Un nuevo informe fija la primera metodología global para medir el empleo en economía circular

El estudio unifica criterios internacionales y revela la presencia transversal de la circularidad en países, sectores y cadenas de valor

La economía circular se consolida como pieza clave para alcanzar objetivos ambientales y socioeconómicos, pero hasta ahora apenas existían datos comparables sobre cuántas personas trabajan en actividades circulares y en qué condiciones.

Un nuevo informe internacional —elaborado por Circle Economy en colaboración con la International Labour Organization (Ilo) y el World Bank Group, con la orientación de un consejo asesor internacional y en estrecha cooperación y con apoyo de la Un Partnership For Action On Green Economy (Page)— establece por primera vez una metodología común para cuantificar el empleo en economía circular a escala global, ofreciendo una visión integral que abarca 177 de los 187 Estados Miembros de la OIT y sirve de base para diseñar políticas públicas fundamentadas en la evidencia.

 

Elemento esencial para los objetivos ambientales y socioeconómicos

En el contexto actual, la economía circular es cada vez más reconocida como esencial para alcanzar tanto los objetivos ambientales como los socioeconómicos, al promover modelos de producción y consumo basados en la reducción, la reutilización y el aprovechamiento eficiente de los recursos. Sin embargo, todavía se sabe muy poco sobre cuántas personas trabajan realmente en actividades circulares y en qué condiciones laborales lo hacen.

 

"Entre 121 y 142 millones de trabajadores, lo que representa entre el 5 % y el 5,8 % de la fuerza laboral mundial, participan en actividades de economía circular"

 

Al tratarse de un ámbito transversal, el empleo asociado a la economía circular se despliega en todos los países, atraviesa todos los sectores y se da tanto en entornos formales como informales. A pesar de ello, las definiciones, las clasificaciones y las metodologías empleadas para medir este tipo de empleo permanecen desalineadas, lo que dificulta disponer de estadísticas comparables y, en consecuencia, el diseño de políticas eficaces.

 

Un informe internacional para alinear definiciones, indicadores y métodos

Para cubrir estas lagunas, el informe desarrolla y aplica una metodología internacionalmente aplicable para medir el empleo en economía circular.

Este enfoque se construye sobre marcos laborales y ambientales ya existentes y sobre consultas con expertos, lo que permite establecer la primera línea de base global que cubre 177 de los 187 Estados Miembros de la Ilo. De esta forma, se crea un marco común que facilita el seguimiento de la transición circular, la evaluación de políticas y la integración de la transición hacia una economía más circular en las agendas laborales, ambientales y de desarrollo sostenible.

 

Circularidad integrada en países, sectores y cadenas de valor

Desde una perspectiva estructural, el informe demuestra que la circularidad está firmemente integrada en todos los países, sectores y cadenas de valor, más allá de los casos emblemáticos o de nicho que suelen aparecer en los medios. Al cuantificar tanto el empleo formal como, en la medida de lo posible, el empleo informal, el estudio ofrece la primera y más completa radiografía actual del empleo en la economía circular.

 

"Los patrones sectoriales de empleo en la economía circular reflejan estructuras económicas nacionales más amplias, incluidos los niveles de industrialización, urbanización y el tamaño del sector servicios"

 

Gracias a esta cuantificación, se sientan las bases para desarrollar políticas e inversiones basadas en datos que permitan desbloquear el enorme potencial de las prácticas circulares para crear empresas sostenibles y transformar los medios de vida existentes. El informe se convierte así en una herramienta estratégica para orientar programas de financiación, regulación, formación y apoyo empresarial alineados con la transición circular.

 

Diversidad de trabajadores y llamada a reconocer sus contribuciones

En el plano social y laboral, las personas empleadas en la economía circular abarcan un abanico muy amplio de perfiles. Incluyen desde artesanos que reparan, mantienen o upciclan productos para prolongar su vida útil, hasta recogedores de residuos que trabajan de día y de noche, pasando por micro, pequeñas y medianas empresas y grandes multinacionales que adoptan modelos de negocio circulares.

 

"El estado actual del empleo en la economía circular destaca importantes oportunidades para inversiones específicas, estrategias de formalización adaptadas al contexto, desarrollo de empresas sostenibles y políticas laborales inclusivas"

 

Al visibilizar la importancia crítica de estas actividades, el informe lanza también un mensaje claro: la necesidad de una mayor valoración de las competencias y aportaciones de las mujeres y hombres que hacen posible el funcionamiento de la economía circular. Esta llamada al reconocimiento incluye de forma explícita a los trabajadores de la economía informal, que históricamente han sido marginados pese a desempeñar un papel clave en la recuperación de materiales, la gestión de residuos y la prestación de servicios ambientales.

En definitiva, el informe no solo aporta datos y metodología, sino que actúa como un llamamiento a la acción para integrar a estos trabajadores en estrategias de empleo digno, protección social, formación y transición justa, alineando la agenda laboral con los objetivos de economía circular y desarrollo sostenible.

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