"El gas renovable es la energía que mejor contribuye a la economía circular y a una transición energética justa"
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Licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, Nuria Rodríguez cuenta con más de 20 años en el grupo Naturgy, ocupando diferentes responsabilidades, como Administración Comercial en Negocio Minorista, Controller y Planificación en Negocio Regulado y director Servicios Compartidos Negocios Regulados. Desde enero 2016 hasta julio 2020 ha ocupado el puesto de directora ejecutiva de Nedgia, distribuidora de gas del Grupo Naturgy.
Pregunta. ¿Cuál es la situación del sector en tiempos tan complejos como los actuales?
Respuesta. El sector se encuentra inmerso en un proceso de transformación. El contexto global presenta una serie de desafíos, tales como el cambio climático o el crecimiento de la población, unido a los impactos ambientales y la escasez de recursos naturales que ello conlleva. La transición energética responde, por tanto, a la necesidad actual de un cambio en los patrones de crecimiento y desarrollo para avanzar hacia una economía próspera, sostenible y baja en carbono, donde la integración de la variable ambiental en el centro de las políticas y estrategias aporta un elemento de equilibrio.
Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos en materia de bioenergía es impulsar la innovación y desarrollo del gas renovable, como vector energético de futuro neutro en carbono, producido en el marco de un enfoque de economía circular a partir de energía residual (excedentes de renovables) o residuos orgánicos. Estos gases renovables (hidrógeno, metano de síntesis o biometano) se integrarán en la red existente de gas, y tendrán un papel tanto de almacenamiento de energía como de sustitución gradual del gas fósil hacia un gas 100% renovable en el futuro.
Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos en materia de bioenergía es impulsar la innovación y desarrollo del gas renovable, como vector energético de futuro neutro en carbono.
P. Se habla mucho de la recuperación verde y la trascendencia del Pacto Verde Europeo. ¿cómo será el futuro de la energía?
R. El reciente Pacto Verde Europeo no solo consolida la postura europea frente al cambio climático, sino que imprime velocidad a los objetivos inicialmente planteados y obviamente a la descarbonización de la economía como fin último del Pacto. En este sentido, más allá de la apuesta por las energías renovables o una mayor electrificación de los usos finales energéticos, pone sobre la mesa la necesaria combinación de las infraestructuras eléctricas y gasistas, para conseguir alcanzar los objetivos planteados de forma más económica y eficiente.
Trasladándolo a nuestro país, si tenemos en cuenta el mapa energético español, donde la cantidad de energía que se vehicula a través de la red de gas es de 350 TWh/año frente a los 250 TWh/año de la red eléctrica, además de aumentar la generación eléctrica renovable e incrementar el peso de la electricidad o conseguir mayor eficiencia energética para reducir el consumo total, se hace necesario descarbonizar también el gas que pasa por las redes ya existentes a través de la inyección de gases renovables como el biometano o el hidrógeno. Sin olvidar por supuesto el capítulo del transporte, donde el camino marcado hacia una movilidad sostenible no tiene vuelta atrás.
Por tanto, el futuro energético en Europa debe pasar irremediablemente por su descarbonización y en este mix energético es necesaria tanto la electricidad renovable como el gas renovable.
El futuro energético en Europa debe pasar irremediablemente por su descarbonización y en este mix energético es necesaria tanto la electricidad renovable como el gas renovable.
P. A nivel nacional se está avanzando con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la nueva Ley de Residuos o la Estrategia de Economía Circular ¿Cómo están tratando estas normativas a la bioenergía y más concretamente a los gases renovables?
R. España está dando sus primeros pasos firmes en cuanto al impulso del gas renovable y su papel en la economía circular. Ya aparece en el PNIEC una medida en exclusiva que incentiva la promoción de los gases renovables y en las diferentes medidas legislativas con respecto a los residuos.
Por otro lado, se están preparando las hojas de ruta del hidrógeno y el biometano por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, por tanto, esperamos que con este marco regulativo y los que se deriven consigamos desarrollar estas bioenergías, tal y como han hecho otros países europeos.
P. ¿Cuál es el potencial de España en la producción de gases renovables?
R. En el estudio ‘Los gases renovables. Un vector energético emergente’, publicado por la Fundación Naturgy este mismo año, se estima que podría cubrirse hasta un 65% de la demanda actual de gas natural con este tipo de gases, siempre que se impulse su desarrollo de forma decidida y sin mayor demora.
