El reto del combustible sostenible: cómo impactará la nueva ley ambiental de la UE en aerolíneas y pasajeros

Un nuevo modelo predictivo desarrollado por la UPM analiza cómo la obligación de usar combustibles sostenibles en la aviación afectará a los costes operativos y al precio de los billetes en la Unión Europea

Desde 2025, todos los aeropuertos de la Unión Europea con más de 800.000 pasajeros anuales deberán incorporar un porcentaje mínimo de combustibles de aviación sostenibles (SAF) en el repostaje de aeronaves. Esta cuota obligatoria aumentará de forma escalonada hasta alcanzar el 70% en 2050. Esta normativa, que busca reducir el impacto ambiental del transporte aéreo, plantea importantes desafíos económicos y operativos para las compañías aéreas.

 

Anticipar consecuencias económicas

Con el objetivo de analizar las repercusiones de esta regulación sobre el sector, un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado un modelo predictivo que evalúa cómo podrían reaccionar las aerolíneas ante el encarecimiento progresivo del combustible.

“El combustible sostenible es mucho más caro que el keroseno, en estos momentos es tres veces más caro. Así, los costes del combustible irán aumentando a medida que se incremente el porcentaje de combustible sostenible, primero un dos por ciento en este año 2025 y subirá progresivamente hasta un 70% en el 2050”, explica Arturo Benito, investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la UPM y coautor del estudio.

 

Condicionantes complejos 

De acuerdo con Benito, el funcionamiento del mercado aéreo es más complejo de lo que comúnmente se percibe:

 

“La gente tiende a pensar que las aerolíneas funcionan de una forma casi autónoma e independiente y que suben o bajan los precios de los billetes atendiendo sobre todo a la ley de la oferta y la demanda, pero no es así, sino que hay muchos otros factores que intervienen y que hay que tener en cuenta”.

 

La incorporación de SAF supone una variable adicional con potencial para alterar de forma significativa las estructuras de costes. El modelo desarrollado por la UPM busca precisamente anticipar esos efectos.

 

Impacto desigual

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que la subida de precios no será homogénea entre los diferentes tipos de aerolíneas.

“Lo que nos dicen nuestros modelos es que el precio de los billetes se incrementará mucho más en las compañías de bajo coste porque tienen más porcentaje de gasto de combustible que las grandes compañías. Por eso estimamos que las compañías aéreas reaccionarán subiendo sus tarifas, pero teniendo en cuenta también cómo se va a comportar el mercado”, señala Benito.

Este desequilibrio podría poner en jaque la viabilidad de ciertos modelos de negocio, especialmente entre aquellas aerolíneas que dependen de tarifas reducidas para mantenerse competitivas.

 

Un escenario de riesgo económico para el sector

De continuar la tendencia actual de costes, el modelo indica que muchas aerolíneas podrían enfrentarse a un riesgo de inviabilidad económica.

“El mercado no lo podría soportar dado que los precios tendrían que subir tanto que muchos usuarios no podrían asumir esos costes, no utilizarían el servicio y acabaría por producirse una crisis económica”, alerta el investigador.

Para evitar este desenlace, los expertos confían en que el precio de los SAF disminuya a medida que se incremente su producción:

 

“Lo que esperamos que suceda es que el precio del combustible sostenible vaya bajando a medida que aumente su producción y no esté mucho más allá de los niveles del combustible de avión actual”.

 

Una herramienta clave para la toma de decisiones

El modelo desarrollado por la UPM, cuyos resultados han sido publicados en la revista internacional Aircraft Engineering and Aerospace Technology, ofrece un instrumento estratégico tanto para operadores como para legisladores.

Según los investigadores, “el modelo propuesto permite, por una parte, que los gestores de las compañías aéreas estimen los efectos sobre la competitividad de sus empresas de los posibles cambios importantes de las condiciones de negocio, mientras que, por otra, facilita a los reguladores una primera aproximación a las posibles consecuencias de sus futuras normas, teniendo en cuenta las previsibles respuestas del mercado”.

Este enfoque predictivo se presenta como una herramienta crucial para anticipar impactos, mitigar efectos adversos y diseñar políticas públicas más eficaces frente al reto de la descarbonización del transporte aéreo.

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