Andalucía es una de las comunidades autónomas españolas más afectadas por las inclemencias que trae consigo el cambio climático, y resultado de ello es la inestimable pérdida de recursos naturales que a diario acontece en el territorio, a lo que se suman una menor competencia empresarial y un deterioro progresivo del modelo económico lineal como consecuencia de contar con una menor cantidad de materia prima. Con todo ello, el gobierno andaluz ha dado luz verde a la tramitación parlamentaria de una Ley de Economía Circular de Andalucía (LECA) fundamentada en la gobernanza local, cuyos pilares fundamentales son la economía circular y la mejora en la gestión de los residuos.
Hablamos con Ramón Fernández-Pacheco, consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul y portavoz de la Junta de Andalucía, sobre las oportunidades y retos que brinda esta norma, así como el poder transformador de la misma en el impulso de un verdadero desarrollo económico sostenible en la región.
¿Cuáles son los ejes principales sobre los que se asienta la Ley de Economía Circular?
Economía circular es aquella que ve en el residuo una nueva oportunidad. Y la Ley andaluza que la propulsa y regula se apoya en tres ejes: la administración, como fuerza impulsora y reguladora; la empresa, como eje vertebrador del cambio; y la sociedad, que es el motor necesario para que la adopción del modelo circular sea un éxito.
¿Cuál es la situación actual? ¿Cuáles son los objetivos? ¿Cuál es el potencial de la región?
El abandono progresivo del modelo productivo tradicional-lineal de generar, usar y tirar es una realidad. Son muchas las empresas, las administraciones y también las economías familiares que ya apuestan por el cambio. El objetivo es impregnar con ese modelo la práctica totalidad de los procesos lo que, a la postre, favorece la protección ambiental, la ‘revolución verde’ andaluza y frena los efectos del cambio climático, además de mejorar la producción de muchas empresas. El potencial de crecimiento es amplio y la ley de economía circular, la LECA, una norma pionera en España, lo va a favorecer.
"El potencial de crecimiento es amplio y la ley de economía circular, la LECA, una norma pionera en España, lo va a favorecer"
En el marco de la transición hacia una economía circular, ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta actualmente la Comunidad Autónoma?
La Junta va a ayudar, con la LECA, a que ese proceso de cambio que ha iniciado la propia sociedad continúe y lo haga con seguridad jurídica y, a ser posible, con la menor burocracia posible, de modo que sea más fácil dar el paso hacia un cambio que pretende alargar la vida útil de los productos y los servicios.
Para que todo sea más fácil y accesible, la formación y la información son pilares básicos. Por lo pronto, de la mano de la LECA, la Junta va a poner en marcha una Oficina de Economía Circular, que será una unidad administrativa con una dotación de funcionarios; también se va a construir Centro de Innovación Digital como punto de encuentro a través de reuniones, conferencias y grupos de trabajo entre los interlocutores que van a hacer posible el cambio de modelo en empresas, asociaciones administraciones, centros de investigación, etcétera. Asimismo, se va a abrir un Registro Público Andaluz en el que, de forma voluntaria, empresas y entidades inscriban su fórmula de producir u ofrecer un servicio en el marco de la economía circular. Esto, además de enseñar a otros cómo es la apuesta por el modelo circular, ofrece un valor reputacional a aquellas empresas que ya lo hacen.
¿De qué manera pretenden impulsar una efectiva colaboración entre ciudadanía, empresa y administración para seguir avanzando en esta transición?
Precisamente, a través de este tipo de unidades administrativas que reúnen a la sociedad en general, además de a las empresas y las administraciones para informar y asesorar en el cambio de modelo; pero también a través de campañas de comunicación y difusión. Es importante que las empresas y las administraciones aprendan unas de otras, hagan uso de las herramientas que ofrece la Junta, como la de medición de huella de carbono en los municipios, el sello carbono zero o la consulta del análisis del ciclo de vida de un producto o servicio.
Hoy en día, ser sostenible está de moda y es muy valorado por el consumidor; está bien que sea popular porque es necesario y hay modas que vienen para quedarse. Esto lo saben las empresas que aprietan el acelerador a la hora de ofrecer lo que sus clientes esperan de ellas. La etiqueta de sostenibilidad, además de una necesidad real, es una condición que aporta prestigio a la marca, la empresa o la entidad que la logra.
"La Junta va a ayudar, con la LECA, a que ese proceso de cambio que ha iniciado la propia sociedad continúe y lo haga con seguridad jurídica"
La gestión eficiente de los residuos resulta clave en la consecución de los objetivos ambientales y de economía circular, ¿qué novedades trae consigo la Ley?, ¿creen necesario el despliegue de inversiones en nuevas infraestructuras?
La Ley, que funcionará a través de la Oficina de Economía Circular, ofrecerá instrumentos de planificación en el ámbito local de cara a la mejora de la gestión de residuos, pero también facilitará la contratación pública ecológica; analizará el ciclo de vida de productos, obras o servicios; impulsará el modelo circular en el uso y reutilización del agua y, gracias a sus 87 artículos, ofrecerá la seguridad jurídica necesaria para que el cambio de modelo sea real y garantista.