Esta estimación está en línea con la que ya realizó en 2018 la Asociación Española del Sector Gasista (Sedigas) en colaboración con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), que establecía este potencial en el 60%.
Hay que tener en cuenta que el constante desarrollo de las nuevas tecnologías y los procesos de obtención de gas renovable, como el hidrógeno, pueden seguir incrementando este potencial.
España se sitúa como el tercer país europeo en cuanto a potencial de generación de biometano y el que tiene más potencial en cuanto a generación de hidrógeno. Marcarnos una senda de objetivos a 2030 y 2050 y disponer de un marco normativo que posibilite su desarrollo son los dos aspectos clave que nos faltan para que sea una realidad.
P. ¿Qué hace falta para ver a España como una potencia europea en materia de bioenergía? Tenemos los ingredientes para serlo.
R. España se sitúa como el tercer país europeo en cuanto a potencial de generación de biometano (detrás de Francia y Alemania) y el que tiene más potencial en cuanto a generación de hidrógeno (detrás de UK), por tanto, la capacidad la tenemos. El marcarnos una senda de objetivos a 2030 y 2050 y disponer de un marco normativo que posibilite su desarrollo son los dos aspectos clave que nos faltan para que sea una realidad.
Un ejemplo de lo que digo lo tenemos en Francia, y no es el único. En su plan nacional, uno de los objetivos marcados es que en 2050 el 100% de su demanda de gas deberá ser renovable. Por otro lado, en el capítulo normativo, han diseñado mecanismos de apoyo que incentivan las inversiones necesarias para desarrollar plantas de gas renovable, de forma que se pueda alcanzar rápidamente la madurez tecnológica y sean viables económicamente. Finalmente, también disponen de mecanismos de certificados de origen de la energía generada, con el objeto de poner en valor el gas renovable producido. Todo ello, les ha permitido posicionarse a la cabeza de los principales países europeos en estas energías.
P. ¿Qué papel desempeñan los gases renovables en la transición energética y la lucha contra el cambio climático?
R. El gas natural ha desplazado el uso de energías más contaminantes desde la década de los 70, cuando se introdujo masivamente en España, por lo cual el uso de gas natural lleva muchos años contribuyendo a la descarbonización de la economía y a la mejora de la calidad del aire que respiramos. Hoy sigue siendo la energía convencional de suministro continuo más respetuosa con el medio ambiente y en un futuro, con la sustitución paulatina por el gas renovable, se convertirá en una energía renovable de emisiones netas cero o incluso negativas.
Por otro lado, el gas renovable es la única energía renovable que contribuye a la economía circular y que tiene capacidad de almacenamiento. Ambos aspectos son imprescindibles para garantizar, entre otros, una transición energética justa.
P. Centrándonos en el biogás y el biometano ¿Hacia dónde nos dirigimos en Europa?
R. Europa está claramente apostando por la gestión adecuada de los residuos y de políticas de aprovechamiento energético del biogás, y en esta ecuación no es casual que sean utilizados para la producción de biometano que se pueda inyectar en las redes de gas, de forma que el gas renovable resultante vaya sustituyendo paulatinamente el gas natural convencional.
En Europa existen en la actualidad más de 700 plantas inyectando biometano en la red gasista, y este número está en creciente ascenso.
P. Movilidad, inyección en red, cogeneración, ¿dónde veis mayor potencial para los gases renovables?
R. La red de gas natural, con más de 80.000 Km de infraestructura en España, vertebra y universaliza el consumo de esta energía renovable en todos los puntos de suministro, sea cual sea su uso; por tanto, siempre que tenga sentido económico por cercanía de la red, la inyección debería ser una prioridad.
El gas renovable es la única energía renovable que contribuye a la economía circular y que tiene capacidad de almacenamiento. Ambos aspectos son imprescindibles para una transición energética justa.
P. ¿Qué posición ocupa este vector energético, el de los gases renovables, en la estrategia de la compañía?
R. Los gases renovables contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y son claves en la descarbonización del sistema energético, al evitar las emisiones de CO2 del gas natural sustituido. El potencial de reducción de emisiones de GEI podría llegar a 35 Mt CO2eq/año, es decir, más del 15% de la emisión total prevista para 2030 en España.
Además, este modelo circular tiene otras ventajas, como la mejora de la gestión medioambiental de residuos orgánicos tan conflictivos como las deyecciones ganaderas, purines, estiércol, gallinazas, lodos de depuradora o fracción orgánica de basuras domésticas, evitando también los efectos indeseables que estos producen sobre las personas y la biodiversidad por contaminación de las aguas, malos olores, etc.
