Madrid Nuevo Norte, el gran laboratorio de la construcción circular

En España, cerca del 15% de los materiales empleados en una obra se desperdician, convirtiéndose en residuo, y el 54% de los materiales de residuos demolición son enviados al vertedero en lugar de reciclarse, según explica Green Building Council España, GBCe, en su informe de Economía Circular. Y eso si hablamos de obras grandes. En obras pequeñas o realizadas por particulares, donde la inspección no suele actuar, se estima que la tasa de residuos de demolición enviados al vertedero es del 80%.

La aplicación de criterios de economía circular es clave para avanzar en la descarbonización del sector de la construcción, en un país donde las tasas de reciclaje en obra rondan el 40% y están muy por debajo de las de otros países de nuestro entorno como Italia (78%) o Bélgica (76%) (datos de Eurostat).

Por este motivo, proyectos como Madrid Nuevo Norte (MNN) llaman especialmente la atención. No solo por la magnitud de la operación, que abarca más de dos millones de metros cuadrados de superficie, sino también por el cambio de paradigma, dando prioridad a criterios de circularidad y sostenibilidad. En MNN destaca la puesta en marcha de una gran planta de reciclaje destinada a la recuperación de cerca de 900.000 tm de materiales, de los cuales el 80% se reciclará in situ, empleándose en su mayoría en la propia obra.

“Nuestro objetivo es evitar el despilfarro y reducir en un 70% la huella de carbono con la gestión de los residuos de construcción”, explica José Luis Moreno, director general de la Oficina para Madrid Nuevo Norte de la Comunidad de Madrid, durante la jornada El reto de la circularidad en la nueva edificación en REBUILD el pasado marzo.

Las cifras de MNN hablan por sí solas –y nos ayudan a hacernos una idea de la envergadura de la propuesta–: 2.360.000 m2; 10.500 viviendas; 400.000 m2 de zonas verdes, una zona empresarial y comercial, y la remodelación de la estación de trenes Chamartín-Clara Campoamor. Pero más allá de estos datos, lo que encierra este proyecto es un gran laboratorio urbano para la puesta en marcha de buenas prácticas en edificación.

Un laboratorio para avanzar en la descarbonización del sector

Denominado como Innovation Lab de Soluciones Urbanas, al estilo de los puestos en marcha por otras capitales como Singapur, este laboratorio tiene como ejes principales de actuación el diseño BIM/·3D, incluyendo datos para la descarbonización del parque edificado; la implantación de medidas que contribuyan a mejorar la eficiencia energética, como el aislamiento de las envolventes de los edificios, la instalación de placas solares, sistemas de geotermia, aerotermia, comunidades energéticas, etc., con el objetivo de convertirse en un District heating.

Asimismo, se llevarán a cabo actuaciones que favorezcan el drenaje del agua de lluvia para su reaprovechamiento en el riego; la naturalización del espacio, y la instalación de una gran planta de recuperación y reciclaje, para la reutilización de cerca de 900.000 tm de residuos generados durante todo el proceso de ejecución de la obra, en su gran mayoría resto cerámico, de hormigón y pétreo.

“Queremos que esta actuación urbanística se convierta en un gran escaparate de innovación, donde se pongan en acciones que mejoren nuestro entorno urbano, dando cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”, asegura Moreno.

La iniciativa será llevada a cabo por un grupo de trabajo que forman la propia Administración regional, la Asociación Madrid Capital Mundial de la Construcción, Ingeniería y Arquitectura (MWCC), la Fundación Metrópoli y empresas de diferentes sectores como infraestructuras, servicios, energía, consultoría y construcción, como el hub empresarial que compone el proyecto VALREC.

Este proyecto busca incrementar la circularidad, trazabilidad y pureza de los recursos minerales presentes en los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), como el hormigón. Con una amplia presencia en construcción, tiene un elevado impacto ambiental –es el responsable del 7% de las emisiones globales de CO2, según recoge el Libro Blanco del Hormigón de Sika–, por eso contribuir a su recuperación y reutilización es clave para avanzar en la descarbonización del parque edificado.

“El sector es muy consciente del problema que este tipo de residuos genera en el medio ambiente. Por este motivo,desde la industria trabajamos para aportar  soluciones más sostenibles, y con mayor porcentaje de producto reciclado en su formulación, y una mayor conciencia ambiental aplicada a la gestión de los recursos como el agua”, cuenta Ramiro García, responsable de I+D de Sika.

Según datos aportados por Cristina Aparicio, directora General de Economía Circular de la Comunidad de Madrid, en la operación MNN se espera recuperar cerca de 274.000 tm de hormigón, “el 38% del total de los residuos generados durante la operación, por delante del material cerámico (91.000 tm), o los metales (12.000 tm)”, especificaba.

El 92,1% de los residuos serán tratados en la planta de recuperación y reciclaje móvil, que se construirá en Madrid Nuevo Norte, en su mayoría áridos y materiales singulares. Allí se clasificarán y valorizarán, para planificar la fase constructiva en función del material reciclado obtenido.

El resto, cerca de un 6,5% (metales y plásticos) se trasladará a una planta de reciclaje externa, mientras que un 1,3% de residuos no recuperables, será tratado por una empresa gestora autorizada.

“Esta estrategia circular tendrá un gran impacto sobre el medio ambiente. Para que nos hagamos una idea, el volumen de residuos recogidos y reciclados será el equivalente a 40 Torres Eiffel; en preservación de recursos naturales como el agua, ahorraremos seis estanques de El Retiro, y en cuanto a la reducción de emisiones asociadas al transporte, hablamos de 5.000 veces la distancia entre Madrid y París”, avanza Aparicio.

Formación, digitalización y puesta en valor

Pero Madrid Nuevo Norte no quiere quedarse solo en una gran operación urbanística. El objetivo es que esta experiencia transcienda su área construida y los aprendizajes obtenidos a través del proceso se puedan aplicar en nuevos proyectos constructivos. Para lograrlo, sin embargo, habrá que superar otras barreras, como la formación. Así lo traslada la directora General de Economía Circular de la Comunidad de Madrid, insistiendo en la necesidad de llegar a la pequeña y mediana empresa. “Hay que incidir mucho ahí”.

Otro de los ámbitos donde se deberá prestar especial atención de cara al futuro es la digitalización de los procesos, ya que de esta manera “se facilita y agiliza toda la parte de gestión y valorización de los residuos”, argumenta Aparicio.

En el caso de Madrid Nuevo Norte, SACYR –una de las empresas que lidera el proyecto VALREC– destacaba su papel como escaparate de innovación aplicada a la construcción, poniendo el acento en la digitalización como herramienta clave también desde el punto de vista económico, “ya que la correcta valorización y recuperación de los residuos facilita su uso en obra, con un elevado ahorro en términos de dinero”, afirma Marta Gil, directora General de Estrategia, Innovación y Sostenibilidad de la constructora.

En este punto, coincide Alberto Silleras, director de Tecnalia Madrid –entidad colaboradora en el proyecto VALREC–, quien subrayaba la necesidad de trasladar a las empresas que “la innovación es rentable. Hay que invertir en innovación”, concluye.

Aunque la duración del proyecto Madrid Nuevo Norte será elevada, dada la magnitud de las obras y su ejecución en fases, es indudable el valor que este laboratorio de la construcción aportará al sector. Un aprendizaje que permitirá avanzar en cuestiones como la circularidad de los materiales, sobre todo de aquellos especialmente sensibles como el hormigón.