
La Comisión Europea evalúa la Directiva RAEE: urge mejorar la recogida y el reciclaje de residuos electrónicos
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La Comisión Europea ha publicado una evaluación de la Directiva sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que revela avances significativos en el tratamiento adecuado de este tipo de residuos, pero también importantes deficiencias estructurales que impiden alcanzar sus objetivos.
La normativa, vigente desde hace más de 20 años, sigue siendo altamente relevante para reducir los impactos medioambientales y en la salud humana de este flujo de residuos, el que crece más rápido en Europa.
Casi la mitad de los RAEE generados no se recogen
Entre 2012 y 2021, la recogida de RAEE creció notablemente en la UE, pero sigue sin alcanzarse el objetivo del 65%fijado en la Directiva. En 2022, solo Bulgaria, Letonia y Eslovaquia lograron cumplirlo. La falta de infraestructuras, el comercio ilegal y la baja concienciación pública son algunos de los principales obstáculos.
Además, alrededor del 50% de los RAEE generados siguen sin recogerse, lo que supone una enorme pérdida de materiales valiosos como cobre, tierras raras o galio, claves para la transición verde y digital.
Recuperación de materias primas y EPR: los grandes retos
La evaluación señala también la escasa recuperación de materias primas críticas (CRM), ya que solo el 40% del total de RAEE se recicla actualmente. La Directiva no ha conseguido incentivar eficazmente el desarrollo de un mercado de materias primas secundarias ni armonizar la calidad del tratamiento en toda la UE: apenas el 23% de las plantas de reciclaje aplica estándares de alta calidad.
Otro punto débil es la fragmentación de los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (EPR), con importantes lagunas en su cumplimiento, especialmente por parte de vendedores online.
Próximos pasos: redefinir el marco legal
La Comisión utilizará esta evaluación para preparar la revisión de la Directiva RAEE dentro del paquete legislativo del Acta de Economía Circular. Se plantea ampliar el alcance a nuevos equipos tecnológicos y verdes, definir estándares obligatorios de tratamiento y mejorar el diseño para la reciclabilidad desde el inicio.
“Debemos desbloquear el potencial del residuo electrónico para avanzar hacia una transición limpia, descarbonizar la economía y reforzar la competitividad de la UE”, ha declarado Jessika Roswall, comisaria europea de Medio Ambiente.