Entrevista

"Hay que acabar con la inseguridad en la utilización de materiales reciclados"

Entrevista a Alfons Ventura, miembro del área técnica del Green Building Council España (GBCe)
Autor/es
Nuria Suárez
24-10-2022

Green Building Council España (GBCe) es una asociación sin ánimo de lucro constituida oficialmente en el año 2009 y que nace del encuentro voluntario entre una serie de investigadores de varias universidades, empresas y profesionales liberales con el objetivo compartido de impulsar la transición hacia un modelo de edificación sostenible bajo el amparo del World Green Building Council (WorldGBC). Dialogamos con Alfons Ventura, miembro del área técnica del GBCe, para profundizar en la misión de este organismo que, junto a sus asociados, persigue formar, certificar y facilitar conexiones para acelerar la transformación hacia la sostenibilidad de nuestro hábitat a través de la implantación de un modelo constructivo circular.

 

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, ¿cuál es la situación actual de la edificación en España?

Yo distinguiría entre la edificación nueva y la existente, de esta última apenas un 15% de lo que vemos construido cumple con alguno de los requisitos exigidos en la actualidad para poder ser considerado como sostenible. Sin embargo, en construcción nueva sí que ha habido algunos avances, pero se centran esencialmente en aspectos energéticos y no tanto en los elementos constructivos.

En los últimos tiempos ha aparecido una serie de promociones dirigidas al alquiler de viviendas sostenibles y hemos detectado algo más de interés hacia este tipo de parámetros, pues los promotores, como propietarios, pueden construir un modelo de negocio basado en la sostenibilidad de sus edificaciones; pero en lo referente a aquellos edificios que se encuentran a la venta estamos casi igual que hace treinta años, la única variación es que ahora se cumple con las novedades exigidas por el Código Técnico de la Edificación más reciente.

Durante algunos años ha habido un goteo muy reducido de edificios cuya sostenibilidad se certifica, lo cual ha aumentado exponencialmente este tipo de edificaciones, pero sigue siendo un porcentaje mínimo del total. Por mucho que se trate de un tema que está en boca de todos, y a pesar de que han salido numerosas promociones certificadas, sigue tratándose de un número escaso.

 

Los materiales de construcción y demolición son uno de los principales flujos de residuos, ¿cuál es la situación actual de su gestión?

Lo primero que hay que señalar es la falta de transparencia y, por tanto, una ausencia de datos fiables sobre el destino de estos residuos. La nueva ley de residuos 7/2022 apunta como deber el desarrollo de un reglamento para analizar su trazabilidad, pero aún es una asignatura pendiente. Lo cierto es que no contamos con datos concretos sobre la situación del sector de la gestión de residuos, es un mundo muy opaco y existe muy poca información. Yendo a los informes oficiales, que tienen sus lagunas, sabemos que del total de los áridos minerales, la mitad proceden de la construcción. Prácticamente el 99% de lo producido por el sector son este tipo de áridos y de ellos se recicla poco más de un tercio.

 

"Prácticamente el 99% de los áridos producidos por el sector son minerales y de ellos se recicla poco más de un tercio"

 

Según las estadísticas oficiales, estamos muy lejos de los objetivos de valorización del 70% exigidos y aún hay muchísimo margen de mejora. Por ejemplo, otro dato que tenemos de la Comunidad de Madrid es que solo un 25% de los materiales que se reciclan lo hacen en calidad de áridos reciclados, el resto se sigue considerando residuos. Esto ha cambiado levemente con la Ley 7/2022, pues no incluye cantidades mínimas exentas de gestionar en obra, es decir, tanto si tienes media tonelada de hormigón como si tienes ochenta, debe ser separado correctamente. También se ha añadido la obligación de separar la fracción yeso, lo cual es muy importante porque contamina el resto de áridos y los inhabilita para su utilización como áridos reciclados.

 

Esta nueva Ley de Residuos trae importantes novedades, ¿cómo las valoran en el seno del GBCe?

Desde nuestro punto de vista la Ley introduce pocas novedades; aunque la valoración general es positiva y sabemos que no pueden agregar todos los cambios necesarios para facilitar una transición ecológica, esperamos que estas medidas ayuden a una mayor implementación de la circularidad. Aunque no tiene una gran trascendencia, estimamos como positiva la obligación de separar en origen aquellos residuos que sean reutilizables, concretamente la clasificación de tejas, sanitarios o elementos estructurales.

