La Huella Ecológica de Euskadi disminuye y está por debajo de la media europea

La Huella Ecológica de Euskadi es de 4,32 hectáreas globales por habitante, un 7% menor que en el año 2001
La Huella Ecológica de Euskadi disminuye y está por debajo de la media europea
La Huella Ecológica de Euskadi disminuye y está por debajo de la media europea
18-11-2019
Etiquetas

De acuerdo con el informe presentado esta mañana en Vitoria-Gasteiz por Iñaki Arriola, consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco, esta cifra sitúa a Euskadi por debajo de la media europea y de estados miembros como Alemania, Suecia, Noruega, Bélgica, Países Bajos o Austria, aunque “Euskadi, al igual que el resto de los países del entorno, muestra unas pautas de consumo no sostenibles”.

El informe presentado detalla que las actividades que tienen un mayor impacto en la generación de la Huella Ecológica de Euskadi son las relacionadas con el consumo de energía, que suponen más del 50% de esta Huella; los cultivos con un 17%; la pesca con un 14% y la superficie forestal con un 10%. Y los pastos y las infraestructuras representan un 6% y un 1% respectivamente.

Cada habitante del planeta dispone de 1,63 hectáreas globales por persona (hag/cap) de superficie biológicamente productiva para satisfacer sus necesidades de consumo, mientras que la sociedad vasca consume 4,32 hag/cap. Esto significa que si todos los habitantes del planeta siguiesen las mismas pautas de consumo que los habitantes de Euskadi, la superficie biológicamente productiva del planeta tendría que ser 2,6 veces mayor que la que es”,ha precisado el consejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

El modelo de consumo actual ha provocado que la Huella Ecológica de la Unión Europea haya crecido notablemente en las últimas décadas. De 1961 a 2016 ha pasado de ser de 1.600 millones de hectáreas globales por persona a 2.300.

Con el fin de mitigar esta situación tanto en Euskadi como en Europa, Arriola ha apuntado la necesidad de acelerar la transición hacia una economía baja en carbono e implementar sistemas de producción y consumo más eficientes, gracias a ciclos continuos y regenerativos, que permitirán reducir el consumo de materias primas y energía, así como la generación de residuos y emisiones en los procesos productivos. “Su aplicación en la industria y en otros sectores puede tener unas consecuencias muy favorables a la hora de reducir las hectáreas globales necesarias en relación a las superficies del carbono y de los cultivos”, ha indicado el consejero.

Newsletter

La información más relevante en tu correo.

Suscribirme

Último número