Innovación para mejorar la calidad del aire en los aeropuertos
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El futuro no está escrito, pero la próxima vez que aterricemos con un avión en un aeropuerto habrá que pensarse dos veces lo de respirar hondo por haber tocado tierra. Los impactos de las emisiones de gases y partículas en los aeropuertos contribuyen al empeoramiento de la calidad del aire del entorno.
El aumento de la contaminación local incide en el número de muertes prematuras de personas que trabajan y viven en áreas aeroportuarias y en el desarrollo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares
Para frenar el impacto que la contaminación aeroportuaria ocasiona en la salud humana es imprescindible comenzar identificando a qué nos enfrentamos.
Los sistemas de medición de la calidad del aire permiten definir los gases y partículas presentes en suspensión en los aeropuertos y, de igual manera, solo a través de los datos precisos recopilados de cada contaminante, se puede definir cómo afecta dicha polución a las zonas habitadas próximas a sus instalaciones.
Cuánto contamina el sector aéreo
Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) sobre el impacto de los aviones enla calidad del aire, ligado a la altitud de vuelo, la composición química de sus emisiones y su ubicación, ha mostrado las mayores alteraciones de la calidad del aire producidas por los aviones. Proceden del dióxido de carbono (CO2), los óxidos de nitrógeno (NOx) y el vapor de agua de las estelas de condensación que son liberados durante los trayectos de crucero.
A dicho aporte en vuelo se añade la contaminación ambiental. Es generada por los aeropuertos con su tráfico y congestiones de circulación área. Tampoco se debe subestimar la contaminación acústica por el ruido excesivo que causan los aviones. Es la fuente de problemas de salud y estrés en el bienestar de quienes viven en sus proximidades, así como entre los empleados aeroportuarios.
Además de alterar la calidad del aire, las emisiones de la aviación también contribuyen a modificar el clima. Con el actual tráfico aéreo comercial que registran los espacios aéreos mundiales, se estima que las emisiones procedentes de la aviación aportan el 5% de los gases que contribuyen al cambio climático antropogénico, causante del sobrecalentamiento del planeta por las actividades humanas.
Estos daños en conjunto hacen de la aviación un reto para la movilidad aérea del futuro. Para lograr su compromiso con la sostenibilidad se requiere cumplir con objetivos de reducción de contaminantes que alteran la calidad del aire. Así como reducir significativamente el ruido que originan las aeronaves.
Tipos de contaminantes que existen en los aeropuertos
La Oficina Nacional de Investigación Económica de EE.UU. afirma que los aeropuertos son considerados como una de las mayores fuentes de contaminación del país. Los aeropuertos suponen un grave riesgo de salud para las personas que trabajan principalmente en sus instalaciones al aire libre, así como para los habitantes de sus proximidades.
Las principales emisiones que afectan a la calidad del aire en los aeropuertos y su entorno cercano, proceden del combustible Jet A1 de los aviones y del diésel de los vehículos empleados durante la prestación de los servicios de tierra, como el manejo de equipajes, y el abastecimiento, limpieza o seguridad de las aeronaves.
Vinculadas a las emisiones se extienden las partículas ultrafinas (PUF). Diminutas partículas que alcanzan su mayor concentración en las zonas de aparcamiento de las aeronaves, lo que supone un elevado riesgo de salud para las personas de mantenimiento que trabajan a su alrededor.
Las partículas ultrafinas (PUF) forman parte de los contaminantes que permanecen en suspensión en el aire alrededor de los aviones debido a su tamaño nanométrico. Su peligro radica en que, debido a su minúsculo tamaño (menor de 100 nanómetros) son absorbidas cuando alcanzan los niveles más profundos de las mucosas pulmonares, desde donde se incorporan al torrente sanguíneo.
Gases contaminantes emitidos por los aviones
A los principales gases emitidos por los aviones:
Dióxido de carbono (CO2)
Es un gas inodoro, incoloro, ligeramente ácido y no inflamable que, cuando está presente en la atmósfera, aumenta la temperatura del planeta y es el principal causante del cambio climático. En los últimos 200 años, las emisiones de las actividades humanas han aumentado su presencia atmosférica en un 50%.
Óxidos de nitrógeno (NOx)
Tanto el mónoxido de nitrógeno como el dióxido de nitrógeno son óxidos de nitrógeno presentes en el aire. La exposición a una elevada concentración de óxidos de nitrógeno afecta a las vías respiratorias e incluso puede causar quemaduras en los ojos y la piel.
Vapor de agua de las estelas de condensación
Producidos durante la combustión en los reactores de los aviones cuando estos atraviesan zonas de aire muy frío. Se forman de una manera instantánea cuando el aire caliente que sale de los motores de los aviones se congela y las partículas de vapor de agua cristalizan produciéndose una sublimación inversa). Uniéndose a las pequeñas partículas sólidas que permanecen en a dicha altura se convierten en cristales de hielo que permanecen más o menos tiempo en forma de estelas de condensación en función de las condiciones meteorológicas del momento.