 

"La nueva Ley de Residuos abre una posibilidad muy interesante y es que las Comunidades autónomas pueden ahora declarar el “fin de la condición de residuo” para algunos flujos de materiales como los áridos reciclados"

 

Asimismo, abre una posibilidad muy interesante y es que las Comunidades autónomas pueden ahora declarar el “fin de la condición de residuo” para algunos flujos de materiales como los áridos reciclados. Hasta ahora, el Ministerio lo ha hecho para muy pocos flujos, como la chatarra o el vidrio de los automóviles, pero no está siquiera para los hormigones.

Desde Europa se está trabajando en ello y en teoría si algún país europeo adopta esta medida lo podemos trasponer directamente, pero en su ausencia, lo que sí permite ahora es que una Comunidad Autónoma pueda facilitar que un gestor de residuos obtenga para sus productos la condición de “fin de residuo”.

Como punto negativo señalar que, aunque se está pidiendo que se valorice el 70% de los áridos de residuos de construcción y demolición (RCDs), no se plantea un horizonte temporal para ese objetivo, mientras que para los sólidos urbanos sí que hay un objetivo a 2025 o 2030. Se valorizará, sí, pero no se sabe cuándo y de esta manera no se está enviando al sector una señal clara.

 

¿Cuáles son las barreras a superar para avanzar hacia una gestión más circular de estos residuos? ¿qué ámbitos debemos atacar?

La principal baza es clasificar correctamente y separar en origen, a pie de obra, para poder obtener unos residuos de calidad que después puedan transformarse en materiales reciclados óptimos. Actualmente, como en España no es rentable su valorización no se comercializa y por lo tanto no hay circularidad. Penalizar el destino a vertedero de estas materias es una de las opciones que aparecen en la Ley, pero habrá que aplicar un régimen de sanciones más severo para que haya señales claras.

Para fomentar la separación y el reciclado existen distintos mecanismos e incentivos, como puede ser la aplicación de un IVA reducido, pero el primer punto a abordar es el limbo legal en el que se encuentran los materiales al final de su tratamiento en planta, porque no tienen definida una condición determinada. Esto resulta algo complejo y constituye una barrera fundamental, pues por un lado se supone que algo deja de ser un residuo cuando se convierte en un producto y existe demanda para ello, pero por otro, este nuevo material debe tener bien definida la condición de “fin de residuo” para dejar de ser considerado como tal. Algunas plantas han aplicado el marcado europeo a lo que reciclan, lo cual en teoría lo convierte en un nuevo producto, pero como nadie les ha dado la condición de “fin de residuo” nunca han dejado de serlo.

 

"No puede fomentarse el reciclaje sin aportar las condiciones legales para poder implementarlo"

 

Esto supone que, en la práctica, para usos no tan exigentes como pudiera ser el estructural, si alguien quisiera simplemente sustituir el árido de una cubierta de acabado mineral por un árido reciclado no cuenta actualmente con las condiciones técnicas para hacerlo, o si decide colocarlo, se podría considerar que tiene un vertedero ilegal en su cubierta, lo cual no tiene ningún sentido. No puede fomentarse el reciclaje sin aportar las condiciones legales para poder implementarlo.

 

Áridos reciclados

 

 

¿Cómo se está incorporando la economía circular en la edificación?, ¿Cómo va a evolucionar?

Hay que concienciar mucho más a la gente, acabar con la inseguridad que pueda generar la utilización de materiales reciclados y hacer crecer más la demanda. En estos momentos, un técnico no cuenta con un tipo específico de marcado que le garantice que su responsabilidad eligiendo un determinado producto está cubierta. Por ejemplo, el ladrillo cuenta con una ficha técnica que expone las prestaciones que cumplirá y de esta forma se promueve su utilización.

Esto mismo debe suceder con el material reciclado y con unas condiciones que no sean astronómicamente complejas de cumplir, porque el mercado europeo para áridos reciclados es mucho más exigente que para un árido natural, lo cual no incentiva la creación de competencia, a lo que se suma que del lado demandante existe aún mucho desconocimiento. La Administración tiene que mejorar las garantías legales a los prescriptores para que el material reciclado se pueda aplicar con tranquilidad.

