en detalle las políticas climáticas de la Casa Blanca y veremos si sigue siendo Donald Trump o hay un nuevo presidente, y es alguien más sensible y receptivo en la lucha contra el Cambio Climático.

P. Están a punto de lanzar una nueva edición de su informe de emisiones de CO₂  en el mundo con datos de 2018 ¿Puede avanzarnos algún dato?

R. Vamos a hacerlo público a finales de septiembre y ya va a ser la undécima edición. Se mantiene como obra de referencia; y muchas empresas y particulares esperan su publicación porque su excepcionalidad es que se utilizan y correlacionan los datos publicados oficialmente por las distintas organizaciones públicas y privadas tanto en el ámbito nacional como internacional. En este caso datos de 2018. Como en cada edición, hay sorpresas en cuanto a la emisión de determinados territorios y regiones, pero no le voy a revelar nada ya que esperamos presentarlo en público de forma reducida en distintos eventos durante el próximo otoño.