
Economía circular en Colmenar Viejo: de residuos orgánicos a energía limpia
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El municipio madrileño de Colmenar Viejo albergará una innovadora planta de tratamiento de biorresiduos para la producción de biometano. La instalación, dotada de las mejores tecnologías disponibles, está diseñada para tratar hasta 75.000 toneladas de materia orgánica al año y producir 60 GWh anuales de biometano, suficiente para abastecer a más de 11.000 hogares. Este gas renovable podrá ser inyectado en la red o utilizado como combustible alternativo para el transporte. A su vez, se estima que se evitarán unas 15.000 toneladas de emisiones de CO₂ anualmente.
Promovido por PreZero España y Enagás Renovable, el proyecto ha sido optimizado durante su tramitación ambiental, incorporando mejoras clave en sostenibilidad, seguridad y funcionalidad. De esta forma, la planta se posiciona como ejemplo pionero de economía circular, eficiencia y adaptación territorial.
“El proyecto ha sido optimizado con un enfoque más eficiente y sostenible, y un diseño que se adecúa mejor a los requisitos normativos y operativos actuales, fruto del intercambio de ideas y sugerencias con la administración municipal y grupos del entorno” apunta Sergio Cabellos, director de Negocio Público en PreZero España.
Por su parte, José Luis Martínez, de Enagás Renovable, destaca que “las mejoras en términos de funcionalidad y sostenibilidad no alteran los procesos esenciales, pero sí fortalecen la viabilidad del proyecto y reducen su impacto”.
Entre los cambios más destacados figura la eliminación del tratamiento de purines y residuos de origen animal, como deyecciones ganaderas, una decisión que responde tanto a criterios técnicos como a la preocupación vecinal por los olores. El proyecto se centrará exclusivamente en residuos orgánicos de origen domiciliario, comercial e industrial, lo que supone un impacto ambiental mucho más reducido.
Otro ajuste significativo es la supresión del compostaje. En lugar de compostar el digestato resultante del proceso de digestión anaerobia, este será pasteurizado para su valorización como enmienda agrícola, garantizando su seguridad sanitaria y normativa. Esta modificación no solo simplifica el proceso, sino que tambien contribuye a reducir la superficie de la instalación, de tan solo 6.200 m² —menor que la de un campo de fútbol promedio—.
Para reforzar el control ambiental, la planta integrará tecnologías avanzadas como sistemas de doble esclusa en los accesos, filtros de carbón activo y biofiltros con medios inorgánicos capaces de reducir hasta el 99% de los olores. La recepción y tratamiento de los residuos se realizará en una nave en depresión, asegurando que el aire fluya hacia el interior y sea filtrado antes de su liberación. Este sistema garantiza que no haya emisiones al exterior durante la operativa diaria.
La sostenibilidad también ha sido reforzada con la incorporación de paneles fotovoltaicos para autoconsumo, reduciendo la dependencia energética externa. Además, el sistema de gestión de aguas ha sido rediseñado para aprovechar internamente las aguas de lavado y mantenimiento, eliminando la necesidad de vertidos. La anterior balsa de lixiviados abierta ha sido sustituida por un sistema cerrado y cubierto que recircula el contenido, evitando cualquier riesgo de filtración al suelo o acuíferos.
Además de los beneficios ambientales, el proyecto generará más de veinte empleos directos y cerca de noventa indirectos, priorizando la contratación local. Con esta planta, Colmenar Viejo se posiciona como referente nacional en la transición hacia un modelo energético más limpio y circular, convirtiendo los residuos orgánicos en un recurso estratégico.