
¿Cómo pueden las empresas avanzar en su ruta hacia una economía circular?, ¿Lo están haciendo adecuadamente? Para responder a estas y más preguntas, contamos con la visión de Cinta Bosch, gerente de Sostenibilidad de AECOC, quien nos habla de logros, retos, proyectos en marcha e, incluso, de pronósticos para el futuro en este campo.
La economía circular se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales en la estrategia de sostenibilidad de las empresas. Apostar por materiales reutilizables, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente ya no es una aspiración reservada para las grandes compañías. A diferencia de lo que pasaba hasta hace unos años, cada vez más, medianas y pequeñas empresas integran estos principios en su actividad diaria. Pero, incluso, más allá de eso, los consumidores juegan un rol también decisivo en la circularidad. No obstante, en este camino los retos y desafíos a los que deben hacer frente los diferentes actores son numerosos: complejidad normativa, dificultad para educar a organizaciones en criterios circulares o la creciente presión por parte de los usuarios de soluciones sostenibles en los productos que consumen. En este escenario, conceptos como el ecodiseño cobran especial relevancia, especialmente en ámbitos como el packaging.
AECOC representa a buena parte del sector empresarial dentro del ámbito de la fabricación y distribución. Dada su posición, me gustaría empezar preguntándole, ¿qué peso cree que tiene hoy la economía circular en la estrategia de las compañías asociadas?
Llevamos cuatro años haciendo encuestas a las empresas que, junto al 4º Informe de Sostenibilidad, que tiene una representación de unas 90 empresas de las cerca de 34.000 asociados, vemos que hay cuatro prioridades claras: lucha contra el cambio climático, la eficiencia energética y el uso de energías proveniente de fuentes renovables, criterios de sostenibilidad en las políticas de compras y, por último, que no quiere decir que sea la menos importante, el impulso de modelos de economía circular. Para hacernos una idea, todas las empresas que hemos encuestado trabajan de alguna forma u otra en que los procesos o productos sean más circulares, es decir, en generar menos residuos, ya sean alimentarios o de envases. Por eso, estamos convencidos, y los números lo demuestran, que la circularidad es una prioridad para las empresas.
Su asociación impulsa grupos de trabajo, foros... ¿Qué iniciativas concretas están liderando actualmente para acelerar la transición circular entre sus asociados?
Tenemos diferentes iniciativas porque tenemos socios muy variados. Consideramos que lo primero que debemos hacer es divulgar, hacer pedagogía y dar a conocer todos estos retos que tiene el sector. Hay que tener en cuenta que el 80- 85% de nuestras empresas son pymes y a muchas de ellas hay que hacerles ver, trasladarles lo importante que es transicionar hacia modelos de economía circular. Por eso mismo, lo primero que hacemos es mucha formación y divulgación a través de webinars, que suelen funcionar muy bien por su estilo, pero también realizamos proyectos más específicos, más adaptados a cada empresa. Por ejemplo, nos piden que identifiquemos los principales retos que tienen en economía circular, por lo que nosotros les ofrecemos asesoría en este ámbito.
También, por supuesto, hacemos muchísimos puntos de en encuentro en el que tenemos empresas que ofrecen soluciones para ser más circulares y empresas que necesitan estas soluciones, con lo cual ahí les ponemos en contacto. Y también damos mucha divulgación a casos de éxito. A las empresas les gusta mucho conocer e inspirarse en casos de otras empresas, ya sean competidores suyos o de otros sectores. El objetivo es ver cómo lo están haciendo y poder inspirarse, con lo cual organizamos muchas jornadas, muchos eventos, en los que ellos pueden ver buenas prácticas y coger inspiración de los referentes. Otro punto a destacar es que realizamos cursos de ecodiseño para que las empresas tengan conocimientos en esta práctica.
¿En qué consisten estos cursos de ecodiseño que menciona?
Se trata de cursos online de un día de duración en el que se dan algunos conceptos clave como: qué es el ecodiseño, qué es el ciclo de vida, qué herramientas hay para medir esto… Es decir, acercamos a las empresas estas ideas. Es importante en el caso de las pymes, ya que suelen ser multitarea, pero también en el resto de empresas, que cuentan con muchos departamentos. El objetivo es que también tengan conocimientos de qué materiales tener en cuenta, por ejemplo, en el área de compras, de packaging o de marketing y no solo focalizarnos en la sección referida a los envases. De esta manera, todas las áreas saben de estos conceptos de ecodiseño, y pueden ponerlos en práctica.
¿Qué avances destacaría en cuanto a reducción de residuos, ecodiseño o reutilización de materiales que están poniendo en práctica los fabricantes y grandes distribuidores?
