Las emisiones crecen más despacio pero los niveles de CO2 siguen siendo elevados

Según un informa financiado con fondos europeos, la caída en la utilización del carbón se ve eclipsada por el aumento en el consumo del gas natural y el petróleo.
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13-03-2020
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A pesar de los compromisos por reducir las emisiones de CO2 y limitar el calentamiento global entre 1,5 y 2 °C en el marco del Acuerdo de París, las emisiones procedentes de combustibles fósiles apenas muestran señales de estar disminuyendo. Conforme a las nuevas estimaciones que realizó un grupo de científicos en 2019, las emisiones mundiales aumentarán un 0,6 % cada año y alcanzarán los 36 800 millones de toneladas de CO2, o las 36,8 Gt de carbono. De acuerdo con el balance «Global Carbon Budget 2019»: «Probablemente, en 2019, las emisiones de CO2 procedente de fuentes fósiles sean más de un 4 % superiores a las del año del Acuerdo de París, en 2015. Las emisiones mundiales de CO2 derivadas de fuentes fósiles han aumentado constantemente durante las últimas décadas y no muestran signos de disminuir».

Se describieron sus descubrimientos en tres artículos publicados en las revistas «Earth System Science Data», «Environmental Research Letters» y «Nature Climate Change». Los estudios nombrados en estos artículos han recibido el respaldo de los proyectos financiados con fondos europeos VERIFY y CCiCC.

Los investigadores argumentan que, aunque el crecimiento de la tasa de emisiones es menor que en los dos años anteriores, las temperaturas medias mundiales y las emisiones de combustibles fósiles siguen en ascenso, lo que hace que sea más difícil alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. «Incluso las emisiones estables en las tasas actuales, por no mencionar las crecientes, hacen que sea menos probable que se logren los objetivos térmicos de entre 1,5 y 2,0 °C, y que estos sean más difíciles y caros de alcanzar», añaden en la revista «Environmental Research Letters».

Publicado en la revista «Earth System Science Data», el estudio «Global Carbon Budget 2019» muestra que China, los Estados Unidos y los veintiocho Estados miembros de la Unión Europea (UE) siguen estando a la cabeza de las emisiones mundiales de CO2 procedente de fuentes fósiles. Estos países representan más de la mitad de todas las emisiones mundiales de CO2. Además de China, los Estados Unidos y los Estados miembros, entre los seis mayores emisores en 2018 están la India, Japón y Rusia.

 

El carbón está perdiendo fuerza

El consumo de carbón sigue siendo una de las principales fuentes de emisiones de CO2 y fue responsable del 40 % de todas las emisiones de combustibles fósiles en 2018, seguido por el petróleo (34 %), el gas natural (20 %) y el cemento (4 %), según el mismo informe. Sin embargo, las emisiones derivadas del carbón alcanzaron sus niveles más altos en 2012 y se han mantenido un poco por debajo desde entonces, gracias a un consumo menor principalmente en los Estados Unidos y en la UE. Según añaden los investigadores, el drástico descenso en la utilización del carbón en la UE y los Estados Unidos se ve eclipsado por el aumento en el consumo del gas natural y el petróleo en todo el mundo. De hecho, el incremento en el uso del gas natural constituye más de la mitad del aumento de las emisiones de fuentes fósiles.

Las emisiones per cápita muestran variaciones entre las distintas naciones y, a pesar del progreso sustancial en la reducción de las emisiones globales en algunos países ricos, sus emisiones per cápita siguen siendo elevadas. En declaraciones recogidas en una nota de prensa en el sitio web de la Universidad de Stanford, el autor principal de «Global Carbon Budget», el profesor Pierre Friedlingstein de la Universidad de Exeter, coordinador del proyecto CCiCC, afirma: «La disminución de las emisiones en las naciones más ricas debe ser mayor que el aumento en los países más pobres, en los que todavía necesitan acceso a la energía».

El proyecto VERIFY (Observation-based system for monitoring and verification of greenhouse gases) está desarrollando un sistema para cuantificar de forma más precisa las estimaciones de las emisiones de los gases de efecto invernadero. El proyecto CCiCC (Climate-Carbon Interactions in the Coming Century) tiene como objetivo mejorar la comprensión cuantitativa de las interacciones entre el carbono y el clima, y sus previsiones.

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