El PNIEC enviado a Bruselas no es suficientemente ambiciosa para la descarbonización, según el IIDMA

Es necesario aprovechar de mejor manera el impulso que representa el fin de la generación de energía de carbón
El PNIEC enviado a Bruselas no es suficientemente ambiciosa para la descarbonización, según el IIDMA
El PNIEC enviado a Bruselas no es suficientemente ambiciosa para la descarbonización, según el IIDMA
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04-06-2020

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha participado en el trámite de consulta pública que ha tenido lugar en el marco del procedimiento de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). IIDMA considera que la versión actualizada del PNIEC, remitida a la Comisión Europea el pasado 31 de marzo por Acuerdo del Consejo de Ministros, tras haber incorporado las recomendaciones emitidas por la Comisión Europea en junio de 2019, reporta importantes mejoras respecto a su anterior versión de febrero de 2019. Sin embargo, existe margen para que refleje  una mayor ambición para poner a España en la senda hacia la descarbonización, claridad en el desarrollo de aspectos sobre energías renovables, y en concreto en áreas como el despliegue del autoconsumo y la biomasa, a fin de que España pueda aprovechar de mejor manera el impulso que representa el fin de la generación de energía con carbón.

El texto de borrador del PNIEC sometido a la última consulta pública refleja que fue  objeto de múltiples modificaciones, como resultado de las consultas previas, incluyendo un total de 18 nuevas medidas y aportar mayor detalle en la descripción y los mecanismos de actuación de muchas de las medidas inicialmente previstas.

El nuevo PNIEC muestra que el objetivo de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030 continúa siendo de, al menos el 20% con respecto a 1990, como ya figuraba en el primer borrador del plan. No obstante, el nuevo borrador muestra que si se aplican las medidas previstas por el plan dicho objetivo de reducción de emisiones puede aumentar hasta el 23% con respecto a 1990, a diferencia del 21% que preveía el primer borrador.

“Si bien el objetivo del 20% de reducción de GEI parece estar alineado con la reducción de emisiones que prevé la Comisión Europea de entre el 50 y el 55% para 2030, consideramos que España puede apostar por una mayor ambición al fin de contribuir a que se logre mantener la temperatura muy por debajo del 1,5ºC, como ya ha alertado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Además, esta mayor ambición es posible teniendo en cuenta que las ayudas económicas previstas en el nuevo Plan de Recuperación Económica de la UE deben tener en cuenta el Pacto Verde Europeo” afirma Carlota Ruiz-Bautista, abogada ambiental de IIDMA.

Además, en sus comentarios IIDMA reitera que la generación eléctrica prevista en el PNIEC a lo largo del periodo 2020-2030 con las centrales de ciclo combinado sigue siendo una fuente importante de contaminación y contribución al cambio climático. Teniendo en cuenta la penetración de energías renovables prevista a nivel nacional, y otros factores como el almacenamiento, el aumento de las interconexiones o la gestión activa de la demanda, es necesario que el PNIEC incluya medidas que contemplen la evaluación constante de la capacidad instalada necesaria de ciclos combinados con el fin de llevar a cabo su cierre progresivo y avanzar hacia la neutralidad de emisiones para 2050.

No obstante, IIDMA valora positivamente que la actualización del PNIEC  incluya aspectos que IIDMA solicitó en la consulta previa del anterior borrador, en torno a la información que debe contener el PNIEC sobre los procesos de consulta y participación pública de las entidades nacionales y de la Unión Europea, los resultados de dicha participación a lo largo del proceso, así como  las acciones de cooperación regional llevadas a cabo en su preparación, de acuerdo con el Reglamento de Gobernanza de la Unión de la Energía.

El apartado del Plan dedicado al “Desarrollo del autoconsumo con renovables y la generación distribuida” tiene avances respecto del anterior borrador, pero debería ser objeto de mayor detalle, ya que la mayoría de los mecanismos de actuación incluidos en esta medida se describen de forma demasiado breve y general, en algunos casos sin especificar acciones. Por ello, es conveniente  que la redacción final de esta materia defina de forma más concreta los mecanismos de acción que implementará la Administración General del Estado, especificando acciones claras, fechas de cumplimiento y un objetivo de despliegue de capacidad de generación del autoconsumo para 2030.

Sobre las comunidades energéticas, como parte de la promoción de las energías renovables, se estima positivo que el PNIEC haya incluido una nueva medida específicamente referida a las comunidades de energías renovables y las comunidades ciudadanas de energía. Sin embargo, IIDMA considera que el Plan debería haber incluido entre sus mecanismos de actuación el análisis de la necesidad de creación de medidas de apoyo económico para estas entidades.

Evitar la conversión de centrales de carbón a plantas de biomasa

El PNIEC prevé una potencia eléctrica instalada a partir de biomasa renovable de 1.408 MW para 2030. Esto representa un aumento de 800 MW en los próximos 10 años. IIDMA valora  que el EsAE del PNIEC contemple que el uso de la biomasa se realice en “instalaciones que aprovechen al máximo el potencial energético de esta materia prima, como por ejemplo  en generación de calor y en cogeneraciones  de alta eficiencia, siendo desaconsejado su uso en generación eléctrica en centrales convencionales de medio o bajo rendimiento”. Para IIDMA es fundamental que en el proceso de descarbonización se eviten conversiones de centrales térmicas de carbón a centrales de biomasa -en particular biomasa forestal- así como los procesos de co-combustión, ya que el rendimiento de estas instalaciones resulta ser muy bajo e implicaría un aprovechamiento energético mucho menos eficiente del recurso.

Hay estudios científicos que cuestionan la neutralidad en carbono de la biomasa forestal, con lo que estas conversiones no solo conllevarían efectos ambientales negativos en términos de calidad del aire y salud humana -emisiones de partículas, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, como el mismo PNIEC reconoce-, sino también impactos relacionados con el cambio climático. 

Además, para impulsar la biomasa como energía renovable, el PNIEC señala que España precisa 1.600 toneladas equivalentes de petróleo (tep) al año adicionales para el incremento de generación eléctrica y un extra de 411 kilotoneladas equivalentes de petróleo (ktep) al año para usos térmicos, procedentes en su mayoría de biomasa de origen forestal y agrícola. Con respecto al potencial de biomasa disponible en España, el PNIEC se basa en datos del Plan de Energías Renovables (2011-2020), datos que el IIDMA considera desactualizados, y afirma que España cuenta con disponibilidad de recursos de biomasa suficiente para cubrir el incremento de producción eléctrica y de calor con biomasa previsto para 2030.

“En vista de las previsiones que refleja el PNIEC para el aprovechamiento energético de la biomasa, consideramos fundamental que España no realice importaciones de nuevos recursos de biomasa (en particular de origen forestal) para  fines eléctricos y térmicos en vista de los impactos climáticos y ambientales asociados, y que el aprovechamiento del recurso se lleve a cabo bajo estrictos parámetros de sostenibilidad”, afirma Alba Iranzo, abogada de IIDMA. 

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