Desde asociaciones como GBCe trabajamos en la difusión de conocimiento y concienciación, es importante sensibilizar a la gente y hacerle entender que debe incorporar cada vez más más contenido reciclado y hacer productos que sean reciclables.

 

¿Qué impacto tendrán los fondos Next Generation para acelerar el cambio a un modelo más circular?

Para que estos fondos tengan impacto es fundamental que haya un control estricto respecto a la utilización de los RCDs. Si uno atiende al Protocolo de Gestión de Residuos de Construcción de la Unión Europea, éste establece que el 70% de los residuos de construcción y demolición han de ser reciclados y que su calidad debe alcanzar los estándares que permitan darle la condición de “fin de residuo”, pero en estos momentos no ocurre así.

Es preciso controlar los parámetros relativos a la economía circular, es decir, demostrar que los diseños y las técnicas apoyan la circularidad, en concreto aquellos que hacen referencia a la norma ISO en cuanto a desmontaje y adaptabilidad. Si esto no se lleva a cabo con un mínimo de rigor y control en estos años, en la próxima rehabilitación volveremos a encontrarnos con lo mismo. También, dependerá de cuándo se desplieguen estos fondos, tenemos ciertas dudas porque están yendo mucho más lento de lo que esperábamos.

Según un estudio de la Ellen MacArthur Foundation, solamente el 55% de las emisiones globales se podrían contrastar con renovables, el resto depende de los materiales y su circularidad.

 

¿Qué potencial tiene la economía circular en la reducción de materias primas, emisiones y mejora de la resiliencia de la edificación?

Las posibilidades son muy diversas y amplias, lo que hay que encontrar son modelos que sean lo suficientemente rentables para poder obtener el mayor beneficio ambiental y económico en cada entorno. Las comunidades autónomas deben hacerse cargo del análisis de las condiciones en sus entornos locales y estudiar a una escala territorial para ver realmente cuáles son los procesos que pueden adoptar partiendo de lo que ya hay y teniendo en cuenta a todos los agentes de la cadena de valor.

Respecto a los materiales, los metales tienen una reciclabilidad relativamente sencilla, el aluminio es uno de los materiales que más energía cuesta en su producción, pero sin embargo su reciclaje es mucho más sencillo, todos los componentes metálicos se reciclan con relativa facilidad. Por otra parte, las maderas también funcionan bien y pueden utilizarse como piezas que se transforman posteriormente, se trata de un material muy versátil que puede tener varias vidas, se puede transformar de nuevo en paneles o incluso convertirse en celulosa. En cambio, la utilización de áridos está siendo más minoritaria.

 

¿Cuáles son las tendencias en nuevas tecnologías, soluciones y procesos relativos a economía circular en la edificación?

Debemos prever sistemas constructivos fácilmente desmontables que no dañen otras partes del edificio cuando se retiren, crear galerías técnicas bien diseñadas, generosas y accesibles por las que discurran las instalaciones y permitan cambios y sustituciones más sencillas. Las capas exteriores de los edificios deben estar enfocadas a su reforma con una periodicidad más distendida en el tiempo, pongamos entre diez y veinte años, y luego las interiores, aquellas que están en contacto con las personas y son más susceptibles a cambios y transformaciones, se deben diseñar enfocadas a reformas más constantes.

Respecto a nuevas tendencias, sin duda la digitalización se encuentra en auge por permitir una enorme trazabilidad a lo largo de toda la cadena de valor de los productos. Un residuo es un material sin información sobre sus prestaciones, pero si controlamos su composición y usos podemos incorporarlos en la fase de diseño. Si además esta información se mantiene actualizada en una plataforma, podemos conseguir que los edificios sean considerados como bancos de materiales, incluso modificar su valor residual futuro y estudiar cuál será la relación coste beneficio de una determinada operación.

 

¿Qué se puede hacer desde una organización como GBCe para avanzar hacia una gestión más circular de estos residuos?

