Entrevista

¿Avanza Europa de manera efectiva hacia una economía circular?

Entrevista a Daniel Martín-Montalvo Álvarez, responsable de Economía Circular de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA)
Autor/es
Nuria Suárez
08-07-2024
Publicado en

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), como organismo perteneciente a la Unión Europea, se encarga de proporcionar datos y análisis cruciales destinados a respaldar los objetivos medioambientales y climáticos en Europa. En esta entrevista, de cara a comprender más a fondo los aspectos técnicos de su trabajo, así como el estado actual del continente en términos de economía circular y los avances hacia la meta de neutralidad climática para 2050, conversamos con un destacado experto de la entidad, Daniel Martín-Montalvo Álvarez. Líder de un equipo centrado en la transición hacia una economía circular y en los objetivos de contaminación cero en Europa, nos ofrece una perspectiva técnica sobre estos temas, abordando además los desafíos y las oportunidades que enfrenta Europa en su camino hacia un futuro más sostenible.

 

La AEMA trabaja para impulsar la consecución de los objetivos medioambientales y climáticos de Europa. ¿Cuáles estiman que son los avances más significativos logrados hasta ahora en el impulso de una economía circular en el continente?

Europa continúa operando bajo un modelo predominantemente lineal, donde los productos lanzados al mercado suelen tener un ciclo de vida relativamente corto. Muchos modelos de negocio se centran principalmente en una producción en masa que a menudo sacrifica la calidad, lo que resulta en averías tempranas o en obsolescencia prematura, fomentando un reemplazo constante de productos que están muy por debajo de su duración técnica estimada. Estos factores conducen a una gran dependencia europea de los recursos naturales necesarios para mantener este modelo económico, lo que a su vez resulta en una degradación ambiental significativa.

En el lado positivo, tras experimentar fuertes aumentos en el consumo de recursos en el pasado, la tendencia se ha estabilizado en los últimos años. Se ha observado un modesto desacoplamiento entre el consumo de recursos y el crecimiento económico, con una ligera disminución en el consumo total de materiales y un aumento en el Producto Interior Bruto (PIB) europeo. Esto se debe, en parte, a una mejor recogida y gestión de residuos, ya que las capacidades de reciclaje están creciendo exponencialmente para mantener el valor de los materiales en sus segundas y futuras vidas, en lugar de reciclarlos para fines de bajo valor. 

 

A nivel general, ¿qué cambios sistémicos cree que son necesarios para lograr una economía menos intensiva en el uso de materias primas?, ¿qué desafíos anticipa la Agencia Europea de Medio Ambiente en este ámbito?

En respuesta al desafío ambiental del uso insostenible de materias primas, la UE ha estado implementando medidas para facilitar la transición hacia una economía circular. Esta transformación está consagrada en el Plan de Acción para la Economía Circular (CEAP), que es uno de los principales pilares del Pacto Verde Europeo y busca cambiar el modelo de producción lineal y los patrones de consumo. Aunque hemos experimentado avances hacia la circularidad europea en los últimos años, con tasas de reciclaje en aumento y la aparición de modelos de negocio circulares, los niveles de consumo y producción siguen siendo altos, y la generación de residuos continúa aumentando, mientras que la contaminación sigue acumulándose. Tras una reciente caída durante la pandemia de COVID-19, la generación de residuos ha retomado su tendencia al alza, pasando de 2.200 millones de toneladas en 2010 a 2.400 millones de toneladas en 2022.

 

"Tras una reciente caída durante la pandemia de COVID-19, la generación de residuos continúa su tendencia al alza, pasando de las 2.200 millones de toneladas en 2010 a las 2.400 millones de toneladas en 2022".

 

Junto con ello, las tasas de reciclaje se han estancado en los últimos años, con algunos flujos de residuos mostrando un aumento lento, como es el caso de los residuos municipales, envases y residuos eléctricos y electrónicos. A pesar de que la tasa de uso circular de materiales (CMUR) de la UE ha aumentado ligeramente en la última década, pasando del 10,8% en 2010 al 11,5% en 2022, ésta sigue considerándose baja. Por lo tanto, si queremos lograr un futuro próspero y sostenible, Europa debe acelerar la acción hacia una economía circular y neutra en carbono, con un uso mínimo de recursos, una alta recirculación de materiales y un ciclo de materiales basado en sustancias seguras y, en la medida de lo posible, no tóxicas. 

