Movilidad eléctrica: el futuro sostenible de los medios de transporte

La movilidad eléctrica ha llegado para quedarse y marcará el futuro de los medios de transporte a través de vehículos eléctricos más eficientes, ecológicos y sostenibles. La movilidad eléctrica consiste en emplear uno o varios motores eléctricos para generar transporte. En nuestros días, esta forma de movilidad proporciona soluciones tanto para pequeños desplazamientos y poco peso (el caso de las bicicletas, scooters y motos eléctricas) como para largos desplazamientos y mucho peso (vehículos eléctricos de transporte público).

Gracias a que no emite gases tóxicos, una de las ventajas esenciales de la movilidad eléctrica es que mejora la calidad de vida de cualquier ser humano. Además, dado que no son impulsados mediante motores de combustión, los vehículos eléctricos no emiten cantidades desmesuradas  de gases de efecto invernadero, lo que a su vez contribuye a revertir los efectos del cambio climático.

Es por ello que la movilidad eléctrica se considera esencial para conseguir una movilidad sostenible. Por eso obtiene cada vez más apoyo en todo el mundo a través de políticas públicas vinculadas con la electrificación del transporte público urbano, cambios en las políticas fiscales, configuración de normas que la regulen e incluso su integración en las nuevas infraestructuras urbanas.

Ventajas de conducir un coche eléctrico

Capaces de circular sin hacer ruido ni producir gases de escape, los coches eléctricos ya se consideran una de las mejores soluciones para reducir la contaminación atmosférica en los centros urbanos. Del mismo modo, gracias a las tecnologías que se han desarrollado en torno a los vehículos eléctricos, también promueven unos hábitos de consumo más respetuosos con el medioambiente. Repasemos algunas otras ventajas de utilizar un coche eléctrico.

Los coches eléctricos son eficientes energéticamente

Con eficiencia energética nos referimos a la cantidad de energía procedente de la fuente de combustible que se convierte en energía real para propulsar las ruedas de un vehículo. Los vehículos eléctricos como los coches Smart son mucho más eficientes que los vehículos convencionales de gasolina. Las baterías de los coches eléctricos convierten entre el 59 % y el 62 % de la energía en movimiento del vehículo, mientras que los vehículos de gasolina solo transforman entre el 17 % y el 21 %. Esto significa que cargar la batería de un coche eléctrico supone más energía para el vehículo que llenar el depósito de gasolina.

Los coches eléctricos reducen las emisiones

La reducción de las emisiones de CO2 y de la huella de carbono, incluido el menor uso de combustible, es otro punto a favor de los vehículos totalmente eléctricos. Al depender de una batería recargable, conducir un coche eléctrico no genera emisiones del tubo de escape, una de las principales fuentes de contaminación. Asimismo, la batería recargable permite gastar mucho menos dinero en combustible, dado que la electricidad es más barata que el combustible. Recargar cualquier tipo de vehículo eléctrico es menos costoso que utilizar combustible. En Europa, recargar el equivalente a 100 km de autonomía cuesta alrededor de un euro.

Los coches eléctricos rinden bien y no precisan de mantenimiento exhaustivo

Los coches totalmente eléctricos también son vehículos de alto rendimiento cuyos motores no solo son silenciosos y suaves, sino que requieren menos mantenimiento que los motores de combustión interna. Dejar de utilizar sistemas de combustión interna reduce el número de piezas en el montaje de estos medios de transporte eléctricos, por lo que también se disminuyen las posibilidades de averías en sus mecanismos y, por la misma razón, también se simplifican los costes de mantenimiento. No se necesitará, por ejemplo, cambiar el aceite o el filtro.

Coches eléctricos Smart: beneficios para el medioambiente

La principal ventaja de los coches eléctricos es su contribución a la mejora de la calidad del aire en las ciudades. Al no tener tubo de escape, los coches eléctricos puros no producen emisiones de dióxido de carbono durante la conducción. Esto reduce considerablemente la contaminación atmosférica.

Puesto que la disponibilidad de combustibles fósiles es limitada, su uso continuado está destruyendo nuestro planeta. Las emisiones tóxicas de los vehículos de gasolina y diésel tienen efectos adversos a largo plazo sobre la salud pública. Los vehículos totalmente eléctricos tienen cero emisiones de gases de escape. Asimismo, los vehículos eléctricos como el Smart –además de ser muy fáciles de aparcar gracias a sus dimensiones reducidas– no tienen marchas y son muy cómodos de conducir; también son silenciosos, por lo que reducen la contaminación acústica a la que contribuyen los vehículos tradicionales.

Por otro lado, la reutilización y el reciclado de las baterías de los coches eléctricos también es una práctica y un mercado en continua expansión. La investigación sobre el uso de baterías de segunda mano busca formas de reutilizarlas en nuevas tecnologías, como el almacenamiento de electricidad. Acciones como esta también contribuyen a frenar el impacto medioambiental de la fabricación de baterías.