Hay que abordar urgentemente el desperdicio de alimentos para lograr la meta mundial de 2030
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Transformar los sistemas agroalimentarios para hacerlos más eficientes, inclusivos y sostenibles es fundamental para impedir que la pérdida y el desperdicio de alimentos sigan minando los esfuerzos realizados por erradicar el hambre, mejorar la nutrición y reducir la presión sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Este fue el mensaje que se desprendió del acto celebrado hoy durante el cual la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), junto con sus asociados, conmemoraron el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
A escala mundial, alrededor del 14 % de los alimentos que se producen se pierde entre la cosecha y la venta minorista. Esto equivale a una pérdida de 400 mil millones de USD al año en valor de alimentos, en tanto que, según las estimaciones, se desperdicia el 17 % de la producción total de alimentos (el 11 % en los hogares, el 5 % en los servicios de comidas y el 2 % en el comercio al por menor).
“Debemos acelerar los progresos realizados en la consecución de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aquí a 2030, con vistas a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en el mundo y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”, dijo el Director General de la FAO, Sr. QU Dongyu, a la vez que advertía de que solo nos quedan “nueve temporadas (cosechas) para hacerlo”.
“La pérdida y el desperdicio de alimentos son el origen del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto significa, fundamentalmente, que se utilizan valiosos recursos de tierras y aguas para nada”, dijo el Director Ejecutivo del PNUMA, Sr. Inger Andersen. “Reducir considerablemente la pérdida y el desperdicio de alimentos ralentizará el cambio climático, protegerá la naturaleza y aumentará la seguridad alimentaria en un momento en que necesitamos desesperadamente que esto ocurra”.
La ceremonia tuvo lugar en la celebración del segundo Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que fue establecido por las Naciones Unidas en 2019. También comprendió mensajes de vídeo del Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Antonio Guterres; el Ministro de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales de Italia, Sr. Stefano Patuanelli; el Ministro de Agricultura, Bosques y Alimentación de Eslovenia, Sr. Joze Podgorsek; la Comisaria Europea para la Salud y la Inocuidad de los Alimentos, Sra. Stella Kyriakides; el Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Sr. Gilbert F. Houngbo, y el Director Ejecutivo Adjunto del Programa Mundial de Alimentos, Sr. Amir Abdulla.
En su mensaje de bienvenida, el Economista Jefe de la FAO, Sr. Máximo Torero Cullen, señaló que la presencia de diferentes asociados en ese acto indicaba que “ninguna entidad puede abordar la cuestión de la pérdida y el desperdicio de alimentos por sí sola. Es esencial que pasemos a la acción y abordemos los factores determinantes de la pérdida y el desperdicio de alimentos”.
La Directora General para el Medio Ambiente y el Cambio Climático en Rwanda, Sra. Beatrice Cyiza, participó en una mesa redonda de expertos dedicada a la aceleración de la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos a fin de mejorar los logros respecto de los sistemas agroalimentarios.
La ceremonia se celebró inmediatamente después de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, que dio lugar, entre otras cosas, a la creación de la coalición “La Comida nunca se desperdicia”, con la finalidad de aplicar medidas encaminadas a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos a escala nacional. Simultáneamente, la FAO acoge a la Plataforma técnica del Grupo de los Veinte (G-20) sobre la medición y reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y la Coalición alimentaria, puestas en marcha por el Gobierno de Italia.
Medidas eficaces y eficientes
En su intervención, el Director General de la FAO apuntó la necesidad de abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos mediante la incorporación de innovaciones eficaces en la cadena de suministro agroalimentario con productos, servicios, modelos empresariales y tecnologías a mayor escala. La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos conduciría a un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión de los recursos hídricos, lo que tendría efectos positivos en el cambio climático y los medios de vida.
“Abordar satisfactoriamente la pérdida y el desperdicio de alimentos significa adoptar patrones de producción y de consumo más sostenibles, que permitan aumentar la disponibilidad de alimentos y reducir la huella ambiental”, dijo el Sr. QU. “No podemos seguir perdiendo 75 mil millones de metros cúbicos de agua al año en la producción de frutas y hortalizas”, añadió.
Participación constante de la FAO
En calidad de organismo corresponsable de la meta 12.3 de los ODS, dirigida a reducir el desperdicio de alimentos en el ámbito de los consumidores antes de 2030, la FAO acoge la Plataforma técnica sobre la medición y reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos del G-20, la FAO y el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), dirigida a facilitar el intercambio de buenas prácticas entre los miembros. La publicación El estado mundial de la agricultura y la alimentación de 2019, se centró en las pérdidas de alimentos, en particular, y en el Índice mundial de pérdidas de alimentos. En junio de 2021, la Conferencia de la FAO aprobó el Código de conducta voluntario para la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Definiciones
La pérdida de alimentos, tal como indica la FAO en el Índice de pérdida de alimentos, se produce desde las actividades posteriores a la cosecha hasta la fase de venta al por menor, pero sin incluirla.
El desperdicio de alimentos se refiere a la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, los proveedores de servicios alimentarios y los consumidores. Los alimentos se desperdician de muchas formas:
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Los productos frescos que no se consideran óptimos, por ejemplo, por su forma, su tamaño o su color, a menudo se eliminan de la cadena de suministro durante las operaciones de selección.
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Los vendedores minoristas y los consumidores suelen desechar los alimentos cuya fecha de consumo preferente está cerca o ha pasado.
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Con frecuencia, en las cocinas de los hogares y en los establecimientos de comidas, se dejan de utilizar y se desechan grandes cantidades de alimentos comestibles saludables.