La mejora de la eficiencia hídrica es clave para reforzar la resiliencia del agua en Europa

La Agencia Europea de Medio Ambiente alerta sobre los sectores con mayor potencial de ahorro y reclama medidas urgentes ante la escasez creciente
05-06-2025

La necesidad de ahorrar agua en Europa es cada vez más urgente. La escasez hídrica, agravada por el cambio climático, está poniendo en jaque la disponibilidad de agua en muchas regiones. La sobreexplotación de recursos hídricos persiste en varias zonas críticas y se prevé que empeore en el futuro. En especial, el sur de Europa y las áreas densamente pobladas serán las más afectadas.

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado el informe Water savings for a water-resilient Europe, que complementa la Estrategia de Resiliencia del Agua presentada por la Comisión Europea. En él se identifican los sectores económicos con mayores niveles de captación de agua, que también representan el mayor potencial de ahorro. Entre ellos destacan la producción eléctrica, la agricultura, el suministro urbano y la industria manufacturera.

 

La sobreexplotación de recursos hídricos persiste en varias zonas críticas y se prevé que empeore en el futuro.

 

Cuatro sectores concentran el 98 % de la captación de agua

Según datos medios de 2000 a 2022, la producción eléctrica para refrigeración de centrales térmicas representa el 36 % del agua captada en la UE, seguida por la agricultura con un 29 %. El suministro público, que incluye agua potable, uso doméstico y turismo, supone el 19 %, y la industria manufacturera, el 14 %. Estos cuatro sectores concentran el 98 % de la captación total y, por tanto, son prioritarios para aplicar medidas de eficiencia hídrica.

En el caso de la agricultura, el potencial de ahorro puede alcanzar hasta el 20 % del agua captada. Medidas como la reducción de fugas, la sustitución del riego por superficie por riego localizado, el uso de cultivos resistentes a la sequía o el despliegue de tecnologías de agricultura inteligente son fundamentales para mejorar el rendimiento hídrico.

En el sector eléctrico, el cambio hacia sistemas de refrigeración más eficientes, el uso de fuentes no fósiles y el aprovechamiento del calor residual en redes de calor o procesos industriales pueden lograr reducciones de hasta el 95 % en la captación de agua respecto a los niveles actuales.

 

Agua en agricultura

 

Nuevos desafíos y medidas técnicas

A estos retos se suman sectores emergentes que ya generan nuevas presiones sobre los recursos hídricos. El enfriamiento de centros de datos, cada vez más intensivo, está aumentando la demanda de agua en ciertas regiones. Por otro lado, la producción de hidrógeno, clave para la transición energética europea, requerirá agua de alta calidad en grandes cantidades, lo que obliga a una planificación cuidadosa para evitar impactos sobre la disponibilidad.

Reducir fugas, mejorar la eficiencia en el uso del agua mediante medidas técnicas y operativas, y diversificar el abastecimiento con fuentes no convencionales —como la reutilización, la desalinización o la recogida de agua de lluvia— son herramientas clave para aumentar la resiliencia hídrica. Eso sí, la AEMA advierte de la necesidad de valorar cuidadosamente su impacto en términos de consumo energético, salud humana y ecosistemas.

 

El enfriamiento de centros de datos, cada vez más intensivo, está aumentando la demanda de agua en ciertas regiones

 

Europa ante un estrés hídrico creciente

El continente más afectado por el calentamiento global enfrenta ya una presión creciente sobre sus recursos. Cada año, alrededor del 30 % del territorio de la UE experimenta escasez estacional de agua. Las consecuencias afectan de forma directa a sectores como la agricultura —con pérdidas de cosechas y mayores costes— y a las centrales hidroeléctricas y térmicas, que ven reducida su producción, encareciendo el precio de la energía.

La Comisión Europea aborda estos retos en la Estrategia de Resiliencia del Agua, que tiene como objetivos restaurar el ciclo hidrológico, construir una economía del agua inteligente y garantizar el acceso universal y suficiente al recurso. También ha publicado una Recomendación sobre la eficiencia del agua, que establece principios orientadores y anima a los Estados miembros a fijar objetivos propios para reducir el consumo de agua de cara a 2030.

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