Todos estos gases son generados cuando las aeronaves se desplazan a velocidad de crucero e inciden principalmente en las alteraciones climáticas por su contribución al efecto invernadero. A ellos se suman otros contaminantes como:
hidrocarburos
monóxido de carbono
gases de azufre
hollín y metales
que afectan a la calidad del aire sobre todo en el exterior de los aeropuertos.
Riesgos para la salud de los trabajadores
El personal que realiza los servicios de tierra aeroportuarios es el principal perjudicado por la presencia de estos contaminantes que permanecen en su entorno de trabajo.
El aire que respiran las trabajadoras y trabajadores mientras desempeñan sus funciones es la causa directa de enfermedades que afectan principalmente al aparato respiratorio y al sistema cardiovascular. Asimismo, originan diversos problemas de salud que se convierten en problemas crónicos.
Las partículas de mayor tamaño (PM10) que permanecen en el aire y se ingieren al respirar pueden eliminarse del sistema respiratorio con mecanismos fisiológicos como toser, estornudar o tragar. Mientras que las partículas de menor tamaño (PM2,5) son capaces de adentrarse hasta la zona más interna de los pulmones y ser incorporadas al torrente sanguíneo.
Soluciones a la contaminación en los aeropuertos
La industria de la aviación comercial está experimentando tal popularidad que hace que el tráfico de pasajeros crezca un 4,7% cada año, según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y se prevé que para 2037 se habrá duplicado (8200 millones) el número de pasajeros aéreos. La IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) afirma que, debido al impacto ambiental causado por el transporte aéreo, se requieren medidas urgentes para reducir sus emisiones contaminantes.
Respecto a las medidas para minimizar las molestias ocasionadas por el ruido de las aeronaves sobre las poblaciones cercanas y el medioambiente, se debe mantener un “enfoque equilibrado” establecido por la OACI para minimizar sus efectos y hacer compatible las infraestructuras aeroportuarias con la calidad de vida y el medio natural.
Hitos históricos de ámbito internacional
Entre las medidas más eficaces para reducir la contaminación del tráfico aéreo se contempla la renovación de la flota aérea. Bastaría con sustituir un 12% de las aeronaves existentes para disminuir drásticamente la nociva incidencia contaminante de los aviones sobre el cambio climático y en la calidad del aire.
De igual forma, el Plan de Compensación y reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) ya está en marcha, desde el año 2021 de forma voluntaria y con carácter obligatorio a partir del 2027, para lograr reducir a la mitad las emisiones totales de CO2 causadas por la aviación civil internacional para el año 2030.
Junto con España, adherida a través de la Asociación Estatal de Seguridad Aérea (AESA), ya son 81 estados del mundo los que han adherido al plan, lo que supone el compromiso del 77% del tráfico aéreo.
Soluciones Kunak para una aviación sostenible
La precisión en los sistemas de medición en exteriores de Kunak, tanto de gases como de partículas en suspensión en el aire, contribuye a medir la contaminación precisa en los aeropuertos. De igual manera, es imprescindible disponer una red perimetral de sensores de vigilancia ambiental en el entorno aeroportuario que permita obtener una visión global del impacto de la actividad del aeropuerto.
Estos sistemas permiten medir de forma precisa los principales contaminantes derivados de la actividad aeroportuaria como:
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óxidos de nitrógeno (NOx)
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dióxido de carbono (CO2)
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monóxido de carbono (CO)
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óxidos de azufre (SOx)
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hidrocarburos (compuestos orgánicos volátiles)
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PM1, PM2,5, PM4, PM10, y TSP (Partículas totales suspendidas) y TPC (Recuento total de partículas)
y otros factores ambientales como:
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temperatura
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humedad
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presión atmosférica
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punto de rocío
Es necesario, además, que todos los datos recogidos por la red de sensores puedan ser analizados a través de herramientas de análisis como el software Kunak AIR Cloud, programa de medición de la calidad del aire que analiza datos de forma sencilla y, a su vez, ofrece información útil para la toma de decisiones.
Gracias a este programa de análisis, se pueden visualizar fácilmente los datos y tomar decisiones informadas para llevar a cabo medidas que mejoren las condiciones de la calidad del aire que respiran las personas que trabajan, transitan y viven en entornos aeroportuarios.
Aeropuertos del mundo que ya han trabajado con los sistemas de medición de Kunak:
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Aeropuerto de Zurich (Suiza)
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Aeropuerto de Subic Bay (Filipinas)
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Aeropuerto de Hong Kong
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Aeropuerto de Neom Bay (Arabia Saudí) próximamente.