En GBCe contamos con un grupo de trabajo interno que nació en el 2018 desde donde hemos ido publicando una serie de informes orientados a los técnicos y a las empresas sobre qué supone la economía circular en el ámbito de la edificación sostenible; analizamos en un primer momento el estado actual para estudiar la situación y realizamos después el informe.

También se han llevado a cabo numerosas jornadas de difusión, donde exponemos los paquetes de trabajo que tenemos a través de mesas de debate y talleres. En estos momentos estamos poniendo el énfasis en el proyecto VALREC, una iniciativa que trabaja sobre el ciclo de vida de los edificios prestando especial atención a que desde la fase de diseño se tenga en cuenta el desmontaje al final de la vida útil de la edificación. Lo primero que debe hacerse es garantizar que el edificio sea reciclable para no causar daños ambientales.

 

"Si nos centramos solo en la fase de la gestión de los residuos ya sería tarde, pues con las condiciones de mercado que tenemos en España no es viable separar los materiales a posteriori"

 

Estimamos que es fundamental ejecutar un diseño que valore la trazabilidad y la adaptabilidad de los materiales desde su construcción hasta el futuro desmontaje. Si nos centramos solo en la fase de la gestión de los residuos ya sería tarde, pues con las condiciones de mercado que tenemos en España no es viable separar los materiales a posteriori. La construcción industrializada con componentes reciclados contribuiría a reducir la generación de residuos para fomentar una economía más circular y, de esta manera, mejorar su durabilidad, flexibilidad, trazabilidad y desmantelamiento.

 

"La construcción industrializada con componentes reciclados contribuiría a reducir la generación de residuos para fomentar una economía más circular"

 

 

Participan de manera destacada en el proyecto VALREC, ¿en qué están trabajando?

Este proyecto ha tenido como finalidad garantizar que los cierres de ciclo de los materiales de construcción sean más eficientes y trazables, especialmente del hormigón, cerámica y yeso durante toda su cadena de suministro. A partir de esta premisa hemos identificado tres retos mayoritarios que abordar: la existencia de una grave falta de separación de los residuos en obra, la falta de un control exhaustivo de los residuos generados en las obras y la generación de valor de los RCD a través de una mejora en su tratamiento.

En VALREC participan junto con GBCe Surge Ambiental, Valoriza, ALLGAIER MOGENSEN, ADCORE, SIKA, SODIRA, HORMICRUZ Y KOLOKIUM y ha sido financiado por la Comunidad de Madrid para una duración de 24 meses en el marco de la convocatoria de ayudas 2020 para mejorar la cooperación público-privada madrileña en áreas de I+D.

Existen cinco paquetes de trabajo, uno de ellos trata del análisis de la situación actual de la gestión de los RCDs a través de los datos sobre plantas de reciclaje, que si bien hemos podido analizar los datos oficiales de la Comunidad Autónoma de Madrid, nos hubiera gustado poder contar también con la colaboración de los implicados en las plantas gestoras. Dentro de este proyecto existen dos líneas de investigación, una que ahonda en la aplicación de áridos reciclados a productos constructivos y cuenta con un pequeño demostrador, y otra relacionada con la mejora de las técnicas de reciclaje. También hemos realizado jornadas colaborativas de debate con técnicos de toda España y celebraremos a final de año tres talleres formativos sobre las barreras y oportunidades en la gestión de los RCDs.

Otro paquete de trabajo trata de propiciar una difusión y sensibilización en torno a la economía circular y el material reciclado, que es a su vez el objetivo de la red del Green Building Council, y dentro de éste tendremos unos talleres de formación orientados a técnicos constructores para que implementen la circularidad en sus proyectos. Hemos aglutinado a los agentes implicados en la edificación, las empresas y las entidades de conocimiento para aportar un conocimiento transversal que permita ejecutar una labor de concienciación y fomento de la circularidad en la construcción.

De cara al futuro somos bastante optimistas en cuanto al desarrollo de modalidades sostenibles de construcción, cada vez se está elaborando más normativa para crear edificaciones que no solo mitigan el impacto ambiental de las edificaciones, sino que además sean sostenibles en el largo plazo y contribuyan activamente a lo largo de toda su vida útil a mitigar el cambio climático, preservar la biodiversidad y fomentar la transición circular.

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