El agua, centro del conflicto entre India y Pakistán, ¿qué está pasando?

La tensión entre ambos países ha escalado rápidamente en las últimas semanas y el agua, un bien codiciado y escaso en la región, se posiciona como un elemento fundamental para entender que está ocurriendo
12-05-2025

Después de que 26 turistas hindúes murieran el pasado 22 de abril en un atentado realizado presuntamente por extremistas pakistaníes en la región de Cachemira, el primer ministro indio, Narendra Modi, anunció fuertes represalias contra el país vecino. Y así ha sido. India anunció la suspensión del Tratado de Aguas del Indo, firmado en 1960 bajo el auspicio de Banco Mundial y que garantiza la distribución del agua de los ríos del sistema Indo hacia India y Pakistán.

De esta forma, el documento otorgaba a cada nación el control de tres ríos -los occidentales para Pakistán y los orientales para la India-. Pero, este ejemplo de cooperación, incluso en tiempos de fuertes tensiones, parece haber llegado a su fin. “Desde ahora, el agua de la India fluirá hacia la India, se conservará para su propio beneficio y se utilizará para su progreso”, afirmó Modi en un acto organizado por un canal de televisión nacional en el que reivindicó los recursos hídricos del río Indo.

Se trata de la mayor escalada de tensiones en décadas y en esta ocasión la gestión del agua se ha convertido en el arma principal. Pero, ¿por qué es tan importante el agua en este conflicto entre la India y Pakistán?

 

 

El motor económico de Pakistán: el agua

Si bien la correcta gestión de los recursos hídricos es fundamental para hacer frente al cambio climático y lograr un desarrollo económico y social en todos los rincones del planeta, en esta región tiene un valor aún mayor. El Indo, con origen en el Tíbet y que cruza Cachemira antes de adentrarse en territorio pakistaní, es fuente vital de agua para más de 220 millones de personasEl tratado elaborado por el Banco Mundial reconocía esa dependencia, señalando además que cerca del 80 % del agua superficial en Pakistán proviene de los ríos que nacen en territorio indio. Por lo tanto, resulta fundamental para mantener su agricultura y desarrollo.

Ahora, con el fin del Tratado de Aguas del Indo, India ha potenciado su maniobra política, desviando temporalmente algunos de los caudales que se dirigen hacia su vecino y privándole de energía hidroeléctrica, agua para riego y transporte fluvial, entre otros.

 

 

El tratado elaborado por el Banco Mundial señala que cerca del 80 % del agua superficial en Pakistán proviene de los ríos que nacen en territorio indio

 

Este problema no se reduce solo al ámbito geopolítico. Si no se pone fin a esta situación, se podría llegar a una auténtica crisis humanitaria. Y es que, actualmente, Pakistán es uno de los 10 países más vulnerables al estrés hídricosegún datos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI). El uso intensivo del agua en el regadío en algunas partes del territorio, como es el caso de Punjab, la mala eficiencia de los sistemas de canalización y la enorme contaminación de los acuíferos son algunas de las razones que intensifican la ya de por sí delicada situación.

Por tanto, quien controle estos ríos tiene la capacidad de influir en el bienestar del país vecino tanto a nivel económico como alimentario. De ahí, la gravedad en este conflicto.

 

La importancia de la resiliencia hídrica para lograr la paz

Ante este panorama, garantizar la equidad en el acceso al agua se ha vuelto una urgencia global. El cambio climático, el crecimiento demográfico y la inestabilidad geopolítica ponen de relieve un mundo cada vez más preocupado por la fragilidad de sus recursos hídricos.

 

 

Desde el ámbito internacional, hay voces que reclaman una nueva hoja de ruta hídrica. En un reciente informe sobre resiliencia hídrica global, el Foro Económico Mundial advertía que más del 50 % del PIB mundial está en riesgo por la escasez de agua, e identificaba la gobernanza y la financiación como dos ejes clave para garantizar un futuro hídrico seguro. El documento propone integrar la seguridad hídrica en la planificación nacional, desarrollar herramientas de evaluación de riesgo para gobiernos y empresas, y fomentar la cooperación transfronteriza como pilar de paz y sostenibilidad.

 

El Foro Económico Mundial advierte de que el 50% del PIB mundial está en riesgo por la falta de agua

 

Lo que ocurre en el sur de Asia no es una excepción. En muchas regiones del mundo, desde el Sahel hasta el Mediterráneo oriental, el agua se ha convertido en un elemento geoestratégico. La diferencia en sus consecuencias la marcará la seguridad hídrica establecida por cada país en sus agendas de desarrollo, incluyendo el caso de España, que actualmente está destinando los mayores recursos económicos de su historia en este ámbito. En cualquier caso, la cooperación, la planificación sostenible y la inversión en infraestructuras resilientes se han convertido en la única vía para evitar que el agua siga cogiendo peso como epicentro de los conflictos del siglo XXI.

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