En lo que respecta la gestión de residuos, quiero hacer hincapié en la importancia que tienen los ayuntamientos en la sostenibilidad, que son los que gestionan residuos, el ciclo integral del agua, la movilidad, etc. Apoyar a los ayuntamientos es apoyar la sostenibilidad. De hecho, esta ley es una ley municipalista precisamente por eso, porque pone a los municipios en el centro. Viene además a refrendar lo que se lleva haciendo en los últimos cuatro años, en los que la Junta ha invertido 45 millones en la puesta en marcha de 37 nuevas infraestructuras de gestión de residuos y economía circular.
"Gracias a sus 87 artículos, ofrecerá la seguridad jurídica necesaria para que el cambio de modelo sea real y garantista"
La gestión sostenible de los recursos hídricos se erige como un reto prioritario ¿qué debilidades identifican en el sistema actual?, ¿qué nuevas medidas de planificación prevén?
El cambio climático es real y un efecto de ese cambio climático es la sequía. Una sequía que amenaza la economía y el empleo porque, no me canso de repetirlo, el agua no sólo sirve para beber, sirve también para comer. Agua es empleo, empresa, producción; agua es tener un medio ambiente sano y vivo. La situación es de extrema gravedad, los embalses están al límite y sigue sin llover. Por eso, la sequía se ha convertido en el primer tema de la agenda diaria del presidente Juanma Moreno y, me consta, que la consejera responsable del tema está pendiente, mantiene una política clara. Y no sólo sabe qué hay que hacer, sino que lo hace. Y lo hace con inversión.
Hemos puesto en marcha el Plan SOS, que contempla una financiación de 4.000 millones de euros para impulsar obras y medidas claves hasta 2027. Estamos haciendo una política de agua real y coherente con las necesidades de Andalucía; una comunidad que ha aprobado dos decretos de sequía, prepara un tercero y mantiene una inversión por lo pronto quince veces superior a la que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de España.
En el marco de toda esta inversión, la regeneración del agua, las desaladoras y una gestión del ciclo del agua sostenible es básica. No estamos para perder ni una sola gota de agua. Sabemos cómo hacerlo y lo hacemos.
¿De qué manera se van a entrelazar el crecimiento económico sostenible con el uso eficiente de los recursos?, ¿Cómo esperan agilizar la simbiosis industrial?
El desarrollo económico no será desarrollo si no es sostenible. La sostenibilidad no sólo disminuye el impacto ambiental de casi cualquier proceso de producción, sino que además favorece el desarrollo económico y genera la creación de empleo. ¿Cómo? Reutiliza recursos en diferentes ciclos productivos, lo que conlleva una reducción de gastos de producción y de adquisición de nuevos materiales y, además, reutiliza los hasta ahora residuos como nuevos recursos para otros procesos productivos diferentes, generando mayores ingresos y empleabilidad.
Reconvertir residuos en recursos lleva aparejada la creación de nuevos nichos de negocio y, por tanto, más trabajadores. Esto es lo que llevan haciendo muchas empresas desde hace ya algún tiempo y lo que queremos trasladar al resto, no sólo de empresas, sino también administraciones y entidades.
"La sostenibilidad ha de impregnar todos y cada una de los procesos productivos y la LECA regulará esos procesos hacia una economía circular para impulsarlas y animar a otros a adoptarlas. No es una ley punitiva, sino una ley que sienta en positivo las bases de un modelo que es absolutamente necesario"
La conectividad digital y los sistemas de gestión de recursos juegan un importante papel dentro de esta norma, ¿cómo se encuentra Andalucía en esta materia? Háblenos del Centro de Innovación Digital de Economía Circular de Andalucía que pretenden impulsar
El Centro de Innovación Digital es un punto de encuentro con reuniones, conferencias y grupos de trabajo en los que todos los interlocutores toman partido en cada uno de los sectores o flujos de residuos afectados por la economía circular. Es decir, se trata de reunir a empresas, asociaciones, administraciones y centros de investigación para, entre todos, mejorar todo ese flujo de residuos en agricultura, construcción, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, residuos urbanos, etcétera. Aprendemos unos de otros y lo que para unos es residuo para otros puede ser recurso.
¿Qué esperan de la Ley de Economía Circular en el largo plazo?, ¿cómo será la Andalucía del futuro?
El futuro será sostenible o no será, de modo que la sostenibilidad es el apellido que acompaña a cada proceso productivo. La sostenibilidad ha de impregnar todas y cada una de las acciones desde hoy mismo y la LECA regulará esas acciones encaminadas hacia una economía circular para impulsarlas y animar a otros a adoptarlas. No es una ley punitiva, sino una ley que sienta en positivo las bases de un modelo que es absolutamente necesario. Necesario para nuestro entorno, necesario para el ser humano.
