Automatización y tecnología, palabras clave hacia un futuro sostenible

Actualmente, el futuro del reciclaje está orientado a un mayor tratamiento de los residuos en el que la tecnología es la pieza clave. Así lo demuestra una tendencia cada vez mayor hacia la automatización en los procesos de reciclaje.

La globalización ha provocado la valorización de los residuos, un proceso que si bien inicialmente se veía como una alternativa para reducir el volumen de residuos que acaban en vertederos, hoy es una parte esencial de cualquier proyecto de tratamiento y gestión de residuos. 

La dificultad es que esta globalización se encuentra hoy en “stand by”, con una paralización en las importaciones de los mercados internacionales. Esto significa que, para valorizar y reciclar los distintos materiales, los subproductos deban ser clasificados y valorizados en origen, tanto en plantas de clasificación como en instalaciones intermedias agrupadas de dichas plantas.

Para lograrlo, existe hoy una creciente demanda de equipos de gran capacidad que sean, al mismo tiempo, extremadamente eficientes en la clasificación. También es importante la adaptación de la maquinaria a todo tipo de residuos, independientemente del tamaño y del comportamiento mecánico de clasificación. Adicionalmente debe incorporarse una correcta gestión de los datos derivados de los estudios de rendimiento, que permite desarrollar nuevos procesos, más optimizados, encaminados a aumentar la eficiencia de las plantas, minimizar el uso de recursos y reducir las inversiones requeridas para ello. 

Solo siguiendo estos pasos se pueden gestionar correctamente los millones de toneladas de residuos que generamos y, además, hacerlo de la manera más económica y sostenible.

En este contexto, STADLER ha puesto sobre la mesa la problemática de Europa con la valorización y el reciclado de los residuos. Asimismo, ha ido adaptando los equipos y procesos e incorporando la última tecnología para conseguir la mayor eficiencia y obtener el mayor valor añadido para los clientes a través de las siguientes iniciativas:

1. Buscar soluciones para aumentar las capacidades de clasificación de nuestras plantas de residuos de envases ligeros. Entre ellas, desarrollar y estandarizar equipos de mayor capacidad, así como la modularidad para su integración. Un buen ejemplo de esto son procesos de reciclaje de envases ligeros, cada día más numerosos por la concienciación ciudadana y su aportación de material reciclable. 
2. Desarrollar nuevos equipos para limpieza en seco de envases plásticos necesarios en plantas de reciclado.
3. Incrementar la eficiencia de nuestros nuevos equipos para que, con los mismos recursos, consigamos mejores ratios de recuperación, aumentando el rendimiento y la posibilidad de integración a plantas ya existentes.
4. Desarrollar procesos para aumentar la valorización y el reciclado de los subproductos obtenidos en nuestras plantas. 
5. Colaborar y participar en proyectos europeos orientados hacia el reciclaje de residuos plásticos, como Life4film (info@life4film.com) y Life plasmix (info@lifeplasmix.com).

En definitiva, en STADLER somos conscientes de la importancia que tiene incorporar la tecnología y de que el valor añadido que las plantas pueden dar a los subproductos obtenidos aumenta cada día. Y es que una posible masificación en el sector de materiales brutos hace descender considerablemente los precios. Por este motivo, no solo tenemos que centrarnos en la clasificación de estos materiales, sino que tenemos que obtener el mayor valor añadido de los mismos en nuestras plantas de clasificación. ¿Cómo lograrlo? Combinando la eficiencia en esta clasificación, a través de la tecnología, con la valorización e incremento del valor de los subproductos recuperados, caminando, de este modo, hacia una verdadera economía circular.

Artículo publicado en el número 221 Marzo/Abril 2020