Desde el punto de vista social, apoya el desarrollo local rural y la fijación de empleo y población en entornos agrícolas y ganaderos, reduciendo la dependencia energética exterior y, con ello, la factura energética del país.
Con todas estas ventajas, los gases renovables cada vez ocupan un papel más relevante dentro de la estrategia de la compañía y se podría acelerar aún más con el desarrollo de un marco regulativo adecuado.
Los gases renovables ocupan cada vez un papel más relevante dentro de la estrategia de la compañía y se podría acelerar aún más con el desarrollo de un marco regulativo adecuado.
P. El proyecto de Butarque en el marco de la iniciativa Eco-Gate, el proyecto conjunto con EnergyLab para aprovechar el biogás de la EDAR de Bens. No todo es lo mismo, ¿qué opciones proporcionan los diferentes tratamientos?
R. El biogás que se genera en distintos tipos de residuos ha sido usado históricamente tanto para autoconsumo térmico como para generación de electricidad. Pero gracias a los avances tecnológicos en el proceso de limpieza y enriquecimiento de este biogás, ha sido posible, en los últimos años, generar biometano para su inyección en la red de gas y distribución hasta el punto final de consumo.
Se ha demostrado que esta última forma de aprovechamiento del biogás, en combinación con las infraestructuras de gas, aporta mayores beneficios desde el punto de vista de economía circular, biodiversidad y vertebración del territorio, como ya hemos comentado.
Estos dos proyectos piloto son un claro ejemplo de la producción de biometano a partir de aguas residuales, y una clara apuesta de Naturgy por desarrollar esta energía renovable en un futuro, con un marco normativo adecuado.
P. Hablando del proyecto Eco-Gate, uno de sus objetivos es el desarrollo del mercado de certificados de origen. ¿Qué papel juegan en el desarrollo e impulso del gas renovable?
R. Los certificados de origen cumplen una doble función, por un lado, permiten disponer de un control de entradas y salidas al sistema gasista de esta energía renovable, y por otro, garantizan al consumidor final el origen verde del gas y en consecuencia la certeza que el mayor precio que está pagando está justificado. Afortunadamente, cada vez existe una mayor concienciación social por el medio ambiente y la sostenibilidad, por tanto, conocer el origen renovable o la huella de carbono de los productos o materias primas se hace cada vez más necesario en toda la cadena de suministro.
P. ¿Qué otros proyectos desarrolla Naturgy en esta materia?
R. En estos momentos se están analizando más de 75 proyectos en España con el objeto de estudiar su viabilidad para inyectar el gas renovable producido, en las redes de distribución de gas. Gracias al liderazgo del grupo Naturgy, a través de su filial Nedgia dicho gas puede ser distribuido a través de sus más de 53.000 kilómetros de red, prácticamente presentes en todo el país, y en el futuro, con el impulso de esta energía y un marco regulativo adecuado, llegar a suministrar a más de 5,4 millones de usuarios.
Los proyectos en análisis contemplan todo tipo de orígenes del gas renovable, por destacar algunos, se encuentra, por ejemplo, el proyecto de generación de biometano a partir del biogás generado por la paja del arroz en Valencia. El utilizar este residuo para producir gas renovable y su posterior inyección en la red existente de gas aporta muchos beneficios medioambientales, no solo en términos de reducción de emisiones sino también en la mejora de la calidad del aire de las poblaciones afectadas, las cuales sufren cada año los impactos de contaminación en las épocas de mayor producción de este residuo.
También podríamos nombrar otros proyectos, como la inyección de biometano procedente de los purines de cerdo en varias granjas o el aprovechamiento del gas generado en vertederos como el de Parc de L’Alba, en Cerdanyola del Vallès. Este último está en fase de construcción y, su puesta en marcha se prevé para finales de este año. Tiene una capacidad de inyección de 17 GWh/año, lo cual permitirá evitar aproximadamente 3.700 toneladas equivalentes de CO2. Asimismo, existen otras iniciativas similares con hidrógeno verde a partir de energías renovables excedentarias.
En conclusión, el número de proyectos y de actores interesados está creciendo exponencialmente debido fundamentalmente al trabajo que se está desarrollando por parte de Naturgy y al futuro ganador que tiene el gas renovable.
Entrevista publicada en el número 225 Especial Bioenergía 2020