Microplásticos y salud: los patógenos encuentran su hábitat en el plástico flotante

Un estudio europeo detecta comunidades bacterianas distintas en ríos, estuarios y mar, con presencia de patógenos potencialmente peligrosos en agua dulce
25-04-2025

Los microplásticos no solo suponen una amenaza por su persistencia en el medioambiente, sino también por su capacidad para convertirse en vehículos de transporte de microorganismos, algunos de ellos potencialmente patógenos. Así lo revela un estudio liderado por un grupo de investigadores franceses que ha analizado durante siete meses la colonización bacteriana en microplásticos en nueve grandes ríos europeos, como el Sena o el Rin, desde su desembocadura hasta zonas no urbanizadas río arriba.

El proyecto ha confirmado que los microplásticos actúan como soporte para comunidades bacterianas únicas, muy diferentes de las que flotan libremente o se adhieren a materia orgánica. Estas comunidades microbianas, conocidas como plastisfera, muestran una composición radicalmente distinta en función del tipo de entorno: agua dulce, estuario o mar.

 

 

Los investigadores colocaron fragmentos de plásticos vírgenes —polietileno, polioximetileno y mallas de nailon— en estructuras sumergidas en los ríos y los recuperaron un mes después. Tras un minucioso protocolo de extracción libre de contaminaciones, realizaron análisis genéticos y espectroscópicos para identificar los microorganismos presentes y las propiedades de los plásticos.

 

Patógenos diferentes en ríos y mar

Uno de los hallazgos clave del estudio es que los patógenos presentes en los microplásticos varían según el entorno. En agua dulce, se identificaron géneros potencialmente peligrosos como AeromonasAcidovoraxArcobacter o Prevotella, mientras que en el medio marino dominaba el género Vibrio. No se halló evidencia de transferencia de estos patógenos entre ecosistemas, lo que apunta a una fuerte presión selectiva entre el agua dulce y el mar, que actuaría como barrera biológica.

Asimismo, se detectó por primera vez la presencia del patógeno oportunista Shewanella putrefaciens en microplásticos en agua dulce. Aunque infrecuente, esta bacteria puede causar infecciones intestinales, cutáneas y de tejidos blandos en humanos.

 

El plástico como vector microbiano: un desafío ambiental y sanitario

El estudio también indica que el tipo de polímero no influye significativamente en la composición de la plastisfera, aunque el polietileno fue el más abundante (45%), seguido del polipropileno (12%). Esto sugiere que factores ambientales y geográficos podrían tener mayor peso que el material plástico en la selección microbiana.

El trabajo refuerza la preocupación sobre el papel de los microplásticos como hábitat adicional y vector de transferencia de patógenos, un tema que cobra especial relevancia en el marco de las políticas europeas sobre contaminación plástica. Iniciativas como la Estrategia Marina, la Directiva Marco del Agua o el reglamento REACH están trabajando para reducir la presencia de estos contaminantes en el entorno.

El estudio llena importantes vacíos de conocimiento y sienta las bases para futuros trabajos que analicen la interacción de los microplásticos con otros microorganismos, como virus y protozoos, así como los efectos de las mareas o el cambio climático en la dispersión de patógenos.

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