Para responder, me voy a remitir nuevamente al informe de sostenibilidad, porque me permite objetivarlo. Vemos que las empresas tienen planes de reducción de residuos, incluso observamos que hay un crecimiento respecto a años anteriores. Todas las empresas nos lo indican, porque es un ámbito en el que llevan años trabajando. También nos damos cuenta de que 9 de cada 10 dispone de medidas para separar o recuperar residuos en sus propias fábricas, en el caso de los fabricantes y envasadores, o los puntos de distribución, en el caso de los supermercados. También se implementan medidas para valorizar los residuos y, ya entrando en el ámbito de envases y embalajes, vemos que un 70% opta por el ecodiseño. Por supuesto, hay otras medidas para reducir la cantidad de envase, como es la reducción del peso (un 88%), la reutilización (40%) o el uso de nuevos materiales (47%).
"El 80-85% de nuestras empresas son pymes y a muchas de ellas hay que hacerles ver y trasladarles lo importante que es transicionar hacia modelos de economía circular"
¿Cuáles son los principales retos a los que hace frente el tejido empresarial español en su ruta hacia la circularidad?
Yo diría que la circularidad es un reto en sí mismo. Luego, tenemos otros como el de reducir las emisiones, en temas de biodiversidad, en comunicar bien y en reportar la información de sostenibilidad al consumidor con mensajes sencillos, que sean fieles a la realidad. Hay muchos retos en este sentido y, como digo, la economía circular es uno de ellos. Dentro de eso, existen cuestiones a tener en cuenta como, por ejemplo, cómo poner en práctica las medidas de ecodiseño en las empresas, el tema de la reducción de calidad del material, nuevos materiales, la importancia de que los eslabones intermedios sepan alinearse con sus proveedores y comunicarlos a los clientes, etc. Como digo, la empresa tiene un rol muy importante, pero también hay que ayudar al consumidor a que entienda todo bien, lo ponga en valor y sepa elegir entre un producto y otro en función de criterios de sostenibilidad y circularidad.
Evidentemente, es importante que toda la gestión el residuo se haga bien. Hay que fortalecer toda la cadena, no solo la que representamos, sino también al consumidor y a la parte que trata la gestión del residuo. En este sentido, nuestros estudios señalan que 1 de cada 3 consumidores considera que las empresas tienen que tener este rol de solucionar los problemas de sostenibilidad del planeta de manera general, y de economía circular, de forma más concreta. Además, el 68% de los encuestados opina que la seguridad alimentaria implica protección con envases y embalajes. Esto quiere decir que estamos poniendo en valor que cuando se utiliza un envase no es por capricho de la empresa, sino que es porque tiene una finalidad, sobre todo de seguridad alimentaria. Reiterando lo dicho, es necesaria mucha educación ambiental al consumidor, a las empresas, al cliente y a las infraestructuras del reciclado.
"Estamos convencidos, y los números lo demuestran, que la circularidad es una prioridad para las empresas"
¿Existe un consenso o herramientas de evaluación conjuntas que permita medir el impacto real que tienen las acciones de las empresas en economía circular?
La mejor herramienta en este sentido es el análisis del ciclo de vida del producto. Esto es analizar detalladamente no solo el producto que estás envasando, sino el uso que tiene que tener y siempre pensando en la jerarquía de residuos. Lo ideal es evitar generar ese residuo, pero sabemos que no siempre es posible. Por eso, hay que ver detalladamente en cada caso el envase más el uso previsto. Con eso, podemos sacar una conclusión.
En cualquier caso, yo siempre digo que la fórmula de la sostenibilidad tiene muchas variables, por lo que muchas veces hay que elegir qué variable escoger. Por ejemplo, no generar residuo de envase puede ir en detrimento de generar más residuo alimentario. Estas variables son las que tienen que conocer las empresas y decidir si envasar o no y por qué no. Tienen que tener claro los riesgos e implicaciones que tienen estas variables en la sostenibilidad, el ciclo de vida o en la generación de residuos y entonces decidir.
Está claro que las empresas son uno de los principales agentes de transformación en la economía circular pero, tal y como comentabas anteriormente, ¿qué papel juegan los consumidores? ¿pueden asumir un rol más activo?
Estoy convencida de que sí, de que pueden tener un rol más importante. Esto es porque son uno de los últimos pasos en el ciclo de vida de un producto. Es cierto que los temas de sostenibilidad a veces son muy técnicos y que, incluso, a las empresas les cuesta entenderlos. Por ello, el reto es simplificar el mensaje para que el consumidor lo entienda, pero también está el otro desafío que es evitar que el argumento pierda solidez. Por esta razón, las organizaciones de consumidores, que considero que hacen un muy buen trabajo, tienen un papel destacado, porque ayudan a poner coherencia en las empresas.
