El quinto Informe de Evaluación del IPCC (2013), publicado recientemente, aporta nuevos datos relativos al cambio climático teniendo como base numerosos análisis científicos independientes de observaciones del sistema climático, archivos paleoclimáticos, estudios teóricos sobre los procesos climáticos y simulaciones que utilizan modelos climáticos. El IPPC concluye entre otros extremos que:
Conocer, medir, reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a procesos, instalaciones, productos y proyectos, son actuaciones necesarias como parte de una gestión eficaz de los causantes de este calentamiento. Las fuerzas que impulsan a las organizaciones a adoptar estas políticas de lucha contra el cambio climático pueden ser tanto de carácter obligatorio (acuerdos internacionales que obligan a regiones, legislación nacional, compromisos sectoriales, etc.) como de carácter voluntario (políticas estratégicas de las compañías hacia una economía no basada en carbono, convencimiento ambiental, ahorro de recursos, etc.).
En este marco, a propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se ha aprobado el Real Decreto 163/2014, de 14 de marzo, por el que se crea el Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono que permite que las empresas que así lo deseen puedan, de manera voluntaria, calcular la huella de carbono de sus actividades y la hagan pública asociada, en su caso, con compromisos de reducción directa, o bien, vía compensaciones. Asimismo, podrán inscribirse en este registro los proyectos de absorción de dióxido de carbono conseguidos por los sumideros de carbono.
La huella de carbono es un inventario de la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de la actividad, las instalaciones, los procesos o los productos de una organización, que es quien la calcula y declara. Y con el fin de aportar confianza en su veracidad, debe ser verificada por una organización externa con la adecuada competencia técnica.
El Real Decreto establece, como una de las vías para demostrar dicha competencia, que los verificadores estén acreditados de acuerdo a la norma internacional ISO 14065. Dicha acreditación dispondrá de reconocimiento internacional ya que ENAC se encuentra entre las entidades de acreditación que han firmado el primer Acuerdo Multilateral de Reconocimiento (MLA) relativo a la norma ISO 14065 establecido recientemente en el seno de la European cooperation for Accreditation (EA) que agrupa a los Organismos Nacionales de Acreditación Europeos.
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