
Empresas sociales y actores de la economía circular exigen a la UE intervención inmediata para abordar la crisis de residuos textiles
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El pasado jueves, 30 de enero, por la mañana, las organizaciones RREUSE, Ressources, Emmaüs Europe y TESS GEIE llevaron a cabo una manifestación significativa frente al Parlamento Europeo con el propósito de visibilizar la grave crisis que enfrenta el sector de reutilización y reciclaje de textiles. Las entidades advirtieron que, sin una intervención inmediata por parte de la Unión Europea (UE), la industria está al borde del colapso.
Una representación visual de la emergencia
Para subrayar la urgencia del problema, los participantes escenificaron una imponente montaña de textiles desechados junto a una línea de clasificación de tejidos en la Place du Luxembourg. La demostración reunió a actores clave, como miembros de la red RREUSE, representantes de organizaciones no gubernamentales y diputados del Parlamento Europeo pertenecientes a grupos políticos como Los Verdes, PPE y Renew.
Este evento sirvió como una plataforma para debatir los retos del sector y plantear soluciones tangibles que impulsen la economía social y circular. Tras la demostración, se llevaron a cabo reuniones de alto nivel con funcionarios de las direcciones generales de la Comisión Europea: DG GROW, ENV, EMPL y REGIO, así como con el gabinete de la vicepresidenta ejecutiva Mînzatu.
Una crisis en constante agravamiento
Las empresas dedicadas a la recolección y clasificación de textiles enfrentan una sobrecarga de productos reutilizables sin opciones viables para su tratamiento. El almacenamiento prolongado resulta insostenible, y la infraestructura de reciclaje es inconsistente a lo largo del territorio comunitario.
El volumen creciente de residuos textiles, impulsado por la rápida renovación de colecciones y el auge de pequeños envíos online, satura diariamente el mercado y pone al límite los sistemas existentes de reutilización y reciclaje.
“La llegada masiva de moda desechable, de baja calidad, no reutilizable ni reciclable, está saturando los sistemas de recuperación”, explica Neva Nahtigal, directora de RREUSE. “Estamos profundamente preocupados por el futuro de las empresas sociales en la UE. Se necesita una acción urgente para evitar el colapso de todo el sector, que proporciona decenas de miles de empleos locales, verdes e inclusivos”.
La disminución en la calidad de las prendas reduce las tasas de reutilización y provoca un aumento en el volumen de textiles incinerados, una situación agravada por los altos costos energéticos y la inflación. Además, el mercado de segunda mano enfrenta una competencia desleal por parte de los fabricantes de moda ultrarrápida, quienes explotan vacíos legales —como exenciones aduaneras para paquetes de menos de 150 euros— para inundar el mercado con textiles baratos e insostenibles.
La crisis tiene un impacto negativo en tres ámbitos fundamentales:
- Económico: el cierre de centros de clasificación provoca pérdidas de empleo y desinversión.
- Social: miles de empleos en empresas sociales, muchas de ellas dedicadas a apoyar a comunidades vulnerables, están en riesgo.
- Ambiental: textiles reutilizables y reciclables son incinerados, ocasionando graves daños medioambientales.
Una petición urgente a la UE
“Europa necesita urgentemente tomar medidas para remediar la falta de responsabilidad de los productores textiles”, afirma Franck Kerckhof, portavoz de la Federación Ressources.
RREUSE y sus aliados exigen la implementación de un plan de acción inmediato, que incluya mecanismos de financiamiento temporal para sostener el sector hasta la plena operatividad de los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP).
Los responsables políticos de la UE deben aprovechar instrumentos financieros existentes, como el Fondo de Recuperación y Resiliencia, la Facilidad de Transición Justa (gestionada por CINEA) o los préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para proporcionar un alivio urgente. Una vez que los sistemas RAP para textiles entren en vigor, las organizaciones de responsabilidad del productor deberán reembolsar estos fondos a nivel nacional. En aquellos lugares donde ya existen sistemas RAP, como en Francia, los fondos de emergencia deberían liberarse de inmediato.
Contexto y perspectivas futuras
RREUSE, la red europea más grande de empresas sociales en la economía circular, procesa anualmente 337,000 toneladas de textiles, de las cuales facilita la reutilización local de 47,000 toneladas. Estas organizaciones cuentan con décadas de experiencia en la recolección, clasificación y reutilización de textiles, al tiempo que generan empleo y promueven la inclusión social.
“El mercado transfronterizo de la UE para ropa usada y reciclaje está saturado”, advierte Alexandre Bohl, representante de TESS GEIE, un grupo de actores clave de la economía social y circular del sector textil en Bélgica, Francia, España e Italia.
Esta situación se agrava por una crítica brecha de financiamiento. A pesar de que la recolección separada de textiles es obligatoria desde enero de 2025, no existe un mecanismo de financiamiento obligatorio que cubra los costos asociados. Las negociaciones sobre RAP continúan estancadas, y en aquellos países donde ya existen sistemas —como Francia y Países Bajos—, estos no abordan completamente las necesidades del sector.
“Los actores de la economía social son pioneros de la economía circular, reutilizando bienes en lugar de destruirlos. Hoy, no podemos permitirnos pagar las consecuencias de la sobreproducción global. Los productores y comercializadores deben asumir las consecuencias de sus acciones y apoyar económicamente nuestras iniciativas”, enfatiza Eve Poulteau, directora ejecutiva de Emmaüs Europe.
El mensaje es inequívoco: la UE debe actuar sin demora para evitar el colapso del sector de reutilización y reciclaje textil. La intervención decidida y urgente no puede postergarse más.