Aquae Papers #6 pone de manifiesto el descenso del consumo de agua potable en España durante los últimos años
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Del estudio de los casos de Alicante y de los municipios del área metropolitana de Barcelona gestionados por Aigües de Barcelona, en los que se ha observado un descenso del consumo de agua potable para el periodo 2007-2013 del 12,1% y del 11,4%, respectivamente, podemos extraer algunas conclusiones acerca de las motivaciones de dicho descenso de consumo de agua en municipios que han alcanzado un alto grado de madurez en el abastecimiento de agua y que pasamos a enumerar:
1) Innovaciones técnicas: tanto en los sistemas de grifería como en los electrodomésticos, se han obtenido grandes ahorros de consumo. Se estima que las lavadoras y los lavavajillas de consumo eficiente suponen ahorros de agua de entre el 40 y el 60% respecto a los modelos convencionales. Los aireadores y perlizadores reducen el consumo de agua en un 40% y las cisternas con sistema de doble descarga también suponen un ahorro que puede alcanzar el 50%.
2) Concienciación ambiental: desde mediados de los años ochenta, en los países desarrollados se expande una gran sensibilización respecto a temas ambientales, que se ha traducido en la sustitución de una serie de hábitos de higiene personal o doméstica, en la reparación de fugas, en evitar el goteo de grifos, etc., acciones que favorecen la disminución de los consumos. En la creación y el arraigo de esta mayor conciencia ambiental han jugado un papel relevante las campañas de ahorro y consumo responsable de agua llevadas a cabo, y que comprenden tanto acciones generales, coincidiendo con ferias de temática medioambiental, como específicas, entre las que cabe citar, en especial, las que tienen como destinatarios a los niños. Por otro lado, las secuencias de sequía tienen una notoria incidencia en las tendencias de consumo de agua potable. Durante los ciclos de sequía se han desarrollado campañas de ahorro de agua cuyos mensajes inciden en los hábitos de consumo y permanecen una vez trascurrido el periodo de sequía.
3) Envejecimiento de la población: un aspecto demográfico a tener en cuenta es la mayor proporción de personas mayores, como consecuencia del envejecimiento de la población, y que estas son más conservadoras en el consumo de agua. Lo habitual es que en todos los municipios aumente el porcentaje de población con edad por encima de los 65 años. En ese sentido y teniendo en cuenta su perfil más conservador en el consumo, se puede estimar que una persona en el segmento de más de 65 años consume de promedio un 25% menos que un adulto en el segmento anterior.
4) Vivienda y emigración: otro aspecto demográfico que influye en la tendencia del consumo es el crecimiento de las unidades familiares monoparentales, que favorecen las viviendas de tamaño más reducido y, en principio, de menor consumo. También se está produciendo un incremento de viviendas cerradas como consecuencia del regreso de sus ocupantes a sus países de origen (se trata tanto de inmigrantes que regresan junto a sus familias como de residentes jubilados de la Unión Europea). Igualmente, la emigración de población autóctona a otras regiones o países en busca de actividad laboral y la disminución del tamaño medio de las unidades familiares, que desde la década de los ochenta del siglo pasado a la actualidad se ha reducido de 3,4 a 2,9 miembros, provocan consecuentemente una reducción de los consumos.
5) Precio: el incremento de la factura final pagada por el usuario unido a las consecuencias de la actual coyuntura económica se ha traducido en la adopción de medidas orientadas a la contención de los gastos y, entre ellas, a la disminución en el consumo de agua para reducir su factura. Los sistemas tarifarios con precios progresivos favorecen la concienciación y el ahorro de agua entre los usuarios al penalizar un determinado umbral de consumo. Adicionalmente, contribuye a esta medida el aumento de los precios de saneamiento por el principio de recuperación de costes. Este aspecto se manifiesta especialmente en determinadas tipologías de viviendas de marcada orientación residencial y turística, por las ventajas climáticas del litoral mediterráneo, que provoca la existencia de un gran número de piscinas, tanto particulares como comunitarias, donde, en casi todas ellas, se ha optado por el mantenimiento y la autodepuración del agua, en lugar de sustituirla anualmente. Un ejemplo lo tenemos en el impacto que la fuerte subida del canon del agua en Cataluña a partir de 2012, con la creación de un cuarto tramo de consumo con un precio progresivo (el precio del cuarto tramo es nueve veces superior al precio del primer tramo), ha tenido en los descensos observados a partir de ese año en los municipios con mayor presencia de usos exteriores.
