
El sector del agua celebra la Estrategia de Resiliencia Hídrica de la UE, pero reclama medidas más concretas
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La publicación de la Estrategia de Resiliencia Hídrica por parte de la Comisión Europea ha sido recibida con satisfacción por parte de EurEau, que celebra la incorporación del agua como elemento estratégico en la agenda política de la Unión. Este nuevo marco sitúa a los recursos hídricos como pilar fundamental para construir sociedades resilientes y sostenibles ante los crecientes desafíos climáticos.
“Este hito sitúa este preciado recurso en un lugar destacado de la agenda europea y reconoce su valor estratégico para las sociedades resilientes”, señalan desde la entidad.
Un enfoque integral y holístico acertado
Desde EurEau se valora especialmente que la Comisión haya apostado por una visión sistémica de la gestión del agua, interrelacionando cantidad y calidad, y promoviendo una acción coordinada y transversal entre ámbitos políticos. “Nos complace que la Comisión establezca un vínculo claro entre la calidad y la cantidad del agua, y reconozca la necesidad de un enfoque holístico del agua”, apuntan.
El agua, elemento vital y transversal, requiere ser considerada en todas las políticas comunitarias. Si bien la UE ya dispone de gran parte del marco legislativo necesario, una implementación más efectiva sigue siendo urgente.
Herramientas prometedoras, pero aún insuficientes
La estrategia incluye instrumentos fundamentales para avanzar hacia una gestión hídrica más eficiente. Entre ellos, se destacan:
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La gestión integrada de los recursos, incluyendo la medición sistemática de extracciones.
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El uso de escenarios climáticos comunes como referencia, facilitando la coherencia en la adaptación, especialmente en cuencas transfronterizas.
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El fomento de infraestructuras resilientes, combinando soluciones “grises” (tecnológicas) y naturales, priorizando estas últimas.
Sin embargo, aún existen carencias significativas, como la falta de un objetivo claro para reducir el consumo total de agua dulce, más allá de la mejora de eficiencia.
“La eficiencia hídrica no debería ser un objetivo en sí misma, sino una herramienta para reducir la presión sobre los recursos hídricos de Europa, cada vez más estresados”, aseguran.
Riesgos y comparaciones inadecuadas
EurEau advierte sobre la tendencia a equiparar el agua con la energía, recordando que, a diferencia de esta última, la calidad del agua es tan crítica como su disponibilidad. Cualquier enfoque que subestime este aspecto podría comprometer la efectividad de la estrategia.
Aunque la Comisión reconoce la importancia del control de la contaminación desde el origen, la falta de concreción en este punto es preocupante, especialmente en lo relativo a las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS). La estrategia se enfoca en medidas de limpieza y remediación, dejando de lado el control de emisiones. “Debemos evitar que moléculas artificiales peligrosas entren en el sistema natural. Limpiar la creciente acumulación de PFAS persistentes en el agua y el suelo no es realista sin detener primero las emisiones”, reclaman desde EurEau.
Infraestructura hídrica: urgente modernización y financiación
El documento también pone sobre la mesa un tema clave: la infraestructura hídrica europea, de gran dimensión, alto coste y envejecida. Su modernización es esencial para cumplir con las nuevas exigencias normativas y adaptarse a los retos emergentes como el cambio climático y los contaminantes emergentes.
La OCDE estimó hace años que el sector requería inversiones por valor de 255.000 millones de euros, una cifra anterior a la adopción de las actuales directivas sobre agua potable y aguas residuales, lo que incrementa aún más la presión financiera.
Responsabilidad del productor
Para garantizar la sostenibilidad del sistema, EurEau exige la aplicación inmediata del principio de “quien contamina, paga”, previsto en la Directiva sobre Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas a partir de 2025. La Responsabilidad Ampliada del Productor debe entrar en vigor sin dilación. “Quienes contaminan deben pagar por la contaminación que causan. De lo contrario, la Estrategia de Resiliencia Hídrica no funcionará para los servicios de agua”, puntualizan.
Avances celebrados, pero el camino sigue abierto
En síntesis, la Estrategia de Resiliencia Hídrica marca un paso importante en la política ambiental de la UE, al poner en valor el papel estratégico del agua. No obstante, sin objetivos más ambiciosos, mayor concreción normativa y una financiación estructurada, su impacto podría verse limitado. EurEau reitera su disposición a colaborar para convertir este marco en una herramienta efectiva, justa y transformadora para la gestión del agua en Europa.