El EEB alerta de falta de ambición en la hoja de ruta europea para la bioeconomía
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La nueva Estrategia de Bioeconomía presentada hoy por la Comisión Europea carece de la ambición necesaria para alinear el uso de recursos de Europa con los límites ecológicos del planeta, según ha advertido la European Environmental Bureau (EEB), la mayor red europea de organizaciones medioambientales de la sociedad civil.
Desde la organización se considera que el documento supone una oportunidad perdida, al priorizar iniciativas dispersas de innovación en productos biobasados en lugar de abordar las causas estructurales de las crisis de naturaleza, contaminación y cambio climático.
"En lugar de definir una estrategia que se confronte con la excesiva demanda de recursos de Europa, la Comisión sigue aferrada a la ilusión de que podemos sustituir nuestro actual nivel de consumo por insumos de origen biológico, obviando el daño grave e inmediato que esto provocará en las personas y en la naturaleza", ha señalado Eva Bille, responsable de Economía Circular en el EEB.
Ausencia de objetivos para reducir la presión sobre los ecosistemas
En comparación con una versión anterior del documento filtrada en octubre, la Estrategia de Bioeconomía no reconoce la necesidad de reducir de forma drástica la presión sobre los ecosistemas.
Para el EEB, esta omisión resulta especialmente preocupante, dado que los actuales patrones de producción y consumo en la UE ya exceden ampliamente los límites ecológicos, poniendo en riesgo a las personas, a la naturaleza y a las propias actividades económicas.
Aunque la estrategia propone avanzar en el mapeo de la biomasa disponible, el EEB subraya que el texto no fija estándares ni metodologías claras para un uso y no uso responsable de estos recursos, ni define qué aplicaciones de la biomasa resultan realmente más valiosas para la sociedad. En su lugar, la Comisión se centra en inversiones, escalado de soluciones, creación de demanda y alianzas globales, sin abordar de raíz el problema de la sobreexplotación.
Aunque la estrategia propone avanzar en el mapeo de la biomasa disponible, el EEB subraya que el texto no fija estándares ni metodologías claras para un uso y no uso responsable de estos recursos.
Prioridades desequilibradas y mantenimiento de incentivos a la bioenergía
Otro de los puntos más críticos para el EEB es que la propuesta no prioriza los usos materiales de la biomasa, que suelen ser más sostenibles y eficientes en el uso de recursos, frente a su utilización para generación de energía.
Además, la Estrategia no contempla la eliminación progresiva de subvenciones, ayudas públicas y otros mecanismos de apoyo a la bioenergía, lo que la organización considera una ocasión desaprovechada para corregir años de políticas erróneas que han incentivado usos ineficientes, intensivos en carbono y con impactos ambientales significativos.
La Estrategia no contempla la eliminación progresiva de subvenciones, ayudas públicas y otros mecanismos de apoyo a la bioenergía, lo que para el EEB es una oportunidad desaprovechada de corregir años de políticas erróneas.
Según el EEB, estos incentivos han contribuido a agravar la crisis climática, disminuir la capacidad de los bosques para absorber carbono, distorsionar los mercados de la madera y socavar la seguridad alimentaria a largo plazo.
Dependencia de importaciones y falta de incentivos para una gestión sostenible del territorio
La Estrategia también mantiene abierta la opción de incrementar las importaciones de biomasa, al afirmar que la UE es en gran medida autosuficiente en este recurso. El EEB recuerda, sin embargo, que el sector de ganadería intensiva europeo depende en más de un 70 % de piensos importados para sostener los actuales niveles de sobreproducción, lo que refuerza patrones insostenibles de producción de alimentos y de alimentación animal.
Por otro lado, la propuesta no introduce incentivos significativos para fomentar prácticas de gestión sostenible del territorio, como la silvicultura cercana a la naturaleza, la agroecología o la agricultura ecológica. Se trata de enfoques que, según el EEB, son clave para responder a la creciente demanda de productos de origen ecológico y, al mismo tiempo, proteger los ecosistemas y mantener la funcionalidad de los suelos y bosques.
La propuesta no introduce incentivos significativos para fomentar prácticas de gestión sostenible del territorio, como la silvicultura cercana a la naturaleza, la agroecología o la agricultura ecológica.
Calendario legislativo hasta 2030
Las primeras propuestas legislativas derivadas de la Estrategia de Bioeconomía se esperan para el primer trimestre de 2026, con medidas adicionales previstas hasta 2030.
Para la organización, este calendario abre una ventana crítica de revisión y mejora, en la que será esencial introducir criterios robustos de sostenibilidad, reducción de impactos y respeto a los límites ecológicos si la UE quiere que su bioeconomía sea realmente compatible con los objetivos climáticos y de protección de la naturaleza.