"Uno de cada tres consumidores considera que las empresas deben tener el rol de solucionar los problemas de sostenibilidad y economía circular"
AECOC apuesta por la colaboración con administraciones públicas y diferentes organizaciones. ¿Qué iniciativas efectivas de economía circular destacaría en este aspecto?
Hay casos muy buenos, desde uso de material reciclado, que lleva ya tiempo en proceso, no solo en botellas, sino en envases concretos, hasta facilitar que los propios envases que van al consumidor puedan ser separados para reciclarlos correctamente. Esta parte de buscar envases que sea monomaterial también facilita el reciclado. Según el informe que he mencionado al principio, vemos que el 90% de las empresas utilizan envases reciclables, 40% en el caso del plástico reciclado. Precisamente, el plástico reciclado va a seguir creciendo hasta el 70% en los próximos años. En cuanto a los envases reutilizables, en un 50%, también está previsto que siga aumentando.
Hablemos de leyes y regulación, ¿qué opina sobre el actual marco normativo, tanto a nivel europeo como nacional, en materia de reciclaje de residuos, envases y economía circular? ¿está alineado con lo que necesita el sector empresarial?
Cuando se aprobó en el año 2022, la Ley 7/2022, así como el Real Decreto de Envases, veníamos de muchos años con la misma normativa en materia residuos, por lo que se hizo necesario actualizarla para adaptarla a las nuevas realidades sociales. Considero que se trata de una normativa bien estructurada y bien pensada. No obstante, lo que vemos es que hay cierta incertidumbre respecto a algunos aspectos que ya están contemplados en este Real Decreto y que, de hecho, ya están en vigor en España.
A corto plazo -hablamos de un año o dos más o menosvan a entrar en vigor nuevas obligaciones que llevan a las empresas a preguntarse: ¿qué va a cambiar exactamente?, ¿cómo quedará todo? Sabemos que la administración está adaptándolo y nos parece muy pertinente para que las empresas sepan cuanto antes cómo adaptarse. Las dos normativas, la europea y la nacional, están alineadas -como no puede ser de otra forma- pero es verdad que, en cuanto a objetivos, detalles y pequeños matices hay diferencias. Esas diferencias pueden tener un impacto significativo para las empresas. Y hay que tener en cuenta que los procesos de adaptación, no son inmediatos; suelen requerir una planificación. Por eso, es importante que todo quede claro con antelación.
El reto es simplificar el mensaje para que el consumidor lo entienda, pero también está el otro desafío que es evitar que el argumento pierda solidez
Muchas veces, la presión regulatoria se ve como una barrera a la competitividad. ¿Cómo se puede lograr un equilibrio entre esta regulación y la capacidad real de las empresas para adaptarse a ellas?
El ejemplo más claro lo vemos con el impuesto al plástico, que entró en vigor hace ya dos o tres años. Nos encontramos con que quedaban apenas 15 días para que entrara en vigor y muchas empresas ni siquiera lo sabían. Con un concepto como es un impuesto, las empresas ya se inquietan y enseguida prestan atención. Ahora hay nuevos circuitos, nuevos ciclos y muchas empresas no saben de qué se les está hablando y no les llama la atención como cuando escuchan la palabra impuesto.
Entonces, el poder adelantarnos y que ellos sepan que en un año y medio, en tres meses o en seis meses van a tener que cumplir con esto, es la clave. Cuanto más tardan en enterarse, más cuesta adaptarse. Las empresas, y más las pequeñas, quieren soluciones a veces en mano. Por eso, hay que materializar esa seguridad jurídica de la que tanto hablamos.
Por último, díganos ¿qué tendencias futuras le parecen más prometedores en este ámbito?
La economía circular en sí es una tendencia porque ha venido para quedarse. Aún así, creo que nos quedan unos cuantos años de avanzar y de seguir avanzando, y de poder cerrar el círculo en todos los ámbitos, y sobre todo, en el ámbito de la reutilización, del uso del plástico reciclado. Todo esto va a ir en aumento. Al final, el reto es grande para el mundo en general, para la sociedad. Por eso, la colaboración es imprescindible, ver cómo puede una empresa mejorar, pero también en colaboración con tus clientes, cliente-empresa, cliente-consumidor, y también con tus proveedores, es decir, que todos los eslabones de la cadena logren esta circularidad. Uniendo esta economía circular con esta colaboración es lo que se tiene que lograr.