El AMB apuesta por la economía circular como modelo de desarrollo para la metrópolis de Barcelona

La simbiosis industrial en la metrópolis, el aprovechamiento de los residuos como recursos y el reaprovechamiento del agua en el entorno del Parque Agrario, han sido los tres ejes principales de la jornada celebrada hoy
El AMB apuesta por la economía circular como modelo de desarrollo para la metrópolis de Barcelona
El AMB apuesta por la economía circular como modelo de desarrollo para la metrópolis de Barcelona
05-04-2017
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El AMB ha celebrado a lo largo del día de hoy la jornada El potencial de la Economía Circular en el Área Metropolitana de Barcelona, ??en la que han participado más de 50 expertos de diferentes entidades y representantes de los ayuntamientos metropolitanos.

La finalidad de este encuentro entre técnicos de la administración era poner sobre la mesa la estrategia metropolitana en cuanto a la economía circular, y poner en común las visiones de los actores que tienen un papel clave en el desarrollo del territorio, como las empresas y los municipios.

La jornada ha sido presentada por el director del Área de Planificación Estratégica del AMB, Francesc Magrinyà, y el director del Área de Desarrollo Social y Económico del AMB, Hector Santcowsky. La directora de Simbiosis, Veronica Kuchinow, ha presentado el estudio objeto de la Jornada en la que se exponen los factores que hacen del Área Metropolitana de Barcelona un territorio con potencial para aplicar el modelo económico que propone la economía circular.

El AMB se propone potenciar la economía circular alrededor de tres ejes

La estrategia del Área Metropolitana de Barcelona en el terreno de la economía circular consta de tres vertientes: un programa metropolitano de simbiosis industrial, el impulso de la transformación de residuos en nuevas materias primas y el aumento de las sinergias agrourbanas en el entorno del Parque Agrario del Llobregat.

El concepto de simbiosis industrial, cada vez más presente en el territorio metropolitano, hace referencia a la colaboración entre empresas que unen esfuerzos y maximizan el beneficio, y dotan así de valor añadido los recursos restantes.

En este campo, el AMB dispone de diferentes mecanismos para contribuir al desarrollo de las entidades metropolitanas, como detectar qué potencialidades y necesidades tienen y conectar profesionales, a fin de favorecer la cooperación entre empresas y el progreso de los municipios en la metrópolis.

En el ámbito del reciclaje, concretamente en la zona del Besòs, el Consorcio del Besòs y el Campus del Foro Diagonal de la UPC son un buen ejemplo de cómo el sector industrial puede crecer notablemente gracias a nuevos programas de investigación llevados a cabo en el terreno.

Finalmente, en cuanto al Parque Agrario del Llobregat, los proyectos del AMB sobre economía circular buscan favorecer la recuperación de masa forestal para biomasa, el establecimiento de circuitos de ovejas y la protección de los bosques frente a los incendios.

Un cambio total en los modelos de producción

La idea principal detrás del cambio que se propone es que, hasta ahora, el sistema económico de producción ha sido lineal. Actualmente, la sociedad tira una media del 60% de los recursos que necesita para fabricar los productos y materiales que consume, un modelo que se basa en un aprovechamiento de los recursos que la naturaleza ofrece como si estos fueran ilimitados.

El cambio hacia la economía circular tiene en cuenta que todo lo que se produce puede ser reaprovechado después de su uso, para que los recursos no se agoten. En este sentido, se busca reutilizar materias, productos y servicios que pueden volver a ser provechosos.

Se trata pues de un cambio en el modelo de producción y de consumo, que antes se centraba en energía de fuentes no renovables, hacia un modelo basado en energía de fuentes renovables, donde materiales de origen biológico y técnico se separan y se procesan aisladamente a fin de favorecer su reaprovechamiento.

El AMB ya acumula experiencias de éxito en el terreno de la economía circular

A día de hoy, el AMB ya tiene en funcionamiento varios proyectos que se basan en estos principios de colaboración, y que sitúan los municipios metropolitanos en una posición ventajosa ante la transición hacia la economía circular.

Así, por ejemplo, existen sistemas que proveen de climatización (frío y calor) viviendas y oficinas, y que aprovechan el vapor proveniente de nuestras plantas de tratamiento de residuos. Estos sistemas ya están extendidos, por ejemplo, en Barcelona, ??L'Hospitalet de Llobregat y Sant Adrià de Besòs, y suponen una manera sostenible y limpia de obtener una temperatura de confort a los diferentes emplazamientos. Como ejemplo, el proyecto Districlima permite climatizar 89 edificios de la zona del Fórum y el 22@ y ahorrar un 59% en el consumo de energías fósiles.

Otro proyecto implica el gran espacio de producción agrícola de la metrópolis: el Parque Agrario del Llobregat. Existe un acuerdo de colaboración entre los productores agrícolas y la planta Ecoparque 1, productora de compost a partir de la fracción orgánica de los residuos municipales. Así, los agricultores dan un nuevo uso a estos residuos, a la vez que el compuesto aporta nutrientes a sus tierras, que originalmente tienen un nivel muy bajo de materia orgánica.

En este sentido, para el riego de los campos del Parque Agrario se aprovechan las aguas residuales regeneradas procedentes de las depuradoras de Sant Feliu de Llobregat, Gavà, Viladecans, El Prat de Llobregat, Sant Cugat y Martorell.

Por su parte, el mismo ámbito del Parque Agrario ya es un buen ejemplo, desde hace años, de la filosofía "consumo de kilómetro cero". Ya que, siguiendo un esquema de economía circular, se han establecido canales cortos de comercialización de los productos alimenticios del Parque, con la venta directa en mercados de campo y municipales y restaurantes de la zona, con la distinción Producto Fresco del Parque Agrario del Barcelona.

Con estas y otras iniciativas, la AMB ha iniciado un camino hacia el nuevo paradigma de producción, en el que los residuos pasan a ser recursos y la reutilización permite una metrópolis más sostenible en todos los ámbitos.

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