 

Una de las palancas es promover un mercado europeo de materias primas secundarias, ¿qué potencial le atribuye la AEMA para avanzar en circularidad?, ¿qué barreras existen actualmente para la integración de estos materiales en los procesos productivos?

El éxito a gran escala de una economía circular depende en gran medida de nuestra capacidad para utilizar cada vez menos materiales, y el mecanismo que puede garantizarlo es un mercado de materias primas secundarias. A pesar del fuerte impulso político para aumentar el reciclaje y el suministro constante de productos reciclados, la oferta de materias primas secundarias enfrenta desafíos significativos. Los principales problemas incluyen especificaciones insuficientes, como la falta de criterios de “fin de residuo”, y la presencia de sustancias peligrosas en los materiales reciclados.

Del lado de la demanda, aún existe falta de confianza en los materiales secundarios, lo que conlleva reticencias para invertir en tecnologías que los integren en las cadenas de suministro de materias primas. Desarrollar estándares técnicos armonizados a nivel de la UE para materiales secundarios podría ser beneficioso, al igual que la creación de un mercado más equilibrado para las materias primas primarias y secundarias que tenga en cuenta las externalidades ambientales. La reducción en el uso intensivo de materias primas debe ser incentivado mediante la introducción de impuestos a las materias primas primarias, la eliminación de subsidios para su extracción o la reducción de la carga impositiva para los materiales secundarios. En la AEMA recientemente publicamos un estudio sobre esta materia: “Investigating Europe’s secondary raw material markets”. 

 

Ante el World Circular Economy Forum exponía la necesidad de que las empresas reorientaran su modelo de ganancias para promover la circularidad. ¿Qué medidas específicas deberían tomarse para adoptar modelos de negocio más sostenibles?, ¿cómo puede el sector empresarial beneficiarse de un modelo económico circular?

Una gran promesa de la economía circular es transformar los modelos de negocio que estimulan el uso intensivo y prolongado de materias primas hacia otros de uso compartido o de servitización. Es crucial que las empresas reduzcan genuinamente sus externalidades ambientales y que esta transición no constituya únicamente un modelo de consumo adicional, sino la manera de emplear los recursos en nuestra economía. Desde un punto de vista general, la idea es transitar hacia una “Economía de alta calidad” basada en un modelo de prosperidad para el continente que genere productos duraderos de gran valor, acabando así con el negocio de la satisfacción inmediata, la alta rotación y los ciclos continuos de innovación, que están más basados en el marketing que en una innovación real. Un enfoque circular puede proporcionar importantes beneficios a las empresas, constituyendo una oportunidad para diferenciarse en el mercado y promover la sostenibilidad a largo plazo. 

 

"Un enfoque circular puede proporcionar importantes beneficios a las empresas, constituyendo una oportunidad para diferenciarse en el mercado y promover la sostenibilidad a largo plazo".

 

 

Europa debe asegurar la disponibilidad de materias primas críticas, y aquí la economía circular se posiciona como aliada estratégica. ¿Qué valor estima que puede aportar este modelo para una mayor independencia del continente?

Se puede alcanzar una mayor independencia estratégica a lo largo de tres ejes diferentes. En primer lugar, mediante la diversificación del suministro y la promoción de una mayor circularidad en el uso de materiales, lo que implica prolongar la vida útil de los productos, mejorar su diseño y fomentar la reutilización y la reparabilidad, entre otras medidas. En segundo lugar, es crucial mejorar la capacidad de reciclaje de materiales dentro de Europa, en lugar de enviarlos a otras regiones del planeta. Nuestras políticas de residuos están abordando este desafío y trabajan para crear capacidades dentro del continente.

El tercer eje consiste en explorar la posibilidad de extraer más materiales en Europa, aunque el potencial en este sentido es limitado. La Directiva de Materias Primas Críticas busca abordar este desafío, agilizando el proceso de concesión de permisos para nuevas instalaciones de extracción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los procesos de vía rápida conllevan el riesgo de comprometer el impacto ambiental y la participación ciudadana. En general, en una economía resulta imperativo reducir la demanda de materiales, al tiempo que se proporcionan los mismos servicios a los ciudadanos. No obstante, surge la cuestión de si nuestro actual nivel de consumo de materiales es sostenible a largo plazo. El Panel Internacional de los Recursos estima que este nivel de consumo no es sostenible a largo plazo, dado que los europeos consumen más que el promedio mundial, pues ejerce presión sobre el clima y la biodiversidad.

 

"La economía circular representa una transformación significativa para nuestra economía, y garantizar una transición justa en este contexto puede generar numerosas oportunidades para crear y retener empleos de calidad en Europa"

 

 

El informe “Accelerating the circular economy in Europe” habla de hallar un balance entre bienestar económico, ambiental y social. ¿Cuáles son las principales conclusiones que se extraen del documento?, ¿están actualmente las políticas orientadas hacia el cumplimiento de este balance?

El concepto de transición justa es relativamente nuevo en la formulación de políticas, pero se ha vuelto cada vez más relevante. El informe destaca la importancia de este factor en la construcción de políticas sostenibles a largo plazo y que cuenten con el apoyo necesario de la sociedad. En la Agencia Europea de Medio Ambiente, estamos contribuyendo a definir este concepto para ampliar su aplicación en diversos ámbitos. Una de nuestras contribuciones recientes es un informe breve titulado “Haciendo justicia en las transiciones sostenibles”  que proporciona información valiosa sobre cómo abordar los desafíos de manera equitativa en el contexto de las transiciones hacia la sostenibilidad.

La economía circular representa una transformación significativa para nuestra economía, y garantizar una transición justa en este contexto puede generar numerosas oportunidades para crear y retener empleos de calidad en Europa. Sin embargo, también surgirán disrupciones regionales y cambios en el mercado laboral y en las habilidades requeridas. Por ello, es crucial gestionar este proceso de manera cuidadosa mediante políticas ambientales que respalden a los territorios, sectores o grupos de población que necesiten transformar sus formas de vida. 

 

El informe destaca la importancia de minimizar las diferencias entre Estados. ¿Cuáles son los principales aspectos a abordar para paliar tales diferencias?, ¿qué papel juegan las políticas y regulaciones?

Debemos concentrarnos en establecer un sistema equilibrado en cuanto a calidad y nivel de inversión para la gestión de residuos en Europa, asegurando que todos los ciudadanos de la UE tengan un acceso equitativo a los servicios de gestión de residuos. Además, es fundamental que las empresas cumplan con requisitos uniformes para garantizar la protección ambiental y promover una competencia justa en el mercado. Según una evaluación de la AEMA, 18 estados miembros de la UE actualmente no están en camino de cumplir con el objetivo de reciclar al menos el 55% de los residuos municipales generados para 2025, como establece la Directiva Marco de Residuos de la UE. Para abordar esta situación, es crucial establecer políticas, requisitos y objetivos comunes para todos los países, lo que ayudará a que aquellos que están rezagados se enfoquen en la necesidad de mejorar. Por esta razón, la AEMA respalda el intercambio de información entre países y trabaja en la identificación de metodologías efectivas para mejorar el rendimiento de los estados miembros en materia de gestión de residuos.

Un ejemplo es nuestro informe “Instrumentos económicos y sistemas de recogida separada: estrategias clave para aumentar el reciclaje”, que muestra que los cinco estados miembros de la UE con las tasas de reciclaje más altas (Alemania, Austria, Eslovenia, Países Bajos y Luxemburgo) utilizan ya sea un impuesto de vertedero bien diseñado, una prohibición de vertedero, o una combinación de ambos. Además, proporcionan a una gran parte de su población instalaciones convenientes de recogida separada de residuos orgánicos y cuentan con esquemas de pago por generación de residuos.

 

"Las políticas circulares deben ser más vinculantes y estar orientadas a objetivos concretos, extendiéndose más allá de los residuos para incorporar objetivos sobre el uso de recursos y la huella material".

 

 

Ante el aluvión normativo de los últimos tiempos, ¿cuáles destaca como las normas más efectivas de cara a acelerar la circularidad en la UE?, ¿qué reclaman desde la AEMA en este ámbito?

Se necesita más acción para llevar la economía circular al siguiente nivel, ya que la transición sigue siendo demasiado lenta. Un avance significativo es la reciente Regulación de Ecodiseño para Productos Sostenibles, que establece requisitos de diseño más circulares, incluyendo criterios de reparabilidad, reciclabilidad y eliminación de sustancias peligrosas. Ahora, este marco necesita una implementación rápida, definiendo requisitos por grupos de productos, lo que requerirá recursos adecuados y atención en los próximos años. Además, las políticas circulares deben ser más vinculantes y estar orientadas a objetivos concretos, extendiéndose más allá de los residuos para incorporar objetivos sobre el uso de recursos y la huella material. Asimismo, las nuevas medidas deberían promover un reciclaje de mayor calidad para fomentar la independencia de recursos de la UE y reducir su huella material general. 

 

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En los próximos años tendremos que haber alcanzado importantes objetivos europeos en la gestión de residuos. ¿Qué grandes retos enfrentamos actualmente en este ámbito?, ¿qué papel jugará el I+D+i y las tecnologías?

Existen numerosos objetivos respecto a la mejora de la gestión de residuos en Europa. Es crucial dejar de desperdiciar recursos enviándolos a vertederos e incineración, y en su lugar, avanzar en reciclaje para convertirlos en materiales de alta calidad que puedan reemplazar a los materiales vírgenes en la economía. Para lograr esto, el primer paso sería implementar la recogida selectiva, junto con procesos de clasificación, desmantelamiento, descontaminación y separación para obtener materias primas secundarias de alto valor.

En términos generales, la infraestructura de recogida, separación y reciclaje puede mejorar significativamente a través de una mayor digitalización, aprovechando tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial para optimizar los procesos. Esto implica mejorar la interacción entre el usuario y el sistema de gestión de residuos, así como el reciclaje de alta calidad de productos complejos y la implementación de mejoras tecnológicas en las plantas para obtener materiales más homogéneos mediante una separación más efectiva. No basta con simplemente reciclar los residuos; también es fundamental asegurarnos de que los materiales reciclados vuelvan a la economía y sustituyen a los materiales vírgenes. El siguiente paso es establecer estándares de calidad para las materias secundarias y generar demanda por parte de los productores. 

 

La infraestructura de recogida, separación y reciclaje puede mejorar significativamente a través de una mayor digitalización, aprovechando tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial para optimizar los procesos".

 

 

Los ciudadanos son un factor importante en la transición hacia la circularidad, ¿qué repercusión estima que tendría un cambio estructural hacia hábitos de consumo más responsables?

Hasta ahora, las mejoras ambientales que hemos presenciado en Europa han sido impulsadas principalmente por avances técnicos y tecnológicos, como mejoras en la eficiencia y esfuerzos para descarbonizar la producción de energía. Estas mejoras han logrado compensar los impactos derivados de una mayor demanda europea de productos y servicios, impulsada por un mayor nivel de riqueza. Las áreas de vivienda, alimentación, bienes para el hogar y movilidad personal destacan como las principales fuentes de consumo, representando colectivamente más del 70% de los impactos ambientales asociados al consumo en la UE. 

Los cambios en los hábitos de consumo en estas áreas tienen el mayor potencial para mitigar los impactos ambientales, ya que actualmente las decisiones diarias de los ciudadanos, grandes y pequeñas, están influenciadas por los grandes sistemas de producción. Es por ello que las políticas deben abordar tanto la oferta como la demanda en su conjunto para lograr cambios efectivos. La propuesta de la Regulación de Ecodiseño para Productos Sostenibles es una iniciativa política destacada de la UE que tiene como objetivo establecer productos sostenibles como la norma, mediante la introducción de requisitos relacionados con la durabilidad, la capacidad de actualización, la ausencia de sustancias peligrosas, la eficiencia energética y de recursos, el contenido reciclado, y las huellas de carbono y ambientales, entre otros aspectos.

 

Con la visión puesta en el panorama circular que se proyecta para los próximos años, ¿avanzamos de manera efectiva hacia este nuevo modelo?, ¿están las administraciones, empresas y ciudadanos preparados para acogerlo?

Estamos experimentando una rápida transición de la fase de conceptualización a la fase de acción. En casi todos los países de la UE, muchas administraciones están desarrollando planes estratégicos, algunos de los cuales incluyen acciones muy concretas y potentes. Esto se está llevando a cabo no solo a nivel nacional, sino también a nivel regional y local, y abarca mucho más que simplemente las operaciones de gestión de residuos. Los mercados financieros y los agentes, tanto públicos como privados, también están estableciendo formas de captar y desplegar fondos en estas actividades para cerrar el círculo de los residuos. Un avance importante en esta área es el establecimiento de una taxonomía de inversiones sostenibles, que se espera oriente el capital privado hacia este tipo de inversiones de manera mucho más significativa que en el pasado.

La transición ecológica implicará un proceso de innovación tecnológica, pero los cambios más transformadores requerirán más tiempo para obtener un apoyo general, ya que están vinculados a la forma en que se construyen los modelos de negocio, se toman decisiones de consumo y se regulan las cantidades de bienes consumidos. Es urgente trabajar para acelerar estos cambios. 

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