Más de 1.000 millones de euros en sobrecostes por las toallitas y otros residuos vertidos por el inodoro

La Generalitat de Cataluña ha presentado la campaña "Estamos creando un monstruo", para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la buena gestión de estos desechos
Más de 1.000 millones de euros en sobrecostes por las toallitas y otros residuos vertidos por el inodoro
Más de 1.000 millones de euros en sobrecostes por las toallitas y otros residuos vertidos por el inodoro
05-06-2019
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La Generalitat, a través el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, la Dirección General de Atención Ciudadana, la Agencia Catalana del Agua (ACA), la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), y Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña ( FGC), ha presentado hoy una nueva campaña de sensibilización con el fin de alertar y concienciar a la población de Cataluña sobre la necesidad de gestionar de manera adecuada diversos residuos que se emplean para la higiene personal y que a menudo se suelen tirar a través del inodoro, provocando problemas en los sistemas de saneamiento.

La iniciativa, que también cuenta con la colaboración y el apoyo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y el Ayuntamiento de Barcelona, ??se difundirá durante 2019 y 2020 a través de diversos soportes (prensa, radio, medios digitales, autobuses, opis, entre otros) con una inversión total prevista cercana a los 1,5 millones de euros, aportada por todas las administraciones implicadas.

Hasta 1.000 millones en sobrecostes

Las toallitas higiénicas y otros productos similares de un solo uso (bastoncillos, algodón, apósitos femeninos, etc.) que se vierten en el inodoro, junto con las grasas, aceites y otras sustancias que llegan a los sistemas de saneamiento generan una masa compacta que se conoce con el nombre de fatberg, que provoca un impacto negativo directo en diversos ámbitos:

a) En las ciudades (obtura las tuberías y bajantes de los edificios)
b) En las depuradoras (sobrecoste económico que las daña)
c) En el medio ambiente (impacto sobre el ecosistema marino, básicamente)
d) A los presupuestos públicos (sobrecoste para su gestión y eliminación)

Tirar las toallitas húmedas por el inodoro, los bastoncillos para las orejas y los algodón, entre otros residuos de higiene personal, conlleva unos sobrecostes en los sistemas de saneamiento cuantificados entre 500 y 1.000 millones de euros según EUREAU, la federación europea que aglutina diversas asociaciones nacionales de los servicios de agua. Estos residuos provocan atascos en los bajantes de los inmuebles y en otras tuberías, debido a su lento proceso de degradación.

"Estamos creando un monstruo"

Bajo el eslogan "Estamos creando un monstruo, y esto no es ninguna película", la campaña se estructura en torno a la idea de que cuando tiramos una toallita u otros residuos de higiene personal, el inodoro se los lleva como si nada. El problema es que no vemos las consecuencias. Y esto hace que se perciban. Es decir, estamos creando un monstruo peligroso pero que no vemos.

La idea del monstruo -que ya forma parte en cierto modo del imaginario de la ciudadanía porque se ha utilizado en campañas precedentes-, deviene un icono de este problema que no podemos ver porque se manifiesta dentro de las tuberías, lejos de nuestros ojos y de la luz del día.

Por eso el spot central de la campaña se plantea como un corto de ficción a través de un guión en el que intuimos su presencia pero sin que nunca la llegamos a ver. Así, la campaña pretende dar notoriedad al "monstruo" mediante un tono cinematográfico, con referentes a películas de intriga y miedo.

El planteamiento de la campaña apela directamente a que aunque no lo vemos estamos creando un monstruo que da miedo, con consecuencias concretas y damos la solución: el inodoro no es una papelera.

¿Cómo afecta las depuradoras?

La entrada del agua para depurar se hace por un único punto, la cámara de recepción. Aquí se separan la mayor parte de arenas y piedras y restos vegetales, así como otros residuos sólidos, y con la acción de una cuchara mecánica retiran y se depositan en contenedores.

Las aguas residuales que continúan el proceso de depuración pasan por dos cámaras, el desarenador y el desengrasador donde, en el primer caso, decantarán las arenas de tamaño inferior que hayan llegado hasta aquí, y en el segundo -por flotació- extraen los objetos sólidos y las grasas que flotan.

A continuación, y para conseguir que las aguas residuales lleguen al reactor biológico sin residuos inorgánicos, se dispone de equipos de desbaste o filtrado que permiten retirar del circuito aquellos sólidos de pequeño tamaño. Estos residuos generan sobrecostes en depuradoras que, de media, pueden producir costes de 150.000 euros / año en un sistema de saneamiento de una ciudad media de unos 200.000 habitantes.

Impacto y los efectos de las toallitas

La principal y temprana alerta sobre el impacto de las toallitas tuvo lugar en 2013, cuando se informó de una enorme bola de grasa de 15 toneladas que colapsó la red de alcantarillado de Londres. Fueron necesarias tres semanas para resolver la incidencia.

Últimamente en Valencia, se han destinado más de 8 millones de euros en retirar cerca de 5.000 toneladas de toallitas que obstruían casi dos kilómetros de un colector.

En Murcia, hace un año, un tapón de 350 kilos de toallitas provocó el desbordamiento de un colector de la red de alcantarillado de la ciudad.

En el entorno de Barcelona, en un año, las depuradoras del área metropolitana de Barcelona, que gestiona el AMB, recogen 4.400 toneladas de residuos sólidos, la mayor parte de los cuales son toallitas húmedas, según datos de finales de 2017. esta cifra supone tirar por el inodoro más de un kilo y medio de residuos sólidos por persona y año. Otros depuradoras urbanas, como la de Gavà Viladecans, recogieron durante el 2017 cerca de 244 toneladas de toallitas húmedas.

En ciudades de tamaño medio como Manresa, se recogen anualmente unas 17 toneladas de toallitas. Aunque se constata un descenso, la cifra aún es demasiado alta. En Osona, según el Consejo Comarcal, durante el 2013, una única depuradora de las 29 que gestionan registró hasta un total de 17 incidencias relacionadas con las toallitas. Otro ejemplo es la depuradora de Lleida: en 2017 recogió 247 toneladas de residuos en los filtros, la mayoría de los cuales eran toallitas. Estos son algunos ejemplos, aunque se trata de un problema global y que afecta, en menor o mayor medida, todos los sistemas de saneamiento.

Otras acciones

Durante el 2016, la Generalidad de Cataluña, a través de la Agencia Catalana del Agua, llevó a cabo la campaña 'SOS AGUA' para concienciar sobre el correcto uso de las toallitas húmedas y la necesidad de gestionar estos residuos como productos sólidos, apelando a la corresponsabilidad activa de la ciudadanía en el ahorro de agua y la buena gestión de los residuos en origen y evitar su impacto social, ambiental y económico.

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