6) Crisis económica: en el uso doméstico ha supuesto una merma en el grado de ocupación de segundas residencias. Ello ha determinado un descenso del consumo de agua en esas viviendas secundarias, acentuando su marcado carácter estacional, centrado en los meses estivales, con la menor duración de las vacaciones, sensiblemente acortadas por razones económicas. Asimismo, los efectos de la crisis económica se han notado de manera especial en los usos no domésticos, que en su conjunto han tenido una reducción del consumo de agua del orden del 25%. Esta tendencia se hace más patente sobre el sector del comercio, restauración y servicios: muchos negocios se han visto abocados al cierre o han optado por aplicar medidas de ahorro en el consumo de agua potable.
7) Eficiencia en la red de abastecimiento: a destacar la mejora del rendimiento alcanzado en la red, que determina que las posibilidades de disminución del consumo asociado a las fugas son testimoniales en la actualidad. En los casos de estudio analizados, las empresas han adoptado diversas medidas para la mejora continuada del rendimiento hidráulico, entre las que destacan las inversiones realizadas para renovar la red de distribución o para mejorar su estado de conservación, de manera
que puede considerarse que se ha llegado a un nivel óptimo, en el sentido de que realizar inversiones adicionales ya no sería una medida efectiva, por ser más costosas que el hipotético ahorro de agua. Las inversiones realizadas permiten reducir al mínimo las averías en las redes de distribución. En este sentido, algunas empresas han incorporado, en las cartas de compromiso con los clientes, compromisos que limitan la interrupción del suministro producida por averías en la red de distribución a un tiempo determinado, y que podrían implicar compensaciones económicas al cliente en caso de mantener el servicio interrumpido más tiempo del establecido. Cabe considerar, pues, que aquellos municipios que tienen capacidad de mejorar el rendimiento hidráulico podrán, en un futuro, experimentar un descenso del consumo.
8) Reutilización de aguas grises y pluviales: aunque todavía no se han generalizado, empiezan a surgir iniciativas para la reutilización y el aprovechamiento de aguas grises y pluviales en viviendas unifamiliares y en actividades comerciales. Entre estas iniciativas destacan la implantación de depuradoras biológicas y las cisternas o depósitos para almacenar agua de lluvia.
9) Condiciones climáticas: en cuanto al clima, las condiciones que se desvían de los estándares del denominado confort climático, con valores sostenidos en el tiempo, pueden llegar a modificar, al menos parcialmente, los hábitos de consumo personales. Sirva como ejemplo reciente y que tuvo un notable impacto sobre los consumos el primer semestre de 2013 con respecto al mismo periodo de 2012. En dicho semestre, y de forma generalizada para toda España, los valores de precipitación acumulada fueron superiores al mismo semestre del año anterior, y las temperaturas medias mensuales, inferiores en relación al mismo semestre del año anterior; de ahí que se pueda intuir que parte del importante descenso de consumo en ese periodo pudiera estar motivado por el clima. El conjunto de los aspectos mencionados explicaría la reducción del consumo per cápita que en Alicante se sitúa en valores de 119 litros por habitante y día y en Barcelona en los 105 litros por habitante y día. Estos valores particularmente bajos podrían indicar que se estaría cerca de alcanzar el techo máximo de ahorro que permitirían los dispositivos e innovaciones técnicas implantados en baños y duchas, los electrodomésticos más eficientes y los propios hábitos de consumo personal.
Conclusiones de las encuestas a grandes consumidores
La evolución del consumo a partir de datos de facturación en los grandes consumidores ha seguido una tendencia muy similar a la establecida en el sector doméstico. En ocasiones, se producen grandes oscilaciones de los valores de consumo de algunos de los grandes consumidores mencionados. Estas variaciones interanuales guardan relación con la existencia de fugas, o bien dentro de las instalaciones y los edificios atendidos, o bien en las tomas de agua.
Un porcentaje elevado de los entrevistados, el 83%, afirma que en los últimos cinco años ha modificado la gestión del agua en su organización con el fin de reducir el consumo de agua. Los motivos esgrimidos para la adopción de esta pauta son mayoritariamente los económicos (60%). El 40% restante se distribuye de manera equitativa entre la concienciación ambiental y disponer de tecnologías más eficientes.
Las principales causas que explican el descenso del consumo de agua en los grandes consumidores son las siguientes:
- Fuentes alternativas al agua potable: hay grandes consumidores que han procurado reducir su factura de agua procedente de la red de distribución municipal mediante captaciones propias o el empleo creciente de fuentes no convencionales para atender determinadas demandas, jardinería en especial, con aguas regeneradas. La sustitución de agua potable por agua regenerada en el riego de jardines públicos o privados invita a considerar que este proceso no hará sino ganar importancia en un futuro inmediato.
- Renovación de equipos y mejora de las instalaciones: los ahorros en el gasto de agua basados en la mejora y la renovación de equipos e instalaciones tienen una clara vocación de permanencia y están llamados a consolidarse y generalizarse.
- Modernización de las técnicas de riego: los riegos de todo tipo de jardines, sobre todo en el caso de los grandes consumidores municipales, han incorporado técnicas modernas de riego localizado y controlado, proporcionando importantes ahorros de agua.
- Crisis económica: la situación que se viene arrastrando en el periodo objeto de estudio ha provocado una menor actividad en el sistema productivo, cuya consecuencia es un acusado descenso en el consumo de agua.
Tendencias
Del estudio se deduce que la evolución reciente del consumo de agua obedece a una combinación de factores, unos de carácter estructural, que permanecen en el tiempo, y otros de carácter coyuntural, que cabría esperar tengan naturaleza reversible.
Entre los factores de carácter estructural cabría destacar como principales las innovaciones técnicas, la eficiencia de la red de abastecimiento, la concienciación de la población, los cambios demográficos y la reutilización del agua, mientras que la crisis económica se encontraría en el ámbito de los factores coyunturales.
Podemos prever que la evolución del consumo doméstico en los próximos años en el ámbito de los municipios de países desarrollados y que han alcanzado una madurez y consolidación en los hábitos de consumo de agua seguirá con una tendencia a la baja, aunque más moderada que la ocurrida en los años recientes, al continuar extendiéndose la instalación de aparatos más eficientes y consolidarse los cambios en los hábitos de consumo entre los ciudadanos, lo que llevará a consolidar unos bajos consumos per cápita. Tampoco es de prever un crecimiento de la población ni un aumento significativo del parque de viviendas a corto o medio plazo que compensen la moderación del consumo per cápita.
De todos modos, la recuperación económica, en el sentido de mejorar la ocupación de las segundas residencias y la recuperación de viviendas de baja densidad, sí puede contribuir a moderar la caída del consumo de agua en el uso doméstico.
Por lo que respecta a los usos no domésticos, también cabe esperar un descenso, aunque más moderado, en el consumo de agua como consecuencia de la consolidación de los avances tecnológicos y la extensión del uso de fuentes alternativas al agua potable de red. No obstante, en el uso no doméstico, que está especialmente afectado por el descenso de actividad en el contexto de crisis económica, cabe esperar que, a medida que se recupere la actividad económica, se produzca un aumento del consumo de agua, y de manera especial en el comercio, uso éste que se ha visto especialmente afectado por la crisis económica y que se ha reflejado en el cierre de establecimientos.
Por otra parte, se ha de considerar que la generalización de contadores con dispositivos de telelectura permitirá un mayor control de los consumos de agua por parte de los usuarios, tanto domésticos como no domésticos, de manera que serán susceptibles de un mayor ahorro.
En referencia a este último apartado, y a pesar de que la utilización de esta tecnología pueda repercutir en una posible reducción de los consumos, hay que considerar los beneficios que el uso y la comercialización de la telelectura puede proporcionar, ya sea en el control mucho más exhaustivo de los contadores y del rendimiento de la red, como en la puesta a disposición de los clientes de las funcionalidades de control y seguimiento de sus instalaciones particulares.
En ese mismo sentido cabe esperar que los avances tecnológicos continúen en la línea de la innovación, tanto en el ámbito de los electrodomésticos como en el de las instalaciones y los sistemas de riego, contribuyendo a un menor consumo de agua. También la normativa vigente (Código Técnico de Edificación) promueve las instalaciones de consumo eficiente de agua.