El sector agroindustrial europeo reclama normas claras para impulsar fertilizantes sostenibles

Organizaciones clave del sector agrícola y energético piden a Bruselas mayor claridad y rapidez en la reforma de la Directiva sobre Nitratos para facilitar la adopción del RENURE, una tecnología clave para la autonomía fertilizante de la UE

La Asociación Europea de Biogás (ABE), en colaboración con el Copa-Cogeca y la Asociación Europea de la Industria de Maquinaria Agrícola (CEMA), ha remitido una carta a los comisarios europeos Roswall y Hansen solicitando una acción urgente respecto a la esperada modificación de la Directiva sobre Nitratos. Esta petición busca aclarar el marco regulador en torno a las tecnologías RENURE (nitrógeno recuperado del estiércol), consideradas clave para el futuro sostenible de la agricultura europea.

 

Presión creciente sobre el sector agrícola europeo

El llamamiento se produce en un contexto crítico, marcado por una intensificación de la presión sobre los agricultores de la Unión Europea. A la volatilidad del mercado se suma la amenaza de nuevas sanciones sobre fertilizantes procedentes de Rusia y Bielorrusia, lo que acentúa la necesidad de alternativas viables y sostenibles de producción de nutrientes.

Propuesto originalmente por el Centro Común de Investigación (JRC), el enfoque RENURE representa una alternativa innovadora y ambientalmente responsable que podría reforzar notablemente la autonomía de la UE en materia de fertilizantes. Este conjunto de tecnologías —entre las que se encuentran ciertos digestatos— demuestra cómo la innovación en el ámbito de la explotación agrícola puede reducir emisiones ganaderas, al mismo tiempo que permite la producción de fertilizantes y sustratos de alta calidad.

 

Necesidad urgente de un marco regulador claro 

Para que estas tecnologías prosperen, es esencial que los agricultores dispongan de una base normativa clara, coherente y estable, que les permita realizar inversiones sostenibles a largo plazo. A pesar de que la Comisión Europea ha reconocido el potencial del RENURE en su Visión para la Agricultura y la Alimentación, así como en el Pacto Industrial Limpio y el informe del Parlamento Europeo, el marco legal actual sigue siendo un obstáculo que impide liberar plenamente este potencial.

La enmienda actualmente propuesta por la Comisión no respeta los criterios técnicos establecidos por el JRC ni cumple con el principio de neutralidad tecnológica, el cual debería constituir un pilar esencial en la elaboración de normativa. Este principio garantiza la equidad entre tecnologías y fabricantes, al tiempo que evita que la legislación quede rápidamente obsoleta.

 

Riesgos de frenar la innovación 

Con la inclusión de una lista cerrada de métodos de producción permitidos (denominados "tratamientos de procesamiento"), la enmienda limita gravemente la innovación, contradiciendo los objetivos estratégicos de la Comisión en materia de competitividad. Además, se introduce una restricción adicional de 100 kg de N/ha/año para el RENURE, lo cual resulta incoherente, ya que estos productos presentan propiedades equivalentes a los fertilizantes sintéticos y, por tanto, no deberían estar sujetos a tal límite.

 

Estancamiento institucional 

La falta de avances dentro del Comité de Nitratos, que no ha logrado mejorar ni desbloquear la enmienda en sus últimas cuatro reuniones, genera una profunda preocupación. Esta parálisis institucional, en un momento en que se promueven prácticas agrícolas circulares y sostenibles, representa un ejemplo claro de incoherencia normativa que podría ser corregida desde la Comisión.

Las organizaciones firmantes —ABE, Copa, Cogeca y CEMA— apelan a la Comisión Europea a actuar con celeridad, coherencia y ambición. La autonomía estratégica de Europa pasa por una regulación moderna y alineada con la realidad tecnológica actual. Ignorar el potencial del RENURE no es una opción viable si se desea garantizar un futuro agrícola resiliente